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La Sombra De La Dictadura
La Sombra De La Dictadura
La Sombra De La Dictadura
Libro electrónico321 páginas5 horas

La Sombra De La Dictadura

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La Sombra de la dictadura es una novela de la vida real.
Es una historia que vivi el pueblo paraguayo en la poca de la dictadura, aos de sufrimiento y de dolor, un buen da sali de la sombra a luchar por la paz y por la dignidad de su pueblo as empez la lucha por derrocar al despiadado dictadura. Juan experimento la dictadura con su propia vida, por eso escribi tal como lo sinti los sufrimiento de su pueblo y de la familia paraguaya en aquella poca. Fueron crueles los das, fueron das grises y dolorosos aquellos das para todos los pueblos. Escribi con su puo y dolor cada sufrimiento de su pueblo, quedara plasmada por siempre la historia de la familia de esta historia. Juan sali de su pas en busca de nuevos horizonte, la dictadura no le dio oportunidad de sobresalir en nada as llego a la tierra de oportunidades y ahora vive en New York tratando de olvidar los tiempos sangrientos de la poca de la dictadura.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento15 nov 2012
ISBN9781463332853
La Sombra De La Dictadura
Autor

Juan Cáceres Chamorro

Juan Cáceres Chamorro nació el 21 de mayo de 1959 en Primero de Marzo Paraguay. Sus padres fueron María Antonia Chamorro y Enrique Cáceres. Son cinco hermanos, viene de una familia humilde. Experimentó con su carne propia la dictadura.

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    La Sombra De La Dictadura - Juan Cáceres Chamorro

    Copyright © 2012 por Juan Cáceres Chamorro.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de la imaginación del autor o son usados de manera ficticia, y cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, acontecimientos, o lugares es pura coincidencia.

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    Una novela escrito por Juan Cáceres Chamorro, basada en la vida real de muchas personas que vivieron esa época y especialmente de una familia que fue despiadadamente aniquilados e ultrajada y expulsados de su propio país, a un país lejos y sin saber ni el idioma de aquel lejano país. Claro, esta novela tiene nombre ficticio cada uno de los personaje, si tiene algún parecido a su historia o a su nombre es pura coincidencia de la vida. La historia es inédita.

    image_155.jpg

    Mayo 21 de 1959 a las 6:00 de la tarde un atardecer gris y frio, nació una linda niña llamada Alba Rosa. La madre espero con mucho amor, durante nueve meses para dar su amor y ternura, el padre no quería que naciera y, el resto de la familia: se oponía al nacimiento de la niña, nadie estaba de acuerdo con. La madre de Alba Rosa se llama María Chaparro y el padre Eladio Casanova, ellos se casaron sin el consentimiento de los padres, porque ella estaba embarazada, por eso el padre de la niña no quiere saber nada de ella. Durante el embazo de María sufrió toda clase de abuso, ella dio a luz en su casa con una comadrona, su marido es un haragán no hace nada, vivía en un pueblo muy lejos de la capital, mucho más lejos de los padres de ella. Sus padres nunca estaban de acuerdo con su noviazgo pero no pudieron hacer nada al respecto, ella eligió su propio destino y, así fue. María con su recién nacida en brazo tenía que trabajar, sin la ayuda de nadie. Alba Rosa fue despreciada desde el momento de la concepción, eso no mermo el amor de su madre hacia ella, al contrario, le lleno de ternura y de amor. María insistía a su marido para ver a su hija.

    — ¡Mira la carita de tu hija Eladio, ella es tu hija!

    — No me interesa ver a esa bastarda, no quiero ver, no es mi hija.

    — Eladio no digas eso, es tu hija, muestra hija nació del amor, es el fruto de nuestro amor. Eladio antes de salir del cuarto le reprocho una vez más.

    — De que amor tú me está hablando estúpida, bien sabe que yo me case contigo, por culpa de esa bastarda.

