Laura y el mundo de los sueños
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Una mágica aventura que te llevará a conocer mundos y criaturas jamás vistos, que te mostrarán que nada es lo que parece.
Un día Laura descubre que Bob, el hombre con el que va a casarse, no es lo que parece. A partir de ahí, una serie de descubrimientos hará que su vida cambie radicalmente. Consciente del peso de una responsabilidad que le viene grande, emprende un viaje para encontrarse con su destino, acompañada de nuevos amigos incondicionales que están dispuestos a dar su vida por ella.
Laura, junto con Mari Lu, Flor y la pequeña Estrella, se dirigen al mundo de los sueños. Debe liberar a la tierra del dominio de la Noche y hacer que reine la Luz. El camino no es fácil. Es un largo viaje lleno de aventuras en el que atraviesan cuevas oscuras, un bosque de petrificados, un río de lava, una montaña de eco, numerosos peligros a los que se deben enfrentar y de los que siempre aprenderán algo. A lo largo del viaje, salpicado de historias, van apareciendo personajes que se unen a Laura para ayudarla en su misión. Y no faltarán los hechizos, la magia y los sentimientos de amor y amistad.
Durante su aventura, Laura descubre el amor. Un nuevo compañero consigue conquistar su corazón, pero antes de poder compartir su amor, fatídicos acontecimientos los separan el uno del otro. Pero ella ya no es la insegura y débil niña y está dispuesta a hacer lo que sea para salvarle incluso emprender un nuevo viaje.
Snezhina Petkova Petrova
Snezhina Petkova Petrova. De nacionalidad búlgara. Nací en capital de Bulgaria, Sofía en el año 1972, el 2 de abril. Crecí en una preciosa ciudad que se llama Sliven. Me crió mi abuela, que era una profesora muy estricta. He estudiado en el mejor colegio e instituto Dr. Iván Seliminski. Soy una persona muy impulsiva, y por ello terminé mis estudios en TEE María Curie. Pero nunca he llegado a practicar mi especialidad. Estoy casada y madre de tres increíbles chicos. Me gusta el cine, me encanta la ópera y mi musical preferido es West Site Story, y el musical que vería todos los días sería Siete novias para siete hermanos. Me gusta leer. Mis autores preferidos son Eric Kästner, Petar Boves, Emilio Salgari y Julio Verne entre otros. Me apasiona escribir y por eso dedico mucho tiempo a ello. Hace varios años, gane un concurso de poesía de la localidad de Beniel. Mi poesía llamada Ser mujer, iba dedicada al 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora.
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Laura y el mundo de los sueños - Snezhina Petkova Petrova
Título original: Laura y el mundo de los sueños
Primera edición: Septiembre 2015
© 2015, Snezhina Petkova Petrova
© 2015, megustaescribir
Ctra. Nacional II, Km 599,7. 08780 Pallejà (Barcelona) España
Ilustración de la cubierta de Yani Hristova y Snezhina Petkova
Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.
Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a Thinkstock, (http://www.thinkstock.com) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
CONTENIDO
AGRADECIMIENTOS
CAPÍTULO 1: DESPUÉS DE UN CAFÉ AMARGO UNA DULCE GALLETITA SIENTA BIEN
CAPÍTULO 2: LA BELLEZA A VECES ES HORRIBLE
CAPÍTULO 3: ESPERANDO LO INESPERADO
CAPÍTULO 4: CUENTO O LEYENDA
CAPÍTULO 5: PRIMERA LECCIÓN Y PRIMER SUEÑO DULCE
CAPÍTULO 6: EN CAMINO
CAPÍTULO 7: EL MAL NO DUERME
CAPÍTULO 8: RIO ARDIENTE
CAPÍTULO 9: LA HISTORIA DE FLOR
CAPÍTULO 10: LA MONTAÑA DEL ECO
CAPÍTULO 11: PARA BIEN O PARA MAL - UN MAL JUNTO A UN MAL
CAPÍTULO 12: LA VERDAD – UN ARMA QUE SIEMPRE GANA
CAPÍTULO 13: EL BOSQUE DE LOS PETRIFICADOS
CAPÍTULO 14: EN LA OSCURIDAD SE ADENTRA LA LUZ
CAPÍTULO 15: ¡AL MAL - RESPONDELE CON BIEN!
