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Paramnesia de ultratumba
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Libro electrónico72 páginas1 hora

Paramnesia de ultratumba

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Información de este libro electrónico

Se narran tres historias, capaz de sumergirte en el miedo, dejate llevar por las palabras y disfruta en la oscuridad.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento10 may 2022
ISBN9798201863081
Paramnesia de ultratumba

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    Paramnesia de ultratumba - Bladimir Choqque Escobar

    Autor: Bladimir Choqque Escobar

    UN CAMINO SIN RESPUESTA

    Un dolor de cabeza prevenía lo que vendría luego, eso pensó Manuel, mientras trataba de recordar lo que había pasado, las imágenes se le escapaban como si tratara de retener el aire con las manos. Imágenes de cambios bruscos, del lugar donde estaba llegaban de un momento a otro, abría los ojos y se encontraba en un bus vacío en movimiento, sin tener mucho tiempo para fijarse en los detalles, la oscuridad de la noche hacia sentir tranquilidad. Abría nuevamente los ojos y miraba un techo desgastado por el tiempo, la pintura empezaba a caerse, ese techo le era familiar. Esas fueron las únicas imágenes que tenía, sus recuerdos ya estaban en el olvido. Solo recordaba eso pensó, algo ínfimo frente a todo lo que vivió esa noche o lo que creía que paso, todas esas escenas que no recordaba lo habían perturbado, despertó gritando, sudoroso y con el corazón latiendo muy aceleradamente, tal vez solo era una pesadilla que no valdría la pena recordar.

    Era el día que esperaba, hacia días que quería hacer ese viaje, el viaje a la laguna más grande de su región, tres días por esas rutas, caminar a la luz del día y de la noche. Acompañado de su cámara, su fiel compañera inmortalizaría aquel bello lugar en sus mejores momentos y aun mejor le pagarían por hacer eso, una empresa de turismo lo había contratado, la felicidad no cabía en Manuel cuando esa noticia llego a él.

    Junto a los muchos preparativos que había hecho para tal momento, viajo muchas veces antes a lugares inhóspitos, lejanos, distantes, siempre pensó que el hombre interfería en los paisajes que la naturaleza ofrecía, caminaba horas alejándose de los pueblos más alejados que se encontraban, ahí era donde se quedaba con su cámara, su fiel compañera para inmortalizar todo el paisaje que tenía el privilegio de observar.

    La laguna era especial, fue el primer lugar donde fue a hacer un viaje fotográfico, trajo de aquel lugar solo una foto de carácter profesional, las demás se veían distorsionadas, por algo que nunca supo que era, aquella vez fue por un camino de trocha que nadie recorría por las historias que se hablaban.

    Ya venían a recogerlo los recuerdos de aquella vez tendrían que irse por ese momento, tenía todo listo y en solo dos maletas, para no hacer las cosas mucho más pesadas.

    —  Muy buenas tardes, sr Manuel

    —  Buenas tardes, Pedro, me agrada esa puntualidad que tienes, dijo Manuel con un tono amigable

    —  Me halagan sus palabras sr Manuel, dijo Pedro sonriendo.

    La ruta a la laguna era muy familiar para Manuel, por todas las veces que fue por ahí, incluso en cierto momento camino todo esa ruta, aunque lo hizo por partes, de pueblo en pueblo cada fin de semana, conocía bien el lugar. La laguna aún era un terreno desconocido para Manuel, el tiempo últimamente no le ayudaba, se limitaba a hacer solo fotografías en bodas, el dinero le hacía falta, el hambre siempre era lo primero que le hacía recordar que necesitaba más dinero, Manuel estuvo años dedicándose a ese tipo de fotografía.

    —  Sr Manuel lo veo muy entusiasmado, menciono Pedro

    —  Estaba esperando este viaje hace mucho, Pedro, me encanta este tipo de fotografía, dijo Manuel con un tono de felicidad.

    —  Anteriormente me comento eso, ¿Por qué le agrada tanto la fotografía de paisaje sr Manuel? Pregunto Pedro

    —  Años dedicándome a la fotografía, Pedro, años dedicándome a lo que me apasiona, aunque después de todo este tiempo me di cuenta que la fotografía de bodas o retratos no es lo mío, inmortalizar un paisaje en el momento correcto no tiene precio.

    Se notaba un tono de entusiasmo en Manuel mientras hablaba, la sonrisa no se desprendía de su rostro.

    —  Con eso no digo que los que hacen ese tipo de fotografía no hacen nada bueno, lo respeto mucho y sé que es difícil hacer ese tipo de fotos, pero lo mío es la fotografía de paisaje. Dijo Manuel con un tono de felicidad. Y ahora me pagaran por hacer eso. Menciono Manuel suspirando.

    Como si fuera un niño, que esperaba un dulce hace días. El sol se reposaba sobre las primeras montañas, tratando de ocultarse bajo ellas, habían llegado al desvió para la laguna, solo quedaba subir la pista que se dirigía a la laguna, la pista parecía dibujarse en la montaña como garabatos, ¿Por qué lo habrán hecho así? Se preguntó para sí mismo Manuel, la montaña que se mostraba frente a ellos, tenía un tamaño fenomenal, aunque no se atesoraba ninguna muestra de nieve en su cima, quedaba claro que en ciertas fechas esa cima se adornaría de nieve.

    La camioneta empezó a subir el camino dibujado como un garabato,  un rio de regular tamaño adornaba el camino, bajaba de la propia laguna como una fuente eterna de agua para todos los pobladores de ese lugar, ese rio adornaba los lugares en su cauce natural hasta que desembocaba en un rio mucho más contaminado  kilómetros más abajo. Ya al llegar al nivel de la laguna, los últimos rayos del sol en el día adornaban, el paisaje con una multitud de colores, aunque también empezaba a sentirse el frio, el viento helado de lugares tan altos como esos, empezaba a sentirse en el rostro de ambos tripulantes.

    La camioneta estaba llegando a la plaza del pequeño pueblo, donde el silencio abundaba, unas cuantas personas caminaban, en la plaza alumbrada por pequeños faroles, solo iluminaban de manera tenue, dando un manto oscuro a todas las personas de ahí, no se distinguía

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