Cuentínimos: Cuentos breves

Por JORGE JAIME PALAFOX BASURTO

Es una serie de cuentos de ficción muy breves, con temas diversos que van de los puramente infantiles hasta los eróticos y de la comedia a la tragedia (aunque no en ese orden).

• Idioma: Español
• Editorial: Jorge Jaime Palafox Basurto
• Fecha de lanzamiento: 3 dic 2019

JORGE JAIME PALAFOX BASURTO

Jorge Palafox es abogado autodidacta, titulado por el CENEVAL. Desde hace 15 años imparte clases en el CECYTEJ y pertenece desde hace 5 años a la Academia Mexicana de Lógica, A.C.

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D.R. © Jorge Palafox, 2019

ISBN: 978-607-8535-83-5

Conversión gestionada por:

Sextil Online, S.A. de C.V./ Ink it ® 2019.

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Índice

Introducciónculis

Primeros cuentínimos

El cuentínimo más complicado

Amor a primera vista

Cazatalentos (head hunter)

Cuentínimo arrimado

Cuentínimo fastidioso

Cuentínimos que no llegaron a ser

El cuento no nato

Otro cuento no nato

El verdadero cuento no nato

El parto de un cuento

Cuentínimos que narran la sublime evanescencia de los amores

La separación más larga

El cuentínimo más triste

Historia mínima de amor

Odiosa breve historia de amor

Sentimiento de culpa

Sentimiento de serenidad

Un día, la noche

La princesa y el huracán

Cuentínimos desestresantes

Te di todo mi deste

Perotelodíjete

Dos desestresándose

Cuentínimo matemático

¿Abogado?

La mala onda

Cuentínimos solitarios

Discúlpame

No

Mis instrucciones para llorar

Ella

Pintor

Dónde está la luna

Cuentínimos ortográficos

Cuentínimo gramático

Esperando a la Lavín

Mi soñado encuentro con la Lavín

Mi disculpa al esposo de la Lavín

Tres puntos

Desilusión

Pérdidas y olvidos

Paraíso y olvido

Algo perdido

Perdí el brillo de mis ojos

Mi sonrisa y mi ceño

La duda

El Cuentacuentos

El cuentacuentos

El cuentacuentos que perdió un cuento

El cuentacuentos que perdió su imaginación

El cuentacuentos que perdió un refrán

El cuentacuentos que volvió a perder su imaginación

El cuentacuentos que perdió el sueño

El cuentacuentos que perdió otra vez el sueño

El cuentacuentos que perdió su trabajo

El cuentacuentos que seguía sin trabajo

Fabulínimas

Mi bella genio

El Újule

El conejo y la tortuga

La música

El crítico

El abogado

El político

Cuentínimos para dormir

Los cochinitos

Otra vez, los cochinitos

El conejito

Cuentínimos de autómatas

Entresueños

Sobresalto

Amor

Conferencia virtual

Érase un joven

¿Misántropo yo?

A dormir

Cuentínimos más turbadores

El altar

Detente, mujer

Cuentínimo de amor sin palabras

Se deslizó tu vestido

Cuentínimos sin acomodo ni hogar

Para un capítulo aparte

La larga vida de un gran luchador

El mago

Pedro minitas

La lluvia

Epílogo

Dedicatoria

A mis hijas.

Introducciónculis

Quise llamar a mis cuentos, como se debe, cuentíscula; pero no resulta ser un título muy atractivo. Luego quise llamarlos como no se debe, cuentísculos, pero resulta ser un título excesivamente atractivo. Por eso (aunque más porque se me antoja), los he llamado cuentínimos. Y así como el nieto del Ahuizote existió sin que su antecesor supiera nunca nada de su prolífica descendencia, quien sabe y puedan ser reconocidos, el día menos pensado, estos cuentínimos como los nietos de los poemínimos (como no se les busque más gracia ni más talento).

Degústense, si se quiere, a sorbitos, como un buen vino; o mejor aún: con un buen vino, pues así, aunque no gusten, gustarán.

Primeros cuentínimos

El cuentínimo más complicado

¿Y cómo decirle que no?

Amor a primera vista

– ¡……wooooow!

Cazatalentos (head hunter)

– Sí… nosotros le llamaremos.

Cuentínimo arrimado

– ¿Se puede?

Cuentínimo fastidioso

– ¿Ves?, ¡te lo dije!

Cuentínimos que no llegaron a ser

El cuento no nato

¡Lo tenía en la punta de la pluma!

Otro cuento no nato

Venía envuelto en una nube

Que el viento, mi enemigo, disipó,

¡Ea, devuélveme mi cuento, viento ladrón!

El verdadero cuento no nato

El parto de un cuento

¡Ya casi lo tengo!

Cuentínimos que narran la sublime evanescencia de los amores

La separación más larga

Él se casó con quien quiso, ella no. Ella se casó con quien debió, él no. Él quiso hacer amoroso ese deber, pero falló. Ella quiso evitar ese querer, y fracasó. Entre el evitar y el querer, al paso de los años, dos bellos frutos nacieron, dos. Los dos las quisieron, cuidaron, amaron, pero los años el paso al amor cerraron, no para con ellas, sí para con los dos. El amor no rindió el evitarse, el evitarse no rindió el quererse, el quererse no rindió el fallarse; y así, al paso de los años, el amor se rindió. Ella se separó de quien quiso, él no.