CAPÍTULO 16: UN ATAQUE INESPERADO
CAPÍTULO 17: DESCUBRIRTE A TI MISMO
CAPÍTULO 18: NUEVO ATAQUE
CAPÍTULO 19: EL BOSQUE DE LOS SUEÑOS PERDIDOS
CAPÍTULO 20: CREPÚSCULO
CAPÍTULO 21: EL PAÍS DE LOS MINIALES
CAPÍTULO 22: MALAS NOTICIAS
CAPÍTULO 23: NUEVAMENTE DE VIAJE
CAPÍTULO 24: LAS AGUAS MANSAS A VECES ESCONDEN GRANDES PELIGROS
CAPÍTULO 25: EL REINO DE PATA PESADA
CAPÍTULO 26: AGRADECIMIENTO POR LA HOSPITALIDAD
CAPÍTULO 27: AL OTRO LADO
CAPÍTULO 28: RESPONSABILIDAD Y MAGIA
CAPÍTULO 29: VISTAS DESDE LA CIMA
CAPÍTULO 30: MALA BAJADA Y UN EXTRAÑO ENCUENTRO
CAPÍTULO 31: LOS MUROS DE LA CIUDAD Y DETRÁS DE ELLOS
CAPÍTULO 32: EN EL PALACIO
CAPÍTULO 33: EL RECIBIMIENTO
CAPÍTULO 34: LO MÁS IMPORTANTE ES SABER CUÁLES SON TUS RAÍCES
CAPÍTULO 35: UN RECORRIDO ÚTIL Y NUEVOS CONOCIMIENTOS
CAPÍTULO 36: LOS SÚBDITOS
CAPÍTULO 37: LA CORONACIÓN TAN ESPERADA
CAPÍTULO 38: PREPARÁNDOSE PARA LA BATALLA
CAPÍTULO 39: EL PRIMER ATAQUE
CAPÍTULO 40: INTENTO DE SORPRESA SIN ÉXITO
CAPÍTULO 41: LO QUE ESPERABA A ELVIRA
CAPÍTULO 42: DESPUÉS DE LA BATALLA
CAPÍTULO 43: LA VICTORIA AMARGA Y DULCE
CAPÍTULO 44: DEL OTRO LADO
CAPÍTULO 45: LAS REVELACIONES DE SU PADRE Y EL MIEDO DE BORIMIR
CAPÍTULO 46: FELICIDAD INESPERADA
CAPÍTULO 47: LA LLEGADA FELIZ
CAPÍTULO 48: MÁS SORPRESAS FELICES
CAPÍTULO 49: EL ENCUENTRO TAN ESPERADO
CAPÍTULO 50: A VECES LAS DECISIONES LLEGAN SOLAS
CAPÍTULO 51: ¡CADA HISTORIA TIENE SU FIN! ¡PERO ÉSTA AUN NO, PORQUE HE AQUÍ UN FIN Y UN NUEVO COMIENZO…!
AGRADECIMIENTOS
Quisiera agradecer principalmente a mi familia, por el gran apoyo que me han dado y por la confianza depositada en mí. También quiero dedicar un especial agradecimiento a mis amigas Yanitsa Hristova y Tonka Sultanska, sin vosotras este libro no habría llegado a publicarse. Y a Esperanza Mula Pastor por empujarme a escribir mas.
CAPÍTULO 1
DESPUÉS DE UN CAFÉ AMARGO UNA DULCE GALLETITA SIENTA BIEN
¡Sueños! A veces bellos y divertidos, a veces turbulentos y peligrosos. Otras veces llenos de pánico, o de imágenes repetitivas, que parecían intentar prevenirte de algo. Y así una noche, y otra, y otra
¡Soñaba! Daba vueltas y se estremecía. De nuevo la misma pesadilla, tan conocida y repetitiva. De nuevo aquel lugar asombroso, con aquellas torres tan altas que rozaban el cielo, de aquellos majestuosos castillos. Inmensos y admirables jardines, llenos de color, formando un arcoíris casi perfecto, por la infinita variedad de flores completamente perfectas y jamás vistas. Miles de mariposas, esparciendo a su alrededor el fino polen proveniente de sus delicadas alitas teñidas de miles de colores. Cada rincón colmado calor y amor.
