RETRATO DE UN INVIERNO EN LA PATAGONIA
DESDE PEQUEÑO ESTUVO EN CONTACTO CON LA NATURALEZA. LAS SALIDAS CON SUS ABUELOS Y LAS VACACIONES EN EL CAMPO ERAN FRECUENTES EN LA VIDA DE FRANCISCO ESPILDORA.
Y aunque se alejó de todo esto durante su adolescencia, la vida al aire libre terminaría llamándolo de vuelta.
«Llegó un período donde sentí, desde la naturaleza, el llamado a visitar lugares como los que frecuentaba de niño. Fue muy natural. Así fui estableciendo esta relación con la naturaleza, y da la casualidad, de que participo en un taller fotográfico», dice.
Lo que comenzó como un pasatiempo, se fue profesionalizando, pero todavía había algo que no estaba en orden. Al subir una foto a las redes sociales se pierde vigencia rápidamente, piensa Francisco, y por lo general, el trabajo realizado solo parece durar 24 horas. Por eso, la idea de hacer algo más duradero, se fue convirtiendo cada vez más en una misión.
Comenzaron los viajes: Atacama, Araucanía y los canales Patagónicos. Sus fotos obtenían cada vez mejores reacciones en las redes sociales pero aún faltaba generar algo que perdurara. Quizás hacer un libro que trascendiera más allá de unos likes…
La primera vez
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