¡Ave María pues!: Recuerdos e Historias de la Familia Urhán Gil

Por Juliette Urhán Páez

En este libro escrito con amor y nostalgia, tenemos la recopilación de unos cuantos relatos característicos de familias que han tenido como escenario los municipios de Medellín, Barbosa, Urrao y Caicedo en el departamento de Antioquia (Colombia). Lugares recorridos por los antecesores de la autora y por ella misma en su niñez, adolescencia y juventud.

• Idioma: Español
• Editorial: Editorial Libros para Pensar
• Fecha de lanzamiento: 8 oct 2023
• ISBN: 9786289554441

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Juliette Urhán Páez

Juliette Urhán Páez

Título:

¡AVE MARÍA PUES!

Recuerdos e Historias de la Familia Urhán Gil

Autora:

Juliette Urhán Páez

Imagen de portada:

La mariposa. Pintada al óleo (Juliette Urhán Páez. 2018).

Editor:

Édver Augusto Delgado Verano

Apoyo editorial:

Ángela Victoria Urhán

Jorge Eliécer Martínez Miranda

Primera edición

ISBN 978–628–95544–4–1

Diagramación:

J. Camilo Lopera Rodríguez

© Juliette Urhán Páez

© Editorial Libros para Pensar s.a.s — Medellín, Antioquia – Colombia 2023

Cel: [phone]

[e-mail] – www.librosparapensar.com

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia u otro método, sin el permiso previo y por escrito del autor.

Hecho en Colombia

Printed in Colombia

Queda hecho el Depósito Legal

Medellín – Colombia

Agradecimiento a mi esposo Gilbert,

y a mis hijos Thomas y Alexander

Thomas.

Gilbert y Julieta dia del matrimonio.

Alexander.

Dedicatoria

Papacito como te extraño, anoche yo iba manejando y vi la luna pequeñita asomarse en el cielo junto a una estrella, pensé en ti y creí ver en la estrella tu cara sonriéndome y diciéndome estoy bien.

Pensé en ti y lloré un poco; la verdad empiezo a extrañarte.

