MARY WOLLSTONECRAFT Una de las primeras feministas de la historia
LLA HISTORIA DE MARY WOLLSTONECRAFT ESCONDE UN LARGO CAMINO DE DOLOR Y TRISTEZA, DE LUCHA POR ESCAPAR DE UN MUNDO QUE SE EM-PEÑABA EN RELEGAR-LA AL OSTRACISMO DOMÉSTICO Y NEGARLE LA POSIBILIDAD, COMO A TODAS LAS DE SU GÉNERO, DE DESA-RROLLARSE INTELECTUAL Y PROFESIONALMENTE. Sin ser un genio precoz, su sabiduría creció junto con las muchas adversidades a las que se enfrentó. Fue su propia experiencia la que le dio la fuerza para convertirse en escritora y filósofa y entrar por la puerta grande de la historia del feminismo.
UNA INFANCIA ITINERANTE
Su llegada al mundo el 27 de abril de 1759 en el barrio londinense de Spitalfields no fue celebrada con mucha alegría. Su padre, Edward John Wollstonecraft, estaba demasiado preocupado buscando la manera de ganar dinero mientras ahogaba sus frustraciones en alcohol. Su madre Elizabeth Dixon, solo tenía ojos para su primogénito en el que vertió todo su cariño sin que quedara demasiado para Mary y el resto de hermanos que irían llegando.
Su infancia transcurrió entre constantes mudanzas que provocaron en Mary un profundo sentimiento de desarraigo. Nadie se preocupó por su educación y nunca se sintió cercana a sus hermanos y hermanas. Así que, además de ser testigo de las terribles palizas que recibía su madre cuando Edward John llegaba borracho a casa, Mary sufrió el desamor de sus seres más cercanos.
Mary fue a una escuela diurna en la que le enseñaron a leer y escribir y pocas cosas más. Hacia 1774, en su nuevo hogar de Hoxton, Mary encontró una válvula de escape acompañando a unos entrañables vecinos, los Clare, una ancianos que no habían tenido hijos pero que habrían sus puertas a todos los jóvenes que quisieran hacerles compañía. En casa de los Clare, además de encontrar cierta paz, Mary pudo acercarse a su amplia biblioteca y disfrutar de la lectura y el estudio. Fue en casa de los Clare donde Mary encontró también cierto respiro a su falta de afecto en la persona quien se convirtió en su mejor amiga.