Las puertas del espléndido castillo, enriquecidas con madera finamente entallada, y con grandiosas bóvedas tras los que se apreciaban paisajes de mares, llanuras y bosques. Podía sentir las suaves gotas, que salpicaban alegremente con el romper de las olas en las rocas, y el aire fresco que invadía el castillo, y hacia bailar ligeramente las copas de los árboles. Las ornamentas, cual fino encaje, se asemejaban a telarañas, llenas de delicadas gotitas de rocío, que brillaban al bañarse con los rayos del sol. Y hay tanta luz, tanta que te hace entrecerrar los ojos. ¡Está lleno de gente! ¡Gente diferente! Algunos incluso parecen inhumanos. Todos con atuendos desconocidos, como si de otras épocas o lugares imaginarios de los cuentos se tratase. Y todos están radiantes, sonrientes, y sus caras vivaces, transmiten amor y cariño, y tan inmensa felicidad que es capaz de derretirte de placer…
Y en ese momento desde algún rincón acecha la oscuridad: se arrastra, y gatea lentamente cubriendo lo todo, y llenando todo de dolor y tristeza…
Y normalmente se despertaba con la respiración profunda y entrecortada, y el sol brilla, y los pajarillos canturrean alegres…
¿Sí? Pero no. Seguro que nuevamente tenía la persiana bajada y la ventana cerrada. Se incorporó y se acercó lentamente a la ventana. Subió la persiana despacio. ¡Estaba oscuro! Era raro. Normalmente el sueño siempre se terminaba de día. Abrió la ventana, y repentinamente la baño el aire fresco de la noche. El cielo, vacío sin estrellas ni luna, tan profundo y oscuro, que al mirar un escalofrió la heló.
Justo cuando iba a cerrar la ventana, lo vio. Algo diminuto y brillante se dirigía hacia ella. Extendió despacio las manos para tomarlo con cuidado. Y sintió su calor. Miro desconfiada sus manos y abrió la boca asombrada, una niña, una diminuta y brillante niña. ¡Qué maravilla! Era tan pequeña como un guisante, rodeado por un haz de luz. Laura se giró, y con cuidado lo deposito en su estuche para las gafas. Se acurrucó tan cómodamente que parecía haber estado siempre allí. Ella se acostó en el acogedor calor de su cama y se durmió de nuevo.
Oh! ¡El despertador! Laura lo miró, esforzándose por abrir al menos uno de sus ojos, se giró ociosamente y se durmió de nuevo. De repente, sintió que algo no iba bien, y salto de la cama como si le quemara.
-¡Me estoy levantando! ¡Me he levantado! ¡Ya bajo! ¿Bob? ¡Estoy bajando! ¡Ya llego!-¡El albornoz, las zapatillas!-¡Uf!-Casi se cae por las escaleras.
-¡Bueno días Bob!
-Buenos días, mi preciosa mariposa nocturna–estaba tan fresco e impecable como de costumbre. Tanto que la invadía una intensa rabia por su buen humor y perfección todas las mañanas.
-¡No me llames así! Sabes que no me gusta y que además me aterra la oscuridad–le espeto con furia, mientras tomaba asiento.
-¿Noche dura?–Bob hizo caso omiso de sus labios demasiado finos por el enfado y sus cejas fruncidas, deposito un tierno beso en su frente, como si intentara suavizar su mal humor.
-M-m-m no. Como de costumbre-se estiro perezosamente, mientras intentaba poner en su cara algo parecido a una sonrisa.
-Oh mi preciosa luna–comenzó diciendo el como si hubiera omitido su gruñido sobre la oscuridad, pero ella le interrumpió.
-¡Sol!–le corrigió ella sonriendo con astucia.
-¡No! ¡Mi luna! Porque el sol brilla demasiado, y tendría que cerrar los ojos mientras estés a mi lado.–Los dos rieron ruidosamente–Y bueno querida, tus noches solitarias están contadas.–La beso con fuerza y entusiasmo–Queda poco para la boda, y entonces será el fin de los sueños–Ella lo miro insegura, pero prefirió ser amable, así que se limitó a servir el café, con una aún más amplia sonrisa.
-¡No de todos los sueños, claro!-¿Café?
-¡Gracias!–dijo mientras le alcanzaba la taza vacía.
-¿Cruasán?–le pregunto, mientras le daba un gran mordisco al suyo, como si quisiera así tragarse las no muy cariñosas palabras que brotaban de su interior.
-No, solo café–cogió el periódico y tomo un trago de café–¿Que vas a hacer hoy?
-Nada.–le contesto mientras se estiraba perezosamente de nuevo.
-¡Perfecto! Descansa, lo necesitas.–ella noto la ironía en sus palabras, pero prefirió hacer caso omiso nuevamente.
-Mi ángel de la guarda–le dijo en un suspiro mientras le mostraba una sonrisa juguetona.
