La Corte de la Luna Llena: El cayado de Quetzalcóatl

Por Mara G. Quirón y Tatiana Furlan

Una joven llamada Yun ha sido convocada a una audiencia en medio del bosque ante la Corte de la Luna Llena, compuesta por criaturas mágicas de diferentes culturas, para ser juzgada por portar un objeto tan misterioso como poderoso, el cayado de Quetzalcóatl. Este le otorga el don de imponer la justicia y hacer el bien, pero primero deberá convencer a los jueces de su derecho a portarlo.

• Idioma: Español
• Editorial: Oso Melero Edizioni
• Fecha de lanzamiento: 2 sept 2021
• ISBN: 9791280728036

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Mara G. Quirón

Ilustrado por Tatiana Furlan

© Oso Melero Edizioni

La Corte de la Luna Llena. El cayado de Quetzalcóatl

Mara G. Quirón | Ilustrado por Tatiana Furlan

Edición y corrección:

Andreína Colón

Diseño en formato EPUB:

Omar García

ISBN (EPUB): 979-12-80728-03-6

1.a edición: Padova-Italia, agosto 2021

Web: osomeleroedizioni.com

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La Corte de la Luna Llena. El cayado de Quetzalcóatl forma parte de la colección Usumacinta, una colección de historias de aventura, imaginación y fantasía dirigida a niños y niñas de 10 a 12 años. Su nombre rinde homenaje al río más largo y caudaloso de Centroamérica y México, el cual se forma en las partes altas de la Sierra Madre, en Guatemala, y desemboca en el golfo de México. Esta corriente de agua, cuyo nombre de raíz náhuatl se traduce como 'tierra de monitos', se distingue por su exuberancia, su belleza y su biodiversidad, siendo inspiración para muchos poetas y cantantes.

La historia trata sobre una joven llamada Yun, quien ha sido convocada a una audiencia en medio del bosque ante la Corte de la Luna Llena, compuesta por criaturas mágicas de diferentes culturas, para ser juzgada por portar un objeto tan misterioso como poderoso, el cayado de Quetzalcóatl. Este le otorga el don de imponer la justicia y hacer el bien, pero primero deberá convencer a los jueces de su derecho a portarlo.

El día había llegado o… ¿debería decir la noche? La luna llena resplandecía en el cielo, anunciando la fecha que había estado esperando con ansias desde que recibí el citatorio para comparecer ante la Corte de la Luna Llena. Técnicamente no había cometido ningún delito, pues el preciado objeto en mi posesión no fue hurtado, sino rescatado, recuperado del olvido y traído de vuelta a la tierra, directo de un inframundo poco conocido