Índice

PRÓLOGO 11

A DON OLI 13

QUERIDO OLI 15

PREFACIO 17

OLIVERIO ANTONIO URHÁN RAMÍREZ 19

¿Por qué resulta Oliverio en el Seminario de Medellín? 20

BLANCA INÉS GIL BURGOS 23

Barbosa, Antioquia- tierra de Inesita 23

LAS LOCURAS DE INESITA 29

Interna en María Auxiliadora 29

El mango 30

El profesor de religión 33

El espanto de la monja 34

¿CÓMO SE CONOCIERON? 37

EL CAMBIO 45

LA REALIDAD 49

VIAJE DE OLIVERIO E INÉS A CAICEDO 51

BARBOSA, ISAZA – ENCUENTRO CON RIVERITA 55

NACIMIENTO DE JULIETA 59

TRASLADO A MEDELLÍN 61

¿Qué vino a hacer Felicia? 63

VIAJE DE OLI A BOGOTÁ 65

MIS RECUERDOS DE BARBOSA 67

CASA DE LA TÍA LOLA 71

La casa de Juanito y Carlina 72

El animero 73

Historias acerca de brujas y espantos 73

LA FINCA BUGA 79

Buga – molienda trapiche- caña 81

LA FIESTA DESPUÉS DE LA MOLIENDA 83

LOS ARRIEROS ME SALVARON LA VIDA 85

VACACIONES INOLVIDABLES EN COMPAÑÍA

DE MI HERMANO GONZALO 89

Primer encuentro con animales extraños para nosotros 97

OTRAS EXPERIENCIAS 99

La muerte del chivito 99

LAS PAVAS Y SUS HUEVOS 101

LLEGADA DE LA NAVIDAD 103

EL HATO 107

EL DAÑO QUE HICE POR AMOR 109

EL HATO CAFETERO 111

REGRESO A MEDELLÍN 113

VIAJE DE VACACIONES A PROVIDENCIA (Antioquia) 115

BARRIO GÓMEZ ÁNGEL 119

QUESO ENVIADO DE ANORÍ (Antioquia) 121

VIAJES CON MI MADRINA 125

A San Pedro de los milagros 125

LA GALLINA DE LAS ÁNIMAS 127

NUESTRA NUEVA CASA EN ROBLEDO 131

VILLA INÉS 137

¿QUÉ PASÓ EN EL CINE? 141

EL APELLIDO URHÁN O URAN 143

RECUERDOS 147

PRÓLOGO

En este libro escrito con amor y nostalgia, tenemos la recopilación de unos cuantos relatos característicos de familias que han tenido como escenario los municipios de Medellín, Barbosa, Urrao y Caicedo en el departamento de Antioquia (Colombia). Lugares recorridos por los antecesores de la autora y por ella misma en su niñez, adolescencia y juventud.

Aquí se reúnen historias que otros le contaron; experiencias propias que han sido escritas de forma sencilla y amena siempre con la seguridad de que llenarán de gozo a los lectores y les dejará a las nuevas generaciones, algunas enseñanzas nacidas desde los antepasados.

Aquí encontramos narraciones fluidas y con gracia, que motivan e involucran al lector con los sucesos ocurridos y sus personajes.

A DON OLI

Hoy me siento sola, muy sola; algo de mí se ha ido.

Me encuentro vacía y mis recuerdos empiezan a danzar en mi mente como mariposas de mil colores que se chocan unas con otras al volar.

Hoy me siento muy huérfana; ayer, don Oli, mi padre se fue y nos dejó. ¿Por qué se van las personas que uno quiere tanto?, ¿por qué desaparecen y de ellas sólo quedan los recuerdos?

Yo de mi padre sólo tengo bellos recuerdos y tal vez por esta razón podré amortiguar su ausencia. Quiero no pensar, pues inconscientemente mis ojos se llenan de lágrimas.

Me remonto a la edad en que todo era lindo para mí, la infancia. En la cinta de largometraje de mi vida encuentro un hombre muy bien parecido y jovial que con sus ojos me acaricia suavemente y acurrucada en su regazo me quedo dormida, o un papá jugando de caballito con nosotros montados en su espalda cantando el caballito Trot-Tipi-Tipi-Tan; o un padre que nos da unos pesitos para nuestros gastos y que va hasta el Banco de la República, donde su hermano le cambiaba el dinero por pesos nuevos y tostaditos que daban un sonido agradable a nuestros oídos.

QUERIDO OLI

Nunca en mi vida había tenido tiempo para analizar realmente quién era el hombre que Dios me había dado como padre; hoy que te he perdido, aquí en la distancia, pienso que amé cada uno de los momentos que tuve la dicha de estar cerca de ti, de sentirme protegida por ti, de charlar contigo y disfrutar de tu inteligente y amena conversación; recibir tus enseñanzas y consejos; pedirte que rezaras mucho por mí, ya que tú sabías pedir a Dios por tus hijos.

Era grandioso disfrutar de tu compañía en los ratos alegres que compartimos en familia, en fin, el solo saber que estabas en Medellín y que yo podía hablarte por teléfono y decirte… hola don Oli, ¿cómo estás?

Ahora sólo quedan unos gratos recuerdos y como un eco lejano, el timbre de tu voz que creo me habla a la distancia y me dice: Tranquila mijita, desde aquí te seguiré cuidando.

Leí tus poemas, especialmente el acróstico con el nombre de mi mami, y también medité en cada una de las palabras que en este texto usaste.

Préstame, que al morir Jesús, te pueda estrechar entre mis brazos y de tus labios oír que me quieres perdonar.

Me imagino que el encuentro con Dios fue como tú lo soñaste, con un fuerte abrazo –como un padre estrecha a su hijo después de una larga ausencia– y que al abrir sus labios te dijo:

—Te perdono cualquier falla que hayas tenido como humano, pues como padre, no hubo nunca