    Salió del cuarto sin mirar la cara a su hija, reniega de su hija. María se queda sola bañada de su propia llanto, sola sin el apoyo de su madre ni de nadie. No tenía nada para comer, la comadrona se haya ido, entonces sin saber que hacer se levantó en busca de comida y se fue a la casa de una vecina pedir ayuda. La vecina sabía que ella acababa de dar a luz, se asombró al ver levantada, le dio algo de comida y le acompaño hasta la casa. Por el camino María comento a su vecina lo que estaba pasando con ella y con su recién nacida, la amiga le aconsejo que se fuera como dé lugar de su casa, sin que llegara a mayores consecuencia, no le contesto nada.

    — María tu tiene que dejar a tu marido, tiene que ser rápido, no dejes que te golpees más, ahora está a tiempo, agarra a tu hijita y vete lejos.

    — No puedo, no sé dónde irme, sabe bien que mis padres no me quieren en su casa con mi hijita: no tengo dinero, recién parida, que hago Carlota.

    Empezó a llorar, Carlota trata de consolarla. Ella también empezó a llorar con ella, las dos amigas estaba empapada de llanto, mientras Carlota preparaba la cena a su amiga y vecina las dos chillaba. María le conto que su marido ni siquiera se acercó a mirar a la hija recién nacida. Carlota

    — Que espera entonces, que un buen día llega de la calle borracho te mata a ti y tu hija, vete mujer lejos vete, vete. María.

    — ¿Pero a dónde me voy? Ya te lo dije que no tengo dinero y a nadie. Si pudiera ahora mismo me voy y no vuelvo a ver a este diablo pero no sé dónde.

    Comió la comida mientras daba de comer a la recién nacida. La vecina se despidió y salió del cuarto bien comida y acompañada de su hija María se mostró más calmada.

    Mientras tanto Eladio en la cantina bebían bocanada de ron baso tras baso, para no recordar que es un nuevo papá, un amigo de él hiso un comentario para él de muy mal gusto y se enojó de tal manera que rompió hasta las mesas de la cantina.

    — Eladio. Miserable, mi esposa es mío y de nadie más, te demostrare como se respeta a una mujer imbécil. Le dio una paliza que nadie pudo controlar el zafarrancho por un comentario de Eduardo.

    — Solo decía, no te enoje conmigo Eladio, yo se respetar a una mujer, porque yo nací de una de ella y también tengo hermana e hija, pero si te queda el zapato pues usalo y no te quita más, esa niña es tu hija, eso nadie puede quitártelo. Eladio se enfureció más y empezó de nuevo con su berrinche de borracho. Se formó un zafarrancho y salió del lugar: por el camino a la casa se le vino a la mente que ya es papá, con toda de las palabras, que ya había nacido su hija y estaba sana y en brazo de su madre, borracho y todo mostro un poco de emoción al decir mi hija.

    — Mi hija… no puedo creer que ya soy papá, es bonito escuchar decir a las personas el nuevo papá. Siguió su camino rumbo a su casa, le costaba caminar pero hacia todo lo posible para caminar derecho y se iba de un lado a otra pero cada vez más cerca de su casa, le salía las lágrimas de la emoción, era demasiado tarde para ver a su hija despierta. La niña estaba dormida, ya era las 1:00 de la mañana, cuando él llego a la casa. En la mano llevaba una bolsa de compra para su esposa y una ropita a su hijita. Eladio no sabía cómo entrar a la casa, después de que se comportó tan mal con ella y con su hija. Borracho y todo se dio cuenta lo mal que hiso.

    — Tengo que hacer rápido al contrario no sé cómo hacerlo. No se podía equilibrar bien en la puerta para entrar, no encontraba el agujero de la llave de la puerta, sintió María a su marido tratando de abrir la puerta y se levantó a abrir: al ver a su marido en el estado en que estaba no le dijo nada, trato de arrodillar Eladio para pedir perdón y no podía hacerlo. Por fin logro arrodillar y con la lengua baboseada le pidió perdón a su esposa y pedio ver a su hija, por primera vez, ella escucho la palabra mi hija que salió de los labios de Eladio y eso le conmovió al escuchar. Los dos se abrazaron y empezaron a llorar juntos, entraron al cuarto donde estaba la recién nacida. Eladio pidió a María que le permitiera cargar en sus brazos a su hija, ella no mostro resistencia y le paso la recién nacida al padre, el miraba la carita de su hijita y no paraba de llorar acariciaba la carita de la niña y decía que nadie podría apartar de su lado que el protegería contra todo.

    — Perdoname María por mi actitud, te juro por Dios que nunca más sucederá este contratiempo conmigo, perdón mi amor, solo hablaba por baboso, no era cierto que yo no quería a mi pequeña princesa, es mi hija y nunca faltara nada a ella ni a ti. María muy conmovida le perdono su actitud.

    — Bueno ya todo está olvidado y, tu hija no se acuerda nada, solo te pediré una cosa, que nunca maltrata a tu hija, mira está muy linda, se parece a ti.

    — ¡Verdad que sí!

    Se ríen emocionados los dos.

    Entonces abrazados se quedaron como dos tortolitos dormidos, pasaron los días, semanas, llego el primer cumpleaños de Alba Rosa, celebraron a lo grande el cumpleaños de la niña, la llegada de su primera hija izo milagro, Eladio busco trabajo en el juzgado de paz del pueblo, hiso todo lo posible para complacer a su esposa y a su hija. Ninguna de la familia de ambos se acercaron en ese tiempo: a pesar de que las hermanas de Eladio vivían cerca de la casa de ellos. En pleno fiesta le dio la noticia que estaba esperando su segundo hijo, él se quedó complacido al escuchar la noticia, bailo de la alegría, agarro en su brazo a su hija, acariciando la carita la llora en silencio, murmurando en el oído.

    — Mi amor perdoname por mi comportamiento, cuando naciste, perdoname mi princesa.

    María se dio cuenta se acercó a él.

    — ¿Qué te pasa amor, porque estas llorando acaso no te alegra la noticia?

    Eladio reacciono diciendo.

    — No amor, me encanto, solo estoy pensando lo que paso cuando mi hija nació, me puse como un estúpido.

    En esa época el país estaba bajo el régimen de un dictador. Sometía a sus pobladores a todas clases de tortura y, luego salía al mundo decir que en el país había democracia, para encontrar apoyo de otros países, en verdad no había mucho que hacer en un pueblo donde reinaba el odio y el egoísmo entre ellos mismo. María con su marido lucho contra todos para salir adelante, ella trabajaba como maestra de una escuelita afuera del pueblo, le hacia la vida imposible los mismo padres de familia y luego la sociedad donde vive, luego llegaron los militares a fregar más la vida a ellos, los pobres son que sufrieron más en esa dictadura. Como ellos solo tenía dos años de casado pues era un poco más difícil para ellos la situación. Pero su amor y sus constancias fueron las principales estrategias para salir a flote: Alba Rosa ya camina y el segundo hermanito estaba por llegar.

    — Eladio amor estoy cansada, me voy a descansar un rato, te dejo la niña cuidala muy bien.

    — No te preocupes mi amor, yo cuidare vete a descansar, me llamas si por necesita algo, solo grita.

    María se fue al cuarto antes de llegar grito a su marido.

    — Eladio pronto creo que ya….

    Salió corriendo a buscar a la comadrona del pueblo, cuando llego con la señora ella ya estaba en trabajo del parto y la niña llorando sola en la cocina. Llamaron a las hermanas de Eladio ni así llegaron a cuidar a la niña. No fue un parto largo pero la sorpresa de los tres eran gemelos. Eladio al escuchar a la comadrona que era dos en vez de un quiso desmayar pero luego se repuso y siguió ayudando a la comadrona cargo su gemelitos en sus brazos muy contento. María se quedó muy agotada después del trabajo del parto no era para menos, fueron gemelos una linda niña y un varón. Eladio dio gracia al cielo.

    — Gracias mi Señor, mil veces gracia y un mil veces bendito sea tu nombre.

    Se acercó a la esposa para agradecer nuevamente a ella.

    — Gracias amor mío por hacerme tan feliz y de hacerme tres veces papá, gracia por eso. ¿Cómo te siente? Ahora en adelante te juro que viviré para ustedes. Empezó a llorar Alba Rosa en su regazo y los dos recién nacido en sus brazos. María se quedó dormida la comadrona preparo una rica sopa de gallina para alimentar a la recién parida. Eladio ya estaba preparado esta vez. Tenía muchas gallinas y víveres en la alacena de la cocina: leche en polvo para Alba Rosa y unos cuantos potes de formula por si acaso para los recién nacido. Esa noche como las 12:00 de la noche se escucharon tiroteo de fusil, en el pueblo, dejando saber a los habitantes del pueblo que los militares estaba llegando, los militares andaba por esos rumbo en busca de soldados para el ejército. El dictador quería soldadito jóvenes en su ejército, para que le resguardara a él y su esposa, porque no decirlo también para saciar su instinto de enfermo sexual. La dictadura fue dura y cruel en todo momento.

    Eladio no tenía problema durante 25 años, pero llegaron los oficiales y ahí empezó la pesadilla de él, el capitán Eusebio Escobar le pidió un gran favor, sí pudiera buscar la lista del registro de los muchachos que estaba en la edad militar, para que los niños se enrolaran para el ejército, como él era empleado del gobierno, en ese momento esperaron su colaboración ellos se equivocaron con el, al día siguiente muy temprano se presentaron a la casa de Eladio un ejercito de soldados, a pedir que le acompañara a la oficina del juzgado de paz del pueblo, tenían que platicar de un asunto dijeron y se lo llevaron sin importar que la esposa estaba en cama y recién parida con tres niños, de todas manera se lo llevaron prácticamente obligado, cuando eso era el capitán Eusebio Escobar, era un hombre petiso con una pansa que solo Dios puede bendecir; porque es más malo y feo que nadie puede ni siquiera imaginar. Llegaron con muy mal carácter los soldaditos, en el pueblo ni para que decir su sud alterno peor sito. Mal educado como el mismo animal. Provocaron un cao rotundo a sus alrededor. Empezaron la violación y la matanza, eso a nadie le gustaba pero nadie podía decir nada, en el pueblo los mas grande oficial policiaca, hasta los soldadito escondieron la cara después de llegar esos vándalos de delincuentes, eso es lo que trae la dictadura en todas partes del mundo donde existe dictadura, solo por el poder ellos estaba y por nada más. María salió de la cama adolorida y no encontró al marido y la niña más grande llorando de hambre se dio cuenta que algo estaba muy mal en el pueblo: ella termino de cocinar la sopa de gallina y la leche que estaba cocinando en baño de maría. Una vecina llegó a avisar a María que a su marido se le había llevado a la oficina, los oficiales del ejército muy temprano. Ella se preocupó al no regresar su marido. La vecina se fue hasta la oficina y le dijeron que ya enseguida regresaría a casa. Entonces se fue de inmediato a avisar a María, se tranquilizaron las dos mujeres, porque el marido de la amiga ya estaba con Eladio en la jefatura en calidad de detenido sin cumpla. Eso burudanga provocados por la dictadura era frecuente en los pueblo más humilde del país, por ahí ellos reclutaron niños para el ejército.

    — ¿Por Dios que es esto, tiene que ser los militares? entonces los niños deberían esconder de los militares para que no se la lleve al cuartel, esos inútiles soldados de pacotilla. ¡Saben muy bien que aquí ahí niños menos de 15 años, están buscando estos malvados capitán matones del dictador! ese dictador porque no se dedica a sus hijos en vez de buscar problema a las madres, son niños muy tierno, ellos no tiene edad para servir al ejército, son unos par de descarados.

    — El mío apenas tiene dos días de nacido y ya estoy preocupada por el futuro de mi hijo, no me gustaría que creciera bajo el régimen de esta dictadura, no sé qué podemos hacer, para liberarnos del despiadado General: este es el comienzo de la tortura en nuestras vidas. Eladio regreso a la casa a eso de las 2:00 de las tarde, preocupado por su esposa y por sus hijos, él no sabía que le había pasado, si ya comieron o no. Llego con dos bolsos de compra.

    — Yo estaba muy preocupado por ti mi amor, por los niños ni que decir, yo halla estuve sudando la gota fría; cuando me estaba pidiendo los nombres de los muchachos en edad del cuartel. El gobierno de la dictadura va de mal en peor. Nadie podía decir nada a nadie, ni siquiera reclamar sus derechos, si eso mismo lo que no tenían la gentes derecho, cada vez más crueles los métodos de los soldados del ejército. Poco a poco va sacando las garras la mujer de los oficiales del ejército, ella usa a los soldaditos como empleados privados y doméstico, como jardineros en fin para todo. Ellas se presentan como las damas de la defensoras del pueblo y de los niños pobres y abusados, se codean entre las damas del pueblo y todas juntas no hacen una. Pasan las semanas y meses y llega los más poderoso y estruendo acoso del gobierno contra sus paisanos, los pobres no le quedaba ni para comprar ropa a sus hijos, todo para el gobierno y a sus secuaces, los pobres ya no tenía vida propia, en esa época había muchos partido en el país, pero lo más duro es el partido colorado en el poder y el otro el partido liberal radical. En gobierno sacaba a los grandes líderes del partido liberal a exilio, porque no le convenía que el mundo sepa lo que en verdad pasaba ahí. Eladio dejo de beber convulsivamente después de que nacieron los gemelos. La familia de María es decir los padres y hermanos es del partido liberal radical, ella es afiliada al partido colorado como su marido, por eso seguía trabajando como maestra y él en la oficina del juzgado de paz como secretario. Los sueldo de los dos no era mucho pero vivían cómodos sin apuro. Los empleados públicos empezaron a sentir el peso brutal de la dictadura. Los pobladores ya no se sentía cómodo, porque van perdiendo sus libertades de expresión, era demasiado tarde cuando se despertaron: porque el gobierno tenía el control total y en absoluto. Los pobres sin poder hacer nada y cada día más pobres y los rico más rico a costilla de los pobres, los niños trabajaban a par de sus padres, en los discurso los grandes oradores del gobierno decían que para ellos el bienestar de los niños será y es el prioridad de ellos. Eladio con María se sentaban por la noche para platicar del asunto y cosas del día. Eladio le pedía a su esposa que no dijera nada.

    — Mi amor no hables con nadie, sabe muy bien que estos desgracias no están vigilando, en pico de cera a todo.

    — No diré nada si estuviera loca yo, nunca hablare, tenemos tres hijos, por ellos bien podría matarme y no diré nada. ¿Por qué tú me está diciendo que no hable nada con nadie? ¿Acaso me está ocultando algo que yo no sepa?

    — No, por si acaso solamente, te estoy advirtiendo mujer.

    Siguieron platicando, se escucha los patrulleros por la calle, con su instrumento de guerra, caminan como si fueran oveja con su cencerro, empezó a perder vaca, muerte, niños violados y niñas embarazadas de los soldados del ejército. Padres de familia desaparecido madres muertas degollada por no cumplir los caprichos de los oficiales de la dictadura. Empezó la dura, cruel y sangriento dictadura dejando estragos a su vez. Los niños que venia del campo para la escuela no llegaba, se perdían por el camino, nunca más aparece con vida, los padres vivían en constante zozobra en tiempo de la dictadura. Eladio y María con tres hijos pequeños y la constante acoso del gobierno no sabía qué hacer, entre problema y desesperación María le dio una noticia a Eladio

    — Estoy otra vez embarazada Eladio.

    Se atraganto con un sorbo de agua de la noticia se quedó paralizado por un instante luego reacciono.

    — Bueno: si mío Dios tiene confianza en nosotros y nos dio hijos uno mas no es nada creo.

    — Sí, pero como esta las cosas aquí con nosotros tenemos tres y ahora uno más ¿que vamos hacer si perdemos el empleo?

    La hija mayor de la pareja ya cumplió los 3 años, los gemelos cumplió sus dos añitos, Alejandro y Alexandra, sana y lindos, ahora están esperando a su nuevo hijo. Alba Rosa empieza a hablar llamaba a su papá todo el día, al regresar del trabajo ella se pega como la garra pata a su papá, cuando llega la madre por la tarde llora al verla, pidiendo que le cargara los otros también. Eladio hacia todo para complacer a su familia. María empezó a notar de nuevo la pansa y también llega la persecución contra ella de parte del gobierno, llegaba en cualquier hora de la noche a la casa los gendarmes del ejército. Bueno la vida de la pareja cada vez más imposible, nadie sabe por qué la persecución. Se encontraron solo sin que nadie le pasara las manos, tan si quiera cuidar a los niños. Pero la esperanza de la pareja estaba la tente y viva pues eso le dieron la fuerza para luchar contra todos.

    Por el amor a su familia Eladio se aferró a su creencia, quería conservar intacto la familia. María lucho como pueda para que no sufriera sus hijos, lucho hombro a hombre con su marido. Una tarde llego del trabajo no vio a Eladio en la casa, los niños no estaban ahí, estaban en la casa de la vecina. Se asustó al no ver a sus hijos, se queda pálida y, temblorosa y empezó a llorar, la vecina salió con los niños al ver a los niños corrió a abrazarlos, pregunto dónde estaba Eladio. La vecina le comunico que él fue arrestado por el ejército, nadie sabía dónde se lo llevaron ni porque le arrestaron. Se desplomo al escuchar la noticia; los niños empezaron a gritar. Un rato después llegaron de nuevo los soldados del ejército también se la llevaron arrestada a María sin saber el porqué. Los niños se quedaron solos. Los padres presos y los niños con la vecina. María con su embarazo bastante avanzada y presa, el marido Eladio también fue arrestado sin causa alguna, nadie sabe dónde estaba Eladio. Trato la vecina y comadre de la pareja averiguar dónde estaba ella y él porque estaba presa.

    El oficial en cargado del caso comunico a la vecina que ella estaba detenida por una cosa que no tiene fundamento en la acusación de ellos y, Eladio estaba incomunicado en el cuartel general de la capital. Salió más confundida la vecina que una gallina en una autopista lleno de auto corriendo, entonces agarro los niños y salió de la comisaria del pueblo, tratando de comunicar con los abuelos de los niños y nada. Las tías viven en el mismo pueblo y no se preocupan de la suerte de los sobrinos. Una de ella llego después de muchos rogar. Ella solo pregunto si donde estaba Eladio mejor dicho en que comisaria estaba el. No pregunto por su cuñada ni por los niños. Para decir verdades ellos estaban bien con los políticos bien podría hacer algo para ayudar a ella y el, pero no movieron ni los dedos para nada. María en la celda fría y olía a hollín se encontró con muchas mujeres del pueblo, nadie sabía el motivo de la detención de ellas, era madres de familia, mujeres respetadas de la sociedad, maestra y en fin toda clase de la esfera social del pueblo estaba metida en un hueco. Había como cien mujeres esperando que le soltara para regresar a casa gunto a sus hijos, la hija mayor de María estaba enferma, los gemelos tenia gripe, la vecina la comadre y amiga se convirtió madre a los niños, pasaron tres semana encerrada injustamente las mujeres, salieron todas de buena a primera. El pueblo se convirtió en un estado de sitio para todo aquellos que paseaban de noche ya no existe la hora para recoger de la calle a casa era las 9:00 de las noche, te pasa la hora ten la seguridad que pararía a la comisaria y te costara mucho de zafar de ahí. Mientras Eladio desaparecido nadie sabe su paradero fijo. María llego a la casa de la vecina para recoger a los niños mientras ella caminaba a sus respectivo casa las otras mujeres fueron detenidas también y los niños nadie sabe dónde fueron aparar. María.

    — ¿Dios mío que fue lo que nos pasó? ¿Dónde está Eladio y mis hijos con quien está ahora?

    Las compañera de celda estaba con ella, la misma pregunta se hacían una y otra vez: estaban desconcertada, toda angustiada y se veía a la caras la desesperación, al no saber nada de sus hijos, salieron a la calle en busca de sus hijos las mujeres de más rescatada por la alta hora de la noche buscando a sus hijos, por la calle del pueblo entre soldados malo y oficiales corrupto estaba plagados el pueblo. Sacaron fuerza de donde no tenía por el amor a sus hijos y camina de un lado a otro, llegaron a tocar la puerta de la casa de un oficial del ejército y, salió furiosa la esposa del oficial, al ver a una manada de mujer desesperada abrió la puerta y platico con ella y decidió salir a la calle a buscar el paraderos de los niños. Caminaron toda las noches las mujeres no encontraban consuelo, una a una empezó a maldecir al gobierno, entre ella estaba María, al amanecer un soldado le dio la pista del paradero de los niños, se fueron como manada de vaca en busca de sus hijos, la esposa del oficial se puso enfrente y enfrentó a su propio marido. Desde lejos se escuchaban los gritos de los niños y el maullido de su guardián también gritaba como loco, ya no podía con ellos, porque lloraban todos gunto pidiendo ver a su madre.

    Desde lejos escucharon los llanto de sus hijos empezaron acorrer para abrazar cada una de las madres a sus hijos. Por fin María encontró a sus tres hijos y los dos hijos de la vecina, llevaron a los cinco niños a la casa. Los niños le tenían encerrado en un corral como animalito. El campo nadie trabajan los ganados parecía no tener dueños y el pueblo sin ley, parecía que estaban viviendo en el tiempo de los cavernícola, nadie tienen confianza en ellos. María

    — Por el amor de Dios que está pasando con nosotros, que podemos hacer para poder rescatar a nuestros marido, tenemos que hacer algo.

    Al día siguiente bien temprano llego una nota a María para que se presentara con sus hijos en la comisaria, ella estaba muy nerviosa, se preparó y se fue. Llego con sus tres hijos a la oficina y le mando entrar de una vez, el oficial le saludo y de una vez dijo que su marido estaba en la cárcel de la capital específicamente en tacumbu, la cárcel más mala del país entero. Ella sin sonsa ni perezosa pregunto.

    — Porque se le acusa a Eladio, que fue lo que hiso tan mal, que merece la cárcel.

    Él es un hombre de familia y recto con el pueblo y trabajador.

    — ¿Entonces qué fue lo que hiso para que le traten así?

    — ¡Yo quiero hablar con el señor oficial, si se puede claro está!

    El oficial se burla primero de ella, después le dio la dirección de la cárcel, donde estaba Eladio, el ahí vio cosas que no será fácil olvidar por el resto de su vida, la crueldad llega muy legos en la imaginación de los seres humanos, nadie ni siquiera se imaginan lo que sufrió Eladio en la cárcel, desde tortura hasta la violación de parte de los agente policial de la cárcel. La celda donde esta Eladio es de 4×6 estaban como cigarrillo uno encima de otros, los hombres sucio y sudoroso desconcertados; no tuvo tiempo de pensar en sus hijos, porque si lo hace; se volverá loco de la angustia, sin saber de qué está acusado. La situación estaba muy fuerte los oficiales hacia su fechoría como quieran, los presos no podían decir nada, no podían reclamar sus derechos, porque no tenían derecho nadie, solo el gobierno y sus secuaces tenían los derechos en las manos. Eladio cada minutos que pasa, va perdiendo la esperanza de volver a ver a su esposa y a sus hijos y más triste de no poder estar al lado de su esposa al

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