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El estudiante
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Libro electrónico90 páginas1 hora

El estudiante

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Este es un vívido relato de la vida del autor. Nada en este libro es ficticio. La historia nos revela su vida académica desde la primaria y hasta su ingreso a la universidad. Sus debilidades, desafíos, fortalezas y victorias se encuentran plasmados en esta narrativa.

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento3 dic 2021
ISBN9781071591659
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    El estudiante - Kwasi Atta

    EL ESTUDIANTE

    KWASI ATTA

    Capítulo uno

    Algunos dicen que la vida comienza con la concepción. Otros dicen que la vida comienza al nacer. Pero mi historia comienza al entrar a la primaria.

    Es una hermosa mañana. Soy nuevo en el lugar, me acabo de matricular en la escuela primaria de la localidad y pronto seré uno de sus nuevos estudiantes. Traigo puesto mi nuevo uniforme escolar y voy siguiendo a mi padre. Tranquilamente nos dirigimos hacia la escuela. De esta escuela no sé nada, pero pronto sabré todo lo que necesito saber al respecto. Si estamos ahí para visitar a alguien o no es cosa que no puedo decir.

    Pronto estamos a la entrada de la oficina de la directora. Accedemos y detrás del escritorio se encuentra una mujer que en un tiempo podría convertirse en mi directora. Nos da la bienvenida y entonces comienza una discusión entre mi padre y ella. Podría decir que la conversación es acerca de mí a pesar de que están hablando en inglés y de que yo aún no domino ese idioma. Al menos he escuchado mi nombre, mi edad y otras cosas dichas sobre mí en la conversación. Esa no fue una conversación cualquiera; de hecho, fue el intercambio de información necesaria para inscribirme en la escuela. Ahora soy el nuevo miembro de la escuela primaria. Concluido el registro, la directora le entrega un papel a mi padre. Creo que no hay nada escrito en él más que la lista de los libros y otros artículos que necesitaré para la escuela. Nos encontramos fuera de la oficina ahora y caminamos por un andador enfrente de varias aulas.

    De un aula a otra, seguimos caminando. Finalmente, llegamos a otra aula. Es el aula principal. Este es tu salón clases me dice la directora. En la clase hay una mujer que creo que es mi profesora. También hay otros estudiantes. Ellos son mis compañeros de clase. La mujer que es mi maestra me recibe y me asigna un escritorio donde me sentaré cuando venga a la clase. Mi padre es el primero en irse ya que su trabajo ha terminado por ahora. No obstante, todos los presentes tendríamos que abandonar el aula también, ya que ha sonado la campana para que vayamos a congregarnos. Ahora estoy seguro de que soy un alumno de la escuela. No tengo idea de por qué me han traído a la escuela ni sé lo que se supone que debo hacer aquí. Lo único que sé es que hay muchos niños en la escuela y que me han traído para unirme a ellos.

    En el patio principal, me piden que me una a una de las muchas filas. Esto no es nada nuevo para mí, ya lo experimenté cuando estaba en el jardín de niños.

    Ha pasado algún tiempo desde que me uní a mi nueva clase. Soy uno de los más pequeños de la clase. La mayoría de mis compañeros, especialmente las chicas, son más altas y, por lo tanto, lucen mucho mayores que yo. Siempre estoy feliz cuando vengo a la escuela porque tengo mucho tiempo para jugar y siempre hay gente que juega conmigo. Juego ya sea en el aula o fuera de ésta. Mi maestra, a diferencia de los maestros de las otras clases, rara vez golpea a alguien. Gracias a eso, mis compañeros y yo nos sentimos libres y muy cómodos cuando estamos en clase. Los alumnos de último año siempre hablan de la suerte que tenemos de que ella sea nuestra maestra. Aunque parecen un poco celosos. Sólo tengo seis años y no entiendo bien por qué siempre tenemos que venir a la escuela. Por lo que sé, venimos a la escuela únicamente porque nuestros padres así lo quieren. Al llegar a la escuela, nuestro maestro nos pide que hagamos cosas como dibujar, cantar, aprender los nombres de algunos números y de algunas figuras, etc. Sin embargo, no tengo idea de adónde nos lleva todo esto.

    Me he dado cuenta de que los niños mayores de mi casa están demasiado preocupados por sus tareas y sus estudios de repaso. He visto que son castigados si no hacen la tarea; pero, que elijan seguir estudiando incluso si no tienen tarea es algo que no entiendo. En fin, me encanta lo que hago en casa y eso es jugar. No tengo la más mínima intención de dejar la diversión para seguir sus pasos.

    Capítulo dos

    Día tras día, el paso del tiempo ha sido muy rápido. Pronto mi primer año de primaria llegó a su fin. Hace algunos días que no vamos a la escuela y me han dicho que estamos de vacaciones. También me han dicho que, cuando la escuela vuelva a abrir, pasaré a segundo grado de primaria. Cualquiera que habla sobre el hecho de que iré a segundo grado cuando vuelva a abrir la escuela lo hace con alegría. Están felices por mí, así que concluyo que es algo bueno y, como es algo bueno, no puedo evitar yo mismo ser feliz. No sé si será mi maestra de primero quien habrá de enseñarnos en el segundo grado, ni tampoco sé si mis antiguos compañeros volverán a ser mis compañeros en la nueva clase. Creo que, si sigo progresando así, pronto estaré al nivel de mis mayores.

    Cuando reabre la escuela, acudo a la clase de segundo grado. Pronto me doy cuenta de que son mis viejos compañeros con los que estaré en la nueva clase, pero la profesora no es la que nos enseñó antes. Lo primero que aprendo en segundo grado es que nuestra maestra no es tan tolerante como la maestra de primero. Además, no se ahorra un varazo si hacemos algo que le desagrada. Sé que golpearía a cualquiera que se porte mal en clase. Como si eso no fuera suficiente, golpea a quienes hacen otras cosas. Esas otras cosas también son malos comportamientos. A mi tierna edad tendré que clasificarlas como tales. Uno de éstos es ese tipo de comportamiento excesivamente lúdico en clase.

    Ya me he disciplinado de aquél comportamiento tan juguetón. Todavía no sé mercar los límites. Me obligo a creer que en segundo grado de primaria sólo se debe jugar estando afuera del aula. También que está permitido hablar sólo cuando el maestro le hace una pregunta al alumno. Mi tiempo para jugar en casa también se ha limitado ya que nuestra profesora siempre nos deja tarea para hacer en casa. Y si uno hizo la tarea y obtiene una calificación baja, sin duda

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