-¡Me voy!–de repente salto, la beso de forma distraída en la frente y salió por la puerta.
Ella le acompañó y se quedó observándole pensativa: ¿Qué vera en mí?–Encantador, elegante, inteligente, director de una gran empresa familiar. Sin embargo yo, tan pálida y fantasiosa, de pelo siempre despeinado y eterno caos a mi alrededor. Observo su reflejo en el espejo, arrugando caprichosamente la nariz.
-Aunque en ocasiones él es extremadamente insufrible–comenzó a murmurar sola, o mejor dicho al reflejo despeinado que la miraba desde el espejo - Con su exagerada sencillez y su exigencia por cumplir sus múltiples normas.
Pero entre sus amistades, él era el partido perfecto, y si a Laura se le ocurrían plasmas sus quejas ante ellos, la miraban de forma que la hacían sentir una desagradecida. Bueno, a lo mejor simplemente era su rareza lo que la llevaba a esas opiniones y no él. Era posible que todo fuese por los nervios por la proximidad de la boda. Aunque, aún no habían confirmado la fecha, Bob siempre se refería a ésta como si fuese a la mañana siguiente. Pero antes de ese momento, tendría que pensar en muchas cosas.
-Oh mi querido Bob–suspiró ella–Incluso se preparaba su propia comida para la oficina, para no perder el tiempo en absurdos restaurantes
. En cambio ahora las bolsas estaban arrumbadas sobre el taburete del recibidor.
-Le voy a sorprender gratamente–Se colocó rápidamente el primer vestido que encontró, se puso esos mocasines blancos que adoraba, cogió la bolsa y salió apresuradamente. Y como de costumbre, su pelo fue totalmente ignorado, y tomando la forma que le apetecía.
El taxi la dejo ante el impresionante edificio, en cuya fachada, con letras inmensamente grandes ponía:
CREPÚSCULO E HIJOS
.
Miró hacia arriba y tembló de aversión y un inexplicable miedo. Nunca había estado aquí. Pero esperaba impaciente que pasaran los dos días que faltaban para que él le presentara a su familia. Era inexplicable el que se mareara cada vez que lo pensaba. Se paró en la entrada y le preguntó al portero donde tenía que ir. Éste la miro sorprendido, pero se lo explicó educadamente. Se adentró en el gran edificio y siguiendo su paso precipitado y se coló en el ascensor. En décimo piso salió del ascensor, y paso casi corriendo delante de la secretaria, que a su vez le grito algo, pero Laura ya estaba abriendo la puerta del enorme despacho. Algo, que con toda seguridad no debería haber hecho. Algo, que cambiaría toda su vida. ¡Se quedó petrificada en la entrada! En la tiniebla en la que estaba sumido el despacho, al lado del pesado escritorio de madera maciza, había alguien. El traje, los zapatos, el pelo eran de Bob pero ¿y la cara? Ante ella había una cara totalmente desconocida. Y no era solo eso, estaba segura que era Bob, pero ese oscuro y retorcido rostro, con ojos perversos y llenos de odio ¡No! No podía ser Bob, no podía ser verdad. ¿Dónde estaba el apacible y sonriente rostro de esta mañana? ¿Dónde estaba la juguetona y alegre mirada? ¿Dónde se había metido? Miró con temor a su alrededor. ¿Dónde está Bob? Sintió frio. Un indescriptible y aterrador miedo creció en su interior. Una voz histérica en su cabeza gritó ¡Corre!
-¿Bob?–consiguió arrancar la palabra de su interior, aunque había sido más parecido a un chillido.
La figura que tenía delante estaba casi igual de sorprendida que ella misma. Esa cosa
extendió sus brazos hacia ella. Laura comenzó a dar pasos hacia atrás, y en segundos se dio la vuelta y salió corriendo. ¡Y corría, y corría incansablemente! Lejos y más lejos. No sabía a donde, pero no paraba de correr.
No veía nada, ni oía a nadie, solo la vocecilla en su interior que seguía gritándole que corriese, como si en ello le llevase la vida. En su cabeza se agolpaban pensamientos desordenados y preguntas sin respuesta.-¿Qué era eso?–Su Bob, era un monstruo escalofriante, oscuro y feo. Un ser mucho más aprensivo incluso que sus sueños. De repente se paró y comenzó a frotarse los ojos. Se pellizco. No, no estaba soñando, aunque deseaba que asiera fuera. ¡No estaba dormida! De hecho, nunca había estado tan despierta. Lagrimas ardientes y llenas de rabia comenzaron a correr por su ardiente rostro de haber corrido. Le parecía que había dormido demasiado, y ahora se despertaba con sufrimiento. De repente todo oscureció, todo a su alrededor comenzó a girar, y sin darse cuenta de cómo, se desplomó en el suelo. ¿Cuánto tiempo había estado allí? ¿Qué le estaba pasando? Voces totalmente desconocidas la llamaban, y poco a poco la devolvían a la realidad.
