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Super Historias
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Libro electrónico114 páginas1 hora

Super Historias

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Este libro es una colección de 20 relatos cortos. Trata sobre la educación, el amor, el matrimonio, Dios, el dinero, trabajo, y viajes entre otros temas. Se ha escrito con gran imaginación haciendo que las historias parezcan verdaderas para el lector. Aunque contiene un poco de humor, es muy educativo.

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento3 dic 2021
ISBN9781071591673
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    Super Historias - Kwasi Atta

    SUPER HISTORIAS

    COLECCIÓN DE 20 RELATOS CORTOS

    KWASI ATTA

    ––––––––

    CAPÍTULO UNO

    MATRIMONIO DE DOS VÍRGENES

    (LA NARRACIÓN DE LA MUJER)

    Al despertar de mi sueño, lo primero que hago es mirar el reloj. Son las 4:30 de la madrugada. El ambiente es tan sereno y tranquilo como lo era antes de dormirme. Durante la noche estuve perturbada, y me preguntaba si siquiera me podría dormir, mientras la noche se hacía aún más tranquila y yo en mi cama, incapaz de dormir. No tengo ningún problema, pero los pensamientos siguieron corriendo por mi mente hasta aproximadamente las 12:30 de la madrugada, cuando finalmente me dormí. Es normal para mí haber estado en ese estado de ánimo, ya que hoy es un día muy especial en mi vida.

    Hoy es sábado 1° de abril de 2017 y es el día de mi boda. Alcanzo el despertador que se encuentra a mi lado en la cama. Iba a despertarme cuando fueran las 5:00 de la madrugada. Una vez que ya estoy despierta, no necesita sonar. Apago la alarma del reloj y lo coloco sobre una mesa al lado de la cama. Lo último que hice ayer fue echar un buen vistazo a mi vestido de novia en el armario. Era la séptima vez que observaba el vestido de novia en el día de ayer. De todos modos, ya lo había visto muchas veces antes de eso. Es el vestido que mi abuela usó durante su boda. Mi madre también lo usó durante su boda. Hoy es mi turno de usarlo también durante mi boda. Después de echar un buen vistazo al vestido, regreso a la cama. Cuando era joven, una de las cosas que me fue enseñada, que siempre he obedecido, es que debía leer la Biblia y orar todos los días si quiero crecer como cristiano. Digo una breve oración y tomo mi biblia. La abro en Juan 8:1 y comienzo a leer. Hago tres intentos de leer la Biblia, pero me doy cuenta de que no puedo comprender lo que estoy leyendo. Estoy ansiosa y mi mente está llena de pensamientos sobre lo que sucederá hoy.

    Estando a punto de dejar la Biblia, escucho la voz de mi madre. Ella está discutiendo algo con alguien que supuse que sería mi tía. Hay muchas visitas en mi casa hoy debido a la ocasión. Pero la voz de la persona con la que mi madre está hablando suena más como la de una de mis tías. Mi madre llama a mi puerta. Respondo y voy a abrir la puerta. No, la persona con la que mi madre estaba hablando no es una de mis tías como supuse. Es más bien la esteticista. Ella está aquí para vestirme. Echando un vistazo al reloj me di cuenta de que son las 5:10 de la madrugada. Estaba programada su llegada a las 5:30, pero ya está aquí. Ella comenzó el trabajo ayer por la noche y está aquí para terminarlo. En este momento, se están despertando otras personas, a las que saludo mientras voy a la sala de lavado. Luego de salir del baño, regreso con la esteticista para que continúe con su trabajo.

    Son las 7:30 y ya estoy vestida. Mi futuro esposo está vestido también. Es hora de dejar la casa para ir a la iglesia. Estoy partiendo en un automóvil distinto al que lleva a mi esposo. Sin embargo, los dos coches van junto a muchos otros coches. Al tomar asiento en el coche muy bien decorado que nos lleva a la iglesia, no puedo evitar preguntarme si hoy es realmente el día de mi boda. Me digo a misma: Finalmente está llegando el momento. A medida que el coche sale de la casa y conduce por la carretera, puedo sentir la felicidad en la cara de los peatones que nos observan.

    Poco a poco, llegamos a la iglesia. Mi padre, sentado a mi lado, es el primero en salir del coche y yo detrás de él. El tiempo programado para el comienzo de la ceremonia de boda está a punto de cumplirse. Por tanto, el novio, mi dama de honor, el padrino, los niños de las flores, mi padre, y yo nos unimos al coro, que nos estaba esperando en la entrada de la iglesia, junto a otras personas; así es que entramos con prisa para tomar los asientos en el auditorio de la iglesia. Del brazo de mi padre y con el coro al frente, ingresamos en el auditorio de la iglesia. El novio y yo, y algunas otras personas se sentaron en el altar.

