La cabaña de Uspallata

Por Zunilda Bonetto y Gustavo Farabollini

Uspallata, un viaje, un cambio de vida, una ilusión, un deseo que, cuando ya parecía impensado, se hace realidad. En la mitad de su vida, después de haberse dedicado por completo al cuidado de sus familiares, Elena se descubre vacía y siente el peso de la soledad.
Pero su carácter arremetedor le impide autocompadecerse y decide hacer un cambio en su vida, aunque deba lidiar con el estructuralismo social de la década de los ochenta y su educación conservadora que por tanto tiempo le impidió pensarse como una persona con necesidades y sentimientos, aunque deba enfrentarse a sus propios miedos. Los sueños y necesidades de Elena, no son ajenos a cualquiera de nosotros, de aquellos que anhelan una vida cotidiana rodeada de amor y de paz.
Zunilda Bonetto, escritora de La cabaña de Uspallata, no solo nos hace viajar con su escritura paisajística por uno de los tantos lugares hermosos que tiene nuestro país, disfrutando de la aventura de Elena, sino que además nos invita a reflexionar sobre ese trasfondo social y cultural que se reflejan en los personajes.

• Idioma: Español
• Editorial: Robalir
• Fecha de lanzamiento: 27 sept 2020
• ISBN: 9789874781208

Vista previa del libro

Zunilda Bonetto

La Cabaña de Uspallata

www.robalir.com

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Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723

© 2019, Zunilda Bonetto

© 2019, Robalir

Primera edición digital: septiembre de 2020

Foto de portada: Nathan Dumlao, a través de Unsplash

ISBN: 978-987-47812-0-8

Contenidos

1 Portada

2 Aviso legal

3 Contenidos

4 Dedicatoria

5 Epígrafe

6 Prólogo

7 La llegada

8 Conoce la cabaña

9 Los cinco sentidos puestos en la cabaña

10 ¡A vivir en la cabaña!

11 Su primer trabajo en Uspallata y la aparición de Esteban en su vida

12 Otro trabajo llega, y con él, el amor de su vida

13 Wilson dialoga con Elena

14 Los dueños van a la cabaña

15 Esteban invita a Elena a su casa

16 El Puente del Inca los une en un beso

17 Era hora de viajar a Uspallata

18 ¡Las dos al comedor de Mercedes!

19 Santa Fe aflora en el mercadito

20 Las amigas van a la gruta

21 Al fin, conozco a Wilson

22 El paseo por Luján de Cuyo

23 Mi regreso a Santa Fe

24 La mala noticia

25 Unidos para siempre

26 Wilson y Elena van a la gruta

27 Epílogo

28 Compartí tu opinión sobre el libro

29 Sobre el autor

30 Robalir Editora

31 Datos del ebook

Dedicatoria

A mi compañero de vida por asentir a mis deseos de aventura en Uspallata, así se grabaron en mí tantas vivencias y paisajes.

A mis familiares que me acompañan en esta nueva aventura y son protagonistas en algunos capítulos.

Y a los amigos amantes de las letras por su apoyo incondicional.

El hombre encuentra en su fantasía, la máxima expresión de la palabra libertad. La protagonista de esta novela, elabora el proyecto de su sueño, haciendo uso de esa autonomía. Así consigue la felicidad, cuando las posibilidades parecían ser mínimas.

Prólogo

Zunilda Bonetto tiene mucho para decir, comunicar, mostrar de su mundo interior. Lo hace en distintas vertientes del arte y, en los últimos tiempos, desde la narrativa. Cuando se incorporó al Taller de Escritura Creativa de UPCN, en 2018, traía la mención en un concurso, un par de relatos publicados en antologías y una novela, a medio escribir, debajo del brazo: la que ahora aparece como La Cabaña de Uspallata.

Si bien no trabajamos el texto en nuestros encuentros de taller, Zunilda, con esfuerzo y dedicación, cumplió con todas las consignas y aceptó las sugerencias y observaciones a otros relatos que, seguramente, sumaron para la culminación de esta su primera novela.

Zunilda compartió, con los compañeros del taller, cada uno de los avances y experiencias vividas en el proceso editorial y subrayó el trabajo conjunto con los editores desde el primer borrador, y por varios meses, hasta llegar a la obra que hoy comparte con los lectores.

La autora ama la naturaleza y cada rincón de la Argentina. La conoce, no como turista sino como una viajera que supo mimetizarse con cada paisaje y respirarlo con el pecho abierto. Eso rezuma en el texto: en cada página intenta transmitirnos esa, una de sus pasiones.

La Cabaña de Uspallata se lee con fluidez. Zunilda no apela a incógnitas para llevar de la mano al lector: en cada capítulo anticipa en el título lo que va a ocurrir; como en las películas mudas. Es una ficción con mucho de autobiográfico, algo que termina de develarse en el epílogo; y, volviendo al cine: remeda los documentales que después del final cuentan qué fue de la vida de los personajes.

En la novela hay dos narradores. El primero nos muestra la realidad desde el omnisciente. El otro se anima a una primera persona: casi sin avisar, el narrador también aparece como personaje y se incorpora al texto. Avanzando en el libro encontramos muchas historias en una: la de la superficie, de la protagonista principal; y también las que muestran el devenir de los demás personajes.

El presente y el pasado se tejen, en cada capítulo, y así Zunilda perfila y profundiza las carnaduras de cada quien. Hay recuerdos que vuelven, a veces con heridas, otras con evocaciones nostálgicas de tiempos mejores. Se mezclan desgracia y suerte, accidentes y salvatajes; aunque detrás de todo se vislumbra la esperanza.

En este libro la autora nos invita a viajar con ella a través de los sentimientos, que expone y exalta; a embebernos de paisaje, no como telón de fondo sino en el rol de protagonista; a desplegar los sentidos degustando colores, texturas y sabores. La puerta de la cabaña está abierta y la mesa servida: ¡adelante!

Gustavo Farabollini

La llegada

Se detuvo el colectivo de media mañana en Uspallata, y entre pasajeros, paquetes y bolsos, el pueblo le dio la bienvenida a Elena.

El sol mendocino, que pintaba a las montañas con su auténtico color, sofocaba todo su cuerpo, sus mejillas estaban sonrojadas y acomodando su cabello húmedo de transpiración, con un gesto inusual demostró que estaba agobiada. Se sintió estática por un momento.

Recordó la escena que soportó callada esa noche de Navidad. Al no encontrar el reloj de oro, su objeto más valioso, decidió preguntar por él en la mesa familiar. Recibió un ataque colectivo como respuesta, pero el reloj no apareció. Con el tiempo supo que lo habían vendido. Era su familia, sin embargo, convenía marcharse buscando aire puro y silencio.

Todo era incierto aunque esperanzado, contaba con algunos ahorros y deseos de vivir en el lugar que más amaba en el mundo, y aunque los años se le habían acumulado, confiaba en lo que le quedaba de su vida para tratar de encontrar felicidad.

Solo una cuadra la separaba del hotel que había reservado. Colgó un bolso en su hombro y el otro terminó arrastrado en los últimos metros, el sudor la empapaba toda. Algo de bronca y cansancio, y la congoja que había dejado el mal recuerdo de su familia, la habían sacado del entorno por un momento al descender del colectivo.

La montaña que su amiga de Santa Fe llamara «la rosada», parecía penetrar