-¡Ha abierto los ojos! Trae agua. Cariño, bebe un poquito–una sonriente y encantadora mujer, con la preocupación dibujada en el rostro, y cariño en los ojos, le sostenía la cabeza con cuidado, mientras daba órdenes a alguien–¡Trae me un trapo mojado!–Y nuevamente se giró hacia ella. Querida, ¿quieres más agua?
-¿Dónde estoy?–preguntó Laura, mientras intentaba incorporarse dificultosamente. Un ruido insoportable comenzó a sonar en su cabeza y la hizo entrecerrar los ojos.
-Oh, querida, estate tranquila, estás en un lugar seguro. Aquí por el momento es el sitio más seguro.–la tranquilizó la mujer con voz suave.
De repente Laura abrió sus asustados ojos, y miró a la mujer desconfiada.
-¿Qué quiere decir?–preguntó con voz teñida de miedo.
-Nada querida. Solo intento tranquilizarte, ya que parece que te has encontrado con un fantasma–dijo la mujer con voz dulce.
-Casi ha acertado.–Respondió algo más calmada. El miedo hacia que desconfiara de todo los que había en ese momento a su alrededor.
-Lo sé, se me dan bien las especulaciones–le contesto la mujer con la misma sonrisa cariñosa y era como si no hiciera caso de lo tensa que estaba Laura.
-¿Está ya Usted bien?–una voz grave y masculina sonó detrás de ella. Se giró precipitadamente. Una nueva ola de miedo la invadió ante la visión del ser más raro y pequeño que había visto, con brazos larguísimos y piernecitas diminutas, y seguramente se hubiera puesto a gritar si no se hubiese encontrado con su mirada preocupada y no hubiera leído el miedo en su rostro. Así que solo tomo una gran bocanada de aire y con voz simuladamente tranquila contesto:
-¡Sí! ¡Creo que sí!
Observó cómo desaparecía despacio la tensión en el cuerpo del ser, que tomó aire y preguntó:
-¿Dónde está ella?–Pero en esta ocasión su voz sonaba diferente, incluso algo dura.
Laura lo miró perpleja–Hoy todos están locos o son raros, o soy yo la que ha perdido la cabeza–pensó.
-¿Quién?–preguntó, con la misma rudeza en la voz con la que le había hablado el ser, aunque en su caso se notaba la sinceridad en su pregunta.
-¡Flor!–Los interrumpió la mujer con reproche en la voz–Hay tiempo. Dejemos que nuestra invitada se recupere.
-¡No! No hay tiempo–balbuceó el llamado Flor incomodo–Si ella está aquí, él ya está allí–dijo, señalando intencionadamente con exageración hacia el norte.
Sostuvieron con cuidado a la confusa Laura, y la ayudaron a incorporarse.
-Entremos dentro–dijo la mujer.
Con renuencia dejó que la levantaran. Pero su propio cuerpo le pesaba, y sintió un punzante y profundo dolor en la cadera. Al parecer se había hecho daño finalmente. La guiaron a través de los pequeños escalones hacia una entrada en cuyo cartel ponía:
Con Mary Lu ven a merendar, y la amargura te ayudara a endulzar
– y debajo con letras grandes ponía:
PASTELERÍA DE MARI LU
¡Entraron! A Laura la invadió un delicioso aroma a galletas recién horneadas, a café, a miel, vainilla y clavel, a la infancia en la casa de la abuela. En realidad nunca había tenido abuela, pero siempre le había gustado imaginarse como sería, y esos aromas le parecían los más adecuados. La voz de Mary Lu interrumpió sus agradables pensamientos.
-¿Galletita?–preguntó ésta ofreciéndole un platito lleno de galletas deliciosas, mientras la acomodaba en la silla.
Sin embargo, aquel ser enano seguía mirándola con tanta preocupación, que se sintió culpable, de las molestias que les estaba ocasionando.
