Unidas contra el plástico
PAULA ESPEJO (40), psicóloga, buzo certificada, capitana costera y madre de tres hijos, no tuvo quien la introdujera al mar. Lo suyo solo nació de la curiosidad y la fascinación.
«El mar en mi vida ha sido un hilo conductor, una constante, desde súper chica. En mi casa había un libro con conchitas y yo no sabía ni leer, pero esa imagen que estaba pegada, la miraba y la miraba. Siempre fue esa sensación, de ir al mar, recoger conchitas y ver qué había pegado en las rocas», cuenta.
Pero a diferencia de otras historias, la de Paula no cuenta con un gran apoyo, ya que tuvo remar más bien sola para alcanzar este mundo que quería conocer.
«Es como en la película de Disney, Moana. A mí me pasó un poco lo mismo. Cuando quise bucear, mi papá me decía que no porque era peligroso. De hecho, trabajé un verano de bartender en Costa Cachagua para poder pagarme el curso y que nadie me pudiera detener »; recuerda.
Y añade: «en general, todo lo que tiene que ver con el mar en mi vida no tiene que ver con un abuelo que me haya llevado al mar, o con alguien
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos