Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Vi La Luz: Encontré El Camino, La Verdad Y La Vida
Vi La Luz: Encontré El Camino, La Verdad Y La Vida
Vi La Luz: Encontré El Camino, La Verdad Y La Vida
Libro electrónico185 páginas2 horas

Vi La Luz: Encontré El Camino, La Verdad Y La Vida

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Es muy importante siempre, pensar positivamente y saber que todo, absolutamente todo, tiene un principio y un fin y, que por muy difícil que sean las cosas y se pasen pruebas, tribulaciones, desiertos, valles de sombras, de muerte, siempre hay una esperanza y al final verás la luz que tanto anhelas para resolver ese problema, esa enfermedad, ese desafío que de repente llega a nuestras vidas y muchas de las veces pensamos que no tienen solución y no encontramos la salida.

Siempre debes llamar a las cosas como si ya fueran hechas, mira al cielo que de ahí vendrá tu socorro, encuentra el camino que tanto buscas, sabrás cuál es la verdad y la vida que tú anhelas vivir con felicidad y con un corazón agradecido a Dios. Por tu esperanza, fe y dedicación, verás la luz.

Porque después de cada batalla viene el triunfo, el éxito y la prosperidad, para recibir siempre un milagro y decir gracias a Dios por cada día, por cada instante y por cada segundo de mi vida, porque respiro y puedo ver.

Por fin vi la luz y encontré el camino, la verdad y la vida.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento14 dic 2022
ISBN9781506549194
Vi La Luz: Encontré El Camino, La Verdad Y La Vida
Autor

Mary Escamilla

Dra. Mary Escamilla *Escritora, guionista y compositora *Doctora en Naturopata y Filosofa *Consejera de Salud Natural *Licenciada y Especialista en Adicciones *Ministro ordenado del Evangelio Mary Escamilla es una dama Mxico-Americana autora de veintitrs libros con diferentes temas y ttulos. Ha escrito seis guiones de pelculas y tiene en su haber ms de tres mil temas de canciones, algunos de ellos grabados por cantantes solistas o agrupaciones musicales de fama internacional. Mary Escamilla es doctora en Naturopata, graduada del Trinity College of Indiana; doctora en Filosofa y Herbologa de la Progressive Universal Life Church de Sacramento, California; certificada en Iridiologa y Herbologa en la International School of Natural Health; certificate in Instruction Food Handling Education and Safety Training in Los Angeles County Department of Health Services; certificate in the Course of Instruction Designed to Assist Interested Participants in Learning how to Improve the Diets of Their Families in University of California; certificada en Iridiologa del International Institute of Health Recuperation, de Miami, Florida, y es miembro activo del Naturopathic Board USA. Ella es miembro distinguido de Who is Who?, el libro del National Registers Executives and Professionals, que reconoce a personalidades destacadas en el mbito empresarial; asimismo, es miembro de la International Chamber of Commerce, California. Adems es la fundadora de Marys House Foundation, una organizacin altruista sin fines de lucro (non profit organization) la cual apoya a nios maltratados o abandonados por sus padres. Ha sido consejera de salud por ms de veinte aos en la prensa escrita, as como en sus programas de radio y televisin, cuyas recomendaciones y consejos nutricionales tienen como objetivo ensearle al pblico en general cmo lograr una mejor forma de vida. Su informacin ha cambiado el estilo de muchsima gente respecto a cmo llevar una alimentacin ms sana y una comida rpida con aprovechamiento de todos los nutrientes. Mary Escamilla ha recibido innumerables galardones por parte de la comunidad en la que se desenvuelve, reconocimientos de organismos gubernamentales, privados y medios de prensa. Su imagen es ampliamente conocida por sus apariciones en promociones, en medios escritos, radio y televisin, as como por las mltiples entrevistas que le han dedicado distintos canales de televisin locales e internacionales.

Lee más de Mary Escamilla

Relacionado con Vi La Luz

Libros electrónicos relacionados

Autosuperación para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Vi La Luz

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Vi La Luz - Mary Escamilla

    Copyright © 2022 por Mary Escamilla.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Fecha de revisión: 06/12/2022

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    849043

    ÍNDICE

    Prólogo:

    Los Genes

    Un Amor Verdadero

    La Tercera Edad

    ¡Codependencia!

    Posesiva Y Controladora

    Fui Abusada De Niña

    Amargura En El Corazón

    Marcia

    Lleno De Complejos

    Mi Esposo Se Enamoró

    Mamá Soltera

    Cuando El Padre Se Va

    La Ausencia De Mi Padre

    Promesa A Mi Madre

    Sobrepeso Y Obesidad

    Mi Matrimonio Se Está Acabando

    No Soporto Esos Líderes

    No Fui Buena Madre

    Codicio Lo De Los Demás

    Pastor Codicioso

    Marcas En La Piel

    Con La Mirada Hacia Abajo

    El Ladrón

    Mi Niño No Ve

    Adicto Al Pecado

    Un Crimen

    Me Enamoré De Otra Mujer

    ¿Qué Pasó Con Mi Hija?

    Inocente E Ignorante

    La Engañadora

    Epílogo:

    Biografía De La Reverenda, Doctora Mary Escamilla

    Títulos De Libros De La Escritora Mary Escamilla:

    PRÓLOGO:

    E S MUY IMPORTANTE siempre, pensar positivamente y saber que todo, absolutamente todo, tiene un principio y un fin y, que por muy difícil que sean las cosas y se pasen pruebas, tribulaciones, desiertos, valles de sombras, de muerte, siempre hay una esperanza y al final verás la luz que tanto anhelas para resolver ese problema, esa enfermedad, ese desafío que de repente llega a las vidas de las personas y muchas de las veces pensamos que no tienen solución y no van a encontrar la salida.

    Te sientes derrotado, cansado, atribulado, traicionado y engañado, y piensas que ya es el final, que no hay ninguna esperanza. Pero eso no es cierto, siempre puedes ver la luz y encontrar el camino, la verdad y la vida.

    Y eso te conducirá al éxito, a la prosperidad, a la felicidad y a la sanidad en todas las áreas de tu vida; en la familia, en tu matrimonio, en tus hijos, en tus amistades, en lo físico, en las finanzas, en tu trabajo, en tu negocio, porque siempre existe el milagro de vida. La luz siempre va a alumbrar el sendero por donde tú caminas porque Dios va delante de ti y ahí verás realizado tu milagro.

    Siempre debes llamar a las cosas como si ya fueran hechas, mira al cielo que de ahí vendrá tu socorro, encuentra el camino que tanto buscas, sabrás cuál es la verdad y la vida que tú anhelas vivir con felicidad y con un corazón agradecido Dios. Por tu esperanza, fe y dedicación, siempre verás la luz.

    Aquí, hay historias de la vida diaria, que suceden en cualquier familia y tú puedes experimentar o estar viviendo una de ellas, pero al saber que hay esperanza, tú verás la luz. Asimismo, encontrarás el camino, la verdad y la vida eterna.

    LOS GENES

    D OÑA MICAELA ES una señora posesiva, autoritaria y tóxica, a quien le gusta sobajar a personas que nacieron en medio de la pobreza y no quisieron, no pudieron o no tuvieron ninguna oportunidad para cambiar su estilo de vida. Para ella un ser humilde es sinónimo de repugnancia, no quiere ni verlo, evita poner su mirada en él si lo tiene a su alrededor y, ¡que ni se le ocurra acercársele!, porque ella ya está armando un escándalo contra esa persona que se ha cruzado en su camino por error, acusándolo de quererla asaltar, de intentar robarla o hacerle algún daño.

    Ella estuvo casada con Alfonso Mejía, un buen hombre que se destacaba como comerciante por ser honrado, trabajador y quien, gracias a su trabajo, le dio a ella muy buena vida. Pero también, quien decidió irse de su casa porque ya no pudo soportar más la tiranía de su esposa, aunque se fue con el corazón herido porque tuvo que dejar con ella a su ser más preciado, a su hijo Gildardo, quien en esa época tenía siete años, era apenas un niño.

    Alfonso hubiera querido tener más hijos con Micaela, pero ella echó todo a perder por su temperamento enfermizo y delirante, casi paranoico, se podría decir, con el cual ella se liberaba de los supuestos reclamos que Alfonso le hacía. ¡Qué situación más penosa!... Ese no era hogar, sino un campo de batalla del cual él prefirió escapar. Sin embargo, añoraba estar en esa casa que compró tan ilusionado cuando Micaela aceptó contraer matrimonio con quien, hasta ese entonces, ella consideraba ‘el amor de su vida’.

    Todo comenzó como Alfonso lo esperaba, un hogar prometedor, una esposa bella y pulcra que lo hacía muy feliz. Luego, esa etapa fue superada y en mucho cuando el matrimonio se enteró de la llegada de un nuevo ser a sus vidas, ¡su primer hijo venía en camino! Fue algo maravilloso, que les hizo creer que les uniría más en su vida como matrimonio.

    Alfonso se desvivió por darle lo mejor a ella y durante todo el embarazo le prodigó la mejor atención médica. Cuando por vez primera ambos tuvieron a su hijo en los brazos lloraron emocionados, sintiéndose los seres más agraciados sobre la tierra y dando las gracias a Dios.

    Poco tiempo después Micaela dio un cambio radical en su forma de ser para con su esposo, estaba extraña y se sentía mal. Él sugirió que acudieran a un especialista porque deseaba que ella estuviera bien en todos los aspectos. El médico les diagnosticó que se trataba de un caso de depresión posparto e inició una terapia con Micaela.

    Sin embargo, Alfonso notó que el médico se había quedado corto en sus apreciaciones, porque lo que el especialista comentó que podría pasar, que Micaela pudiera mostrar una señal adversa hacia su hijo, no fue así, ella se había vuelto posesiva con el niño y casi no le permitía a su cónyuge estar a ratos con él y mucho menos junto a ella.

    En efecto, ella mostraba una marcada animadversión pero dirigida a Alfonso, lo veía con desprecio, le gritaba, lo insultaba diciéndole que estaba arrepentida por haberse casado con él. Y fue así que Alfonso optó por salirse de la recámara conyugal. Muy triste, él seguía apoyando a su esposa casi en todos los deberes, los de trabajar fuera de la casa en su negocio, así como dentro de la casa porque ella no hacía nada.

    Él la veía siempre irritable y sentía miedo porque algo malo pudiera hacerle a su hijo. Pero no, más bien ella se exhibía sobreprotectora, más que eso, sumamente posesiva, al grado que en esa casa parecía vivir solamente dos personas, ella y su hijo. Alfonso era ignorado en todo.

    En el primer cumpleaños de Gildardo, Micaela lo sacó muy temprano de su casa, se fue con él y regresaron ya entrada la noche. Alfonso estaba allí esperándolos, muy preocupado y con un regalo que había comprado para su vástago. Ella como siempre lo ignoró, hizo como que no lo vio y subió hacia su cuarto llevando a su hijo en brazos. Él no los siguió para evitar cualquier discusión.

    Qué lejos había quedado aquella Micaela, ahora ella no le cocinaba, no atendía a su esposo en nada y él sí cumplía en todo como proveedor de su hogar, pero a ella eso no le importaba.

    Lo peor fue que cada año, en el cumpleaños del hijo de ambos, ella encontraba un pretexto o inventaba un subterfugio para evitar que Gildardo estuviera cerca de su padre. Esa situación se prolongó hasta cuando ese hijo que él veía crecer pero le era impedido siquiera abrazarlo, cumplió siete años. También al niño le dolía su corazón, él quería abrazar a su papá, pero ella no lo permitía.

    Cierto día, Alfonso llegó a su casa llevando como regalo una bicicleta para su vástago, él no reparaba en gastos si se trataba de dar algo a su esposa o a su hijo, pero cuando ella vio aquel juguete, explotó contra él diciendo a gritos.

    —¿Acaso estás loco?... ¿Quieres que Gildardo se mate montando ese aparato? ¡No lo voy a permitir, llévatelo!

    —Micaela, amor, si sólo se trata de una bicicleta, un juguete que Gildardo está en edad de aprender a usar.

    _¡Pues no lo quiero aquí, regrésalo y vete tú también!..

    —¡Te estás extralimitando Micaela!... ¡Me preocupa tu actitud y también siento temor por lo que vayas a hacer con Gildardo. ¡Estás mal, es necesario que vayamos con un médico para que te examine!

    Nuevamente ella reaccionó gritando.

    —¿Me estás diciendo loca?... ¡Loco tú que prefieres vivir aquí como ‘arrimado’. No ves que ni mi hijo ni yo te queremos!

    Era tanto el desamor que ella le manifestaba, que él decidió tomar un camino.

    —Tienes razón, debo estar loco para insistir en vivir a su lado siendo que me desprecias. Tú ganas, quédate con Gildardo y con la casa, no te va a faltar nada, soy el proveedor y seguiré con mis funciones de varón.

    Por su parte ella exclamó:

    —¡Vaya, hoy es el día más feliz de mi vida!... Por fin te vas y nos dejas para siempre en paz. ¡Adiós, vete ya!

    De esa forma fue como Alfonso decidió irse de su propia casa, llevándose malos recuerdos y el dolor del hijo que tanto amaba, pero cuya presencia le era negada. Al igual que el amor de su esposa y el desprecio que ella le manifestaba.

    Las personas cercanas a él, su secretaria y sus empleados, notaron desde aquel día que don Alfonso empezó a desmejorarse, se le veía cansado y agobiado. No obstante, jamás dejó de asistir a su negocio y atenderlo como propietario que era. Además, parecía estar al pendiente de lo que se les ofreciera a Micaela o a Gildardo. Nunca los descuidó, siempre estaba a la expectativa de lo que ellos necesitaran.

    Todos sabían que si él trabajaba a tal grado, era para alejarse, para no frustrarse más con la ausencia de su hijo y la indiferencia de la mujer que él seguía amando. Alfonso llevó esa carga durante años y, cuando Gildardo llegó a su mayoría de edad, pocos días después y tras dejar su herencia reglamentada, el buen padre y esposo pasó a la presencia de Dios.

    Nunca se vio en Micaela una señal de pena o dolor tras la partida de su esposo, ella se concretó a culminar con lo estipulado en la herencia y entonces, con una buena cantidad de dinero en sus cuentas bancarias, se sintió con mayor poder y fue soberbia ante los demás, hacia quienes ella consideraba inferiores.

    Y aunque Gildardo era de buenos sentimientos, en el momento que su madre le hizo saber que eran millonarios, él determinó que lo mejor sería vivir como lo que era, ‘un niño rico’. Fue entonces que continuó estudiando su carrera universitaria, pero a la misma vez se entregó a las fiestas y parrandas, a conquistar a todas las chicas que podía, porque a decir verdad, por su mamá siempre había sido sobreprotegido.

    —¡Ay hijo! ¿Otra vez ‘amaneciste malito’? Le voy a ordenar a la cocinera que te haga un caldo de pollo, ya verás que te va a caer bien. A propósito hijo, pórtate bien, recuerda que la próxima semana me voy a Francia por dos meses y te vas a quedar solo… Bueno, y con toda la servidumbre que está a tu disposición.

    Y como si aquél viaje fuera algún motivo especial para él, Gildardo optó por ir a comprar ropa, la que quisiera y le gustara, no como la que Micaela le compraba y tenía que usar por compromiso. Así que se dirigió a una famosa tienda de marca, a la que acudía gente rica y se dedicó a ver los aparadores y los objetos que vendían en cada comercio.

    Se detuvo frente a una zapatería y fue descubriendo uno a uno los modelos que estaban en exhibición, entonces pensó en probarse un par de esos lujosos zapatos y, cuando se disponía a entrar al negocio, salió una bella jovencita que le impresionó de gran manera, tanto que se quedó impactado.

    —¿Desea usted que le muestre algo? Le preguntó ella.

    —Por supuesto. Me gustaron esos zapatos, ¿en cuántos colores los tiene? Preguntó él con la intención de impresionar a tan bella jovencita, en quien se notaba la humildad y el buen servicio en su trabajo.

    —En cuatro diferentes colores. Respondió ella con entusiasmo.

    Tras probarse aquel calzado, él inmediatamente ordenó un par de cada color y, aunque esperaba que la hermosa chica se deslumbrara con la compra, no fue así, ella no se sorprendió para nada. Se comportó bien, como una empleada con su cliente, aunque internamente sabía que obtendría buena comisión por la venta de esos lujosos zapatos.

    Antes de salir de aquel negocio, Gildardo se detuvo para cerciorarse si había causado algún impacto en la jovencita. Pero no, ni siquiera trató de verlo e inmediatamente fue a atender a otro cliente con una actitud natural.

    Así, el joven se fue cargado de costosas mercancías y su vanidad herida…

    —¿Cómo fue que la chica no mostró ningún interés por mí?, no logro entenderlo. ¿Cuál será su nombre? ¡Vaya, ni siquiera se me ocurrió preguntárselo!

    Al día siguiente Gildardo regresó a la tienda de zapatos, comenzó a caminar por el frente y de momento vio a la chica que le había impactado, ella caminaba llevando una caja en sus manos. Al ver que otra empleada se dirigía a él, Gildardo enseguida le preguntó.

    —Disculpe señorita, ¿cómo se llama esa chica? Ayer compré zapatos, ella es muy amable y yo no tuve la cortesía de preguntárselo.

    —¡Ah! Ella es Irma. Contestó presurosa, pues a ella le había gustado él, pero él

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1