Y en ese momento recordó los desagradables momentos por los que había pasado hacía nada más que unas horas, y sintió un escalofrío:
- ¿Qué me está pasando? ¡Me estaré volviendo loca!–Susurro–¿O estaré ya loca? Veo cosas inexistentes, o estoy teniendo una pesadilla muy morbosa con los ojos abiertos. Pero entones el dolor de cabeza regresó junto al dolor en la cadera, lo que categóricamente demostraba que estaba muy despierta. Miró a su alrededor. Contempló a través de la ventana. ¿Dónde estaba? Esa parte de la ciudad le era totalmente desconocida. Se incorporó.
-¡Tengo que irme! ¡Debo darme una ducha, tranquilizarme, debo dormir! Necesito ordenar mis pensamientos y relajarme.
-¡No querida, no puedes marcharte!–la dulce, pero firme voz de Mary Lu la asustó, e hizo que nuevamente se encendieran sus alarmas, y la mantuvieran alerta.
-¿Por qué? ¿Qué queréis de mí? ¿Quiénes sois? Quiero irme. Debo irme. Estoy muy agradecida por los cuidados que he recibido y los siento mucho por las molestias…
Pero la mujer le hizo un gesto para que callara.
-No puedes irte, porque corres un grave peligro–le dijo despacio con palabras a penas audibles–por el momento aquí estas en un lugar seguro, aunque no por mucho. Necesito que te tranquilices, que te concentres y que me digas ¿dónde está Estrellita?–La cara de Mary Lu se había tensado, y en sus ojos se podía leer la súplica.
-¿Qué? ¿Quién?–Laura pensó que su locura es estaba propagando.
-Pequeña y brillante bolita, con una diminuta niñita–dijo con nerviosismo el ser enano, aumentando la tensión.
-Oh! ¡Mi sueño de anoche!–miro Laura sorprendido–¿De eso me habláis?
-Me temo, que no fue un sueño querida. Y te suplico que intentes recordar dónde está. ¡Es muy importante que la encontremos antes que él!–la mujer continuó suplicándole con la mirada.
-¿Por qué estoy en peligro? ¿Y quién es ÉL? ¿Nos conocemos?, porque yo no…. – estaba no solo asustada, sino también muy confundida. Tanto que le pareció que su cuerpo no soportaría mucho más esa tensión. Sintió sus piernas temblar, cansadas.
-Antes de que me colmes de millones de preguntas, las cuales estoy segura de que tienes, por favor, contesta a la mía.
Miró a la mujer a los ojos, y notó su preocupación. Comprendió la seriedad de la pregunta que le habían hecho. Llenó sus pulmones de aire y lo expulsó ruidosamente antes de contestar;
-Si, por supuesto. Eso que buscáis, y afirmáis que no era un sueño, debe encontrarse en casa, en mi habitación, dentro de la funda de mis gafas…
Aún no había terminado con la explicación, y sus dos anfitriones estaban junto a la puerta, y desde allí Mari Lu se dio la vuelta y con voz autoritaria le dijo:
-¡Bien, ahora escucha me atentamente!–su tono era serio y se no taba que no consentiría discusión.–¡Flor y yo vamos a salir, y vamos a traer a Estrellita! Cuando volvamos, te explicaré todo lo que ocurre. ¡Te lo prometo!–Mari Lu posó su mano sobre su pecho, justo en el lugar en el que latía su corazón–Y solo te pido una cosa, que no te muevas de aquí, ya que de ello dependen nuestras vidas. ¡La tuya, la de Flor, la mía, y las de miles más!
Laura la miró escéptica. Intentó protestar, pero Mari Lu no la dejó:
-¡Si sales, él te sentirá, te encontrará y te matará! Sé que es difícil para ti creer todo esto, y por eso te pido simplemente que confíes en mí.–su mirada, suave y preocupada hizo que Laura se quedara ahí petrificada.
Antes de que siquiera pudiera intentar responder, los dos salieron rápidamente. Se había quedado ahí plantada y boquiabierta. No se atrevía siquiera a moverse. Su dolor de cabeza fue en aumento. En tan solo un momento su sencilla y tranquila vida se había derrumbado bajo sus pies. Dejó caer lentamente su cansada cabeza hacía la mesita que tenía delante, la acomodó sobre sus brazos y se durmió.
CAPÍTULO 2
LA BELLEZA A VECES ES HORRIBLE
-¡Truenos y relámpagos!–Rugía Bob como un loco. Toda la planta retumbba y temblaba–A tan solo un paso del final, y lo estas arruinando, porque no haces tu trabajo–su mirada feroz, no tenía nada que ver con el cariñoso y bien arreglado Bob de la