    Ha pasado un tiempo desde que habíamos entrado al auditorio de la iglesia. El coro había cantado maravillosamente. El sermón del pastor también fue hermoso. Había mucha gente en la iglesia. Aunque algunos de ellos son personas de mi agrado, muchos otros son gente sobre la que no he puesto mis ojos por mucho tiempo. Entre las muchas personas presentes estaba mi ex novio. Recuerdo haberle enviado la invitación a la boda, pero dudando de su asistencia. Él es la única persona con la que estuve saliendo antes de estar con el hombre con el que me casaré hoy. Era un caballero muy amable y cariñoso, pero había una cosa en la que no podíamos estar de acuerdo. Esto era, en cuanto al momento de comenzar a tener relaciones sexuales. Él quería que empezáramos a tener sexo de inmediato, pero yo quería empezar sólo después de haberme casado. Fue este desacuerdo lo que finalmente rompió nuestra relación. Estoy feliz de haber mantenido mi postura, ya que me ha permitido conservar mi virginidad hasta ahora.

    El pastor se levanta de su asiento y se me alza una sonrisa interior. Es la hora de pronunciar los votos. Mi prometido y yo los hemos practicado ya muchas veces con anterioridad. A medida que tomamos nuestros turnos para pronunciar los votos, siento que lo de hoy es diferente. Se sienten y suenan distinto a las muchas veces que los practicamos con anterioridad. A pesar de que aún no hemos llegado realmente a la etapa en la que se nos pedirá que nos besemos, apenas puedo dejar de pensar en ello. Me pregunto si darse un beso es tan especial y agradable como he estado leyendo en los libros, ya que todavía tengo que experimentar mi primer beso. Llevo una hermosa sonrisa en mi rostro a medida que los anillos nos son presentados para ser colocados en el dedo de cada uno. Mi prometido está sonriendo también. El Velo todavía me está cubriendo el rostro y me pregunto si puede ver que le estoy sonriendo. Finalmente, estoy a punto de convertirme en la esposa de alguien, y es un hombre al que realmente amo. Poco a poco nos colocamos el anillo en los dedos. Siento un fuerte impulso de abrazar a mi prometido, pero me controlo y, por lo tanto, mantengo la calma. Justo después de un momento, el pastor dice: los pronuncio como marido y mujer. ahora puede besar a la novia. Esta afirmación es como música para mis oídos, pero aumenta mi ansiedad. Mi esposo se acerca un poco más y poco a poco levanta el velo. Mis ojos ya están llenos de lágrimas. Él se acerca mucho más hacia mí y coloca sus labios sobre los míos. Me quedo quieta mientras disfruto el momento. Por un momento, me siento desvanecerme. Pero la alegría de la gente me reanimó. ¡Vaya! Me dije a mí misma con calma. Acabo de tener mi primer beso. Luego, regresamos a nuestros asientos, con mi mano junto a la de mi esposo.

    La ceremonia en la iglesia continúa. A medida que se acercaba a su fin, el pastor anuncia dónde se llevará a cabo la fiesta al finalizar el servicio.  Tendrá lugar en el salón al lado del edificio de la iglesia. Sé que el lugar ya está preparado.

    A medida que la ceremonia concluye finalmente, el coro se retira primero del auditorio de la iglesia, seguido por aquellos de nosotros en el altar frente a toda la congregación. Antes de dar comienzo al banquete, nos tomamos fotos con varios grupos diferentes de personas. Van desde familiares, amigos, vecinos, colegas en el trabajo, y demás.

    Otro evento memorable es el momento en que arrojo el ramo. Mucha gente cree que la dama que tiene la suerte de atrapar el ramo se casará pronto. Al finalizar la fiesta y el banquete, todas las personas regresan a sus hogares.

    Mi esposo y yo no regresamos a casa. En cambio, vamos al hotel donde tendremos nuestra luna de miel, y donde pasaremos la noche. Las únicas personas que nos acompañan son el conductor, la dama de honor y el padrino.

    Son las 10:00 de la noche, mi esposo y yo estamos en la habitación del hotel. Todo está muy tranquilo. Pasamos la primera parte de la noche viendo televisión para relajarnos ya que el día había sido agitado. Ahora es el momento de ir a la cama.

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