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Ana, Una Condena Injusta
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Libro electrónico94 páginas1 hora

Ana, Una Condena Injusta

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Información de este libro electrónico

En una muestra de fuerza y deseos de luchar por la vida, nace esta historia situada en tiempos de la Santa Inquisición.
Ana Lourdes, producto de una violación, crece entre la lucha por superarse y la pérdida de un gran amor, en el transcurrir de su vida sufre una condena injusta que la somete a los más cruentos castigos, recupera su libertad a costa de la muerte de su madre y la pérdida de sus hijos.
En esta historia encontrarán el valor del amor y el deseo de una lucha ferviente e incansable por parte de nuestra protagonista, que ante la adversidad no se dejará vencer.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento7 feb 2019
ISBN9781463365431
Ana, Una Condena Injusta
Autor

Jorge Luis Meza Gordillo

Jorge Luis Meza, nace en un pequeño poblado de la provincia Chiapaneca, desde siempre su afición por la escritura lo lleva a crear esta obra donde matiza sus sentimientos y da vida a un personaje de carácter inquebrantable, como el que toda mujer lleva dentro.

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    Ana, Una Condena Injusta - Jorge Luis Meza Gordillo

    Copyright © 2019 por Jorge Luis Meza Gordillo.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2013916074

    ISBN:     Tapa Dura                978-1-4633-6545-5

                   Tapa Blanda             978-1-4633-6544-8

                   Libro Electrónico    978-1-4633-6543-1

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de la imaginación del autor o son usados de manera ficticia, y cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, acontecimientos, o lugares es pura coincidencia.

    Fecha de revisión: 05/02/2019

    Palibrio

    1663 Liberty Drive, Suite 200

    492810

    Para ti que con tu apoyo me impulsas cada día y con tu esfuerzo logras un éxito más en mi vida… Para ti Mairent Hilerio.

    Dedicada a mis cuatro ángeles

    L os años de 1720 corrían, la población vivía con el gran temor, los crímenes y asaltos en los caminos y senderos estaban sucediendo cada día más fuertes. La Iglesia Católica había instrumentado la Santa Inquisición como un sistema de control de la población, trataba con ello de garantizar el control sobre los habitantes de los pueblos, se había constituido como un instrumento para combatir la herejía y debilitar la oposición política local, acabar con la minoría judeoconversa y conseguir el financiamiento, por medio de la confiscación de bienes.

    La herejía de esos días era común por todas partes, las personas vivían con el temor de cometer cualquier error y que los personajes del santo oficio los acusaran de herejes y ser llevados a un calabozo y pasar lo peores castigos y más aún, perecer en manos de ellos. La persecución de las familias era intensa y no se permitían ser descubierto en ningún acto que contrariara las decisiones de la iglesia. Bajo este ambiente Lourdes una niña oriunda de un pequeño poblado crecía junto a sus padres y hermanos, provenía de una familia muy pobre que dedicaba sus labores a su subsistencia.

    Hija de Ana y Héctor, ambos campesinos que sin el menor recato habían procreado a seis hijos de los cuales Lourdes era la mayor y que para desgracia de Héctor había sido mujer y que desde su niñez había padecido la necesidad de trabajar junto a ellos.

    Una tarde del mes de Septiembre cuando el sol comenzaba a ocultarse tras las colinas y las sombras del anochecer avanzaban, Lourdes caminaba por el sendero que lo llevaba a casa, la cual se encontraba en un pequeño predio ubicado en una comunidad muy humilde llamada Chinotahueca, esta pequeña población alejada de cualquier civilización en donde la pobreza y la ignorancia abundaba, donde la mayoría de sus habitantes dedicaban sus esfuerzos al cultivo del maíz y del frijol con lo que alcanzaban el sustento ya que su vida precaria no les permitía mas, o bien se empleaban en las haciendas de los alrededores en donde eran tratados casi como esclavos percibiendo un muy bajo salario.

    Lourdes era enviada por su madre a vender huevos recolectados de toda la semana de las pocas gallinas que poseían y con eso obtener un dinero más que aliviara su pobreza, llevaba sus huevos en una canasta de mimbre y muchas veces tenía que caminar durante largas horas para poder venderlos, esa tarde regresaba contenta de haber terminado la venta y jugaba con la canasta arrojándola al aire y recogiéndola nuevamente, caminaba de prisa ya que la tarde le había ganado y su madre estaría preocupada, sus pies descalzos caminaban rápidamente, la tarde caía y las sombras que avanzaban la llenaban de miedo. De pronto detrás de unos matorrales dos hombres vestidos con sotanas largas y encapuchados de los rostros comenzaron a seguirla, al darse cuenta de que era perseguida apresuro aún más el paso, sus pies descalzos tropezaban con las piedras de aquel sendero, pero aun así trataba de correr, los hombres se acercaban y casi la alcanzaban.

    Una mano se posó sobre los hombros deteniéndola, ella trato de escaparse pero sus fuerzas débiles sucumbieron ante el acoso de aquellos hombres.

    Era ya pasada las nueve de la noche y Ana la madre de Lourdes esperaba impaciente en la puerta de entrada a la pequeña vivienda, el temor de que Héctor, su esposo se percatara de la ausencia de Lourdes la aterrorizaba, se asomaba inquieta tratando de ver en aquella oscuridad inmensa y no lograba ver nada, dentro de la vivienda Héctor y cinco niños más esperaban que Ana llegara a reunirse con ellos.

    Con el pretexto de ir por agua Ana logro escabullirse de la vivienda en busca de su hija, unos metros más allá del sendero encontró a su hija llorando y con las ropas desgarradas, la tomo en sus brazos y apoyándola en su hombro pregunto

    -que te ha sucedido hija

    Lourdes era una muchacha muy callada y simplemente se concretó a responderle a su madre

    -Nada mamá, solamente me tropecé al correr y me caí en la barranca y mira me destroce el vestido

    -pasa que no te vea tu padre, cámbiate y ven con nosotros ya tu padre está inquieto

    -si mamá

    La vida triste y monótona de la familia transcurría sin pena ni gloria, Lourdes como hija mayor de esa familia colaboraba con sus padres al sostenimiento de la familia trabajando en el campo a la par de ellos y procuraba apoyarlos aún más realizando los mandados a la población más cercana en donde cada que reunían una cantidad de huevos los llevaba a vender y eso les daba un ingreso que les ayudaba a comer todos los días.

    Los días pasaron sin que Ana pudiera conocer las causas del porque su hija había llegado con las ropas rotas aquella noche, trataba de sacarle información pero siempre que buscaba la manera de incidir en el asunto, Lourdes evadía las preguntas. El tiempo no permitía que madre e hija pudieran sentarse a conversar por tiempos prolongados, siempre los quehaceres del hogar les privaba de ese beneficio, Lourdes de pronto comenzó a notarse decaída, se cansaba rápidamente y su estado de ánimo cambio radicalmente ya no era aquella muchacha alegre que gustaba de cantar mientras trabajaba, ahora dormía más de la cuenta y comía poco, bajaba de peso y todas las mañanas amanecía con nauseas, ella desconocía la causa pero Ana pronto se había dado cuenta, desde aquella negra noche su hija ya no era la misma aunado a que los cambios en su salud.

    Las sospechas de Ana la hacían estremecerse, por su mente pasaban ideas que no podía rechazar aunque trataba de negarlas, su hija cada día daba muestras de lo que ella con la experiencia de haber procreado a seis hijos sabía, el vientre de Lourdes comenzaba a abultarse y las continuas nauseas que padecía todas las mañanas

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