· ¿Te ha tocado ser asignado a un proyecto sin contar con todas las competencias y habilidades y la experiencia suficiente?
· ¿Cuáles serían los puntos finos que deberíamos cuidar al tomar la dirección de un proyecto que ya se encuentra en ejecución y está seriamente emproblemado?
Sabemos que la responsabilidad de un proyecto recae en el director, quien tendrá que hacer rendición de cuentas en cuanto a si el objetivo planteado se alcanzó.
Sin embargo, en esta responsabilidad, también participa la Oficina de Proyectos, quien asigna al director acorde al tipo de proyecto, a las exigencias que este tenga, sin descuidar el tipo de cliente que se esté atendiendo.
Hasta aquí, todo esto suena muy bien, sin embargo, en la práctica nos encontramos con directores de proyectos que están lejos de reunir el perfil requerido y que puede propiciar una mala gestión. 
En este episodio, conversamos con Juan Carlos Manriquez quien cuenta con una amplia experiencia en la dirección de proyectos y con quien abordamos estos temas que a veces llevan a realizar cambios en el equipo del proyecto, empezando por su director.
Estamos convencidos, que más vale hacer una buena asignación desde un principio para no afectar los propósitos del proyecto.
Hagamos una recapitulación de la charla que hemos tenido con Juan Carlos Manriquez respecto a los retos que asume un director de proyecto al asumir el rol.
En este episodio hemos considerado que la dirección de un proyecto, bien puede ser un proyecto que va iniciando o en su defecto un proyecto que ya se encuentra en marcha y que al enfrentar una situación crítica puede derivar en la necesidad de hacer cambios y sustituir al director del proyecto.
1. Tratándose de nuevos proyectos, debemos de considerar tal y como lo establece la metodología, qué es lo que el cliente necesita y cuáles son sus expectativas, sin dejar de considerar lo que se ha plasmado a nivel contractual y formal.
2. En proyectos que ya están en curso, distinguir en que fase se encuentra y cuál el grado de criticidad en que se halla para determinar si se reformula o no el proyecto.
3. Cuando el cliente ya está cansado por la infinidad de atrasos en que ha incurrido el proveedor y toma la decisión de sustituirlo, busca resultados de forma inmediata con el nuevo proveedor, sin embargo, es necesario que el cliente no pase por alto el diagnóstico del nuevo proveedor y de los riesgos que se identifican.
4. En algunos casos, el director del proyecto, por no contar con las habilidades duras y suaves suficientes, ocasiona que el cliente solicite su baja, ya que en lugar de sumar, resta a los propósitos planteados. Esto sucede por el lado del proveedor al asignar a un recurso que no cubre el perfil o se minimizan los requerimientos que exige el proyecto.
5. De preferencia, el director de proyecto debe contar con una visión holística y que procure establecer un buen trato con el cliente. A veces perdemos de vista el nivel de satisfacción del cliente, en ese sentido las métricas son fundamentales.