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Las crónicas de Soul
Las crónicas de Soul
Las crónicas de Soul
Libro electrónico190 páginas2 horas

Las crónicas de Soul

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Información de este libro electrónico

Narra las aventuras del lobo Soul, que tras un suceso descubre su destino, orígenes y el sentido de la verdadera amistad. Solo él puede traer la paz al otro mundo y derrotar al coleccionista. Debe impedir que las antiguas armaduras elementales caigan en manos del enemigo o será el principio del fin. Y el resto de los mundos también será conquistado.
IdiomaEspañol
EditorialXinXii
Fecha de lanzamiento2 mar 2020
ISBN9783966334396
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    Las crónicas de Soul - I.L.F-Bahillo

    Las crónicas de Soul

    I.L.F-Bahillo

    Nota Legal

    Fecha de publicación: 9/06/2017

    Diseño de portada: David

    Corrección: Lydia

    Todos los derechos reservados

    ISBN: 978-3-96633-439-6

    Verlag GD Publishing Ltd. & Co KG

    E-Book Distribution: XinXii

    www.xinxii.com

    logo_xinxii

    Índice de contenido

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    En una pequeña cueva de un bosque situado a pies de las montañas, vivía una pareja de lobos junto a su cachorro. La hembra era blanca con ojos azules, el macho era negro con el mismo color de ojos. El cachorro era de pelaje negro con llamas blancas en las patas y con ojos azules, apenas tenía ocho meses.

    El pequeño era activo y muy curioso, lo llamaron Soul. Un día se acercó a un agujero, pero era más grande de lo que parecía y tropezó, el padre lo cogió con los dientes por la cola y lo llevó con la madre. El cachorro lloraba y temblaba, estaba pegado a ellos y los lamía.

    —Debes tener cuidado hijo, es peligroso. Eres muy pequeño y si quieres aprender te enseñaremos, pero no te alejes de nosotros —dijo la madre.

    —Yo te enseñaré, ahora duerme pequeño cachorro y no olvides que siempre estaremos en tu corazón y velaremos tu sueño. Al igual que hizo mi padre conmigo yo te cuidaré y enseñaré a ti —dijo el padre sonriendo, estaba orgulloso de su hijo.

    Pasó el tiempo y el cachorro tenía ya dos años. Había aprendido todo de su padre y de su madre. Se acercaba su despertar, su poder… pero cientos de habitantes, animales y almas del bosque, llegaron asustados y separaron a Soul de sus padres. En medio del pánico, hubo un estallido de energía y una esfera de cadenas explotó.

    Eso provocó que saliera en el suelo un agujero negro con dientes y cadenas como látigos terminados en cuchillas. Los habitantes estaban siendo atravesados y devorados sin parar, y los padres lo llevaron al trozo de cueva que no aún había sido engullida.

    —Acabé como acabe, recuerda que eres nuestro hijo y que te queremos. Tienes que ser fuerte y ser feliz, además llevas el nombre de un gran guerrero, no tengas miedo. Recuerda lo que te hemos enseñado; eres nuestro orgullo, eso nunca lo olvides —dijo el padre orgulloso mientras la madre miraba a Soul.

    —Es cierto lo que dice tu padre, estamos orgullosos y siempre serás mi cachorro bonito. Recuerda que tu corazón es el mío… nuestro, somos una familia. No olvides que llorar no es malo y recuerda el cuento que contamos cada noche, ahí tendrás la ayuda que necesitas —dijo la madre conteniendo las lágrimas y sonriendo.

    De pronto una brecha dimensional surgió bajo las patas de Soul y este cayó en ella. Pudo ver como ellos desaparecían y mientras él lloraba sin parar, una explosión causada por una interferencia en la brecha, lo hizo perder el conocimiento. Al entrar en contacto con esa energía, despertó en una jaula de energía con espinas. Intentó levantarse, pero estaba débil y no podía moverse.

    Una encapuchada con prendas blancas se acercó, abrió la jaula y dejo a su lado una esfera de luz brillante.

    —Tranquilo, solo quiero ayudarte, eres el último superviviente de tu bosque. Te cuidaré, pero no puedo dejarte salir, irá a por ti si te localiza. Ese bosque se perdió, ya no eres su guardián, pero aún puedes hacerte más fuerte. Cómete eso, te ayudará y estabilizará tu energía. Con esta esfera de energía podrás salir a ver tu nuevo hogar, me llamo Krisalia. Te llamaré Lobo Infernal, aun no sé cómo te llamas —dijo Krisalia con la esfera en la mano y mirando a Soul.

    Luego se hizo desaparecer la capa, ella media un metro noventa y estilizado, ojos rojos, pelo largo castaño rizado, piel tono medio. Y vestía con un vestido rojo de tirantes hasta los tobillos abierto por los lados hasta un poco más arriba de las rodillas, y calzaba unas sandalias rojas de tiras con un tacón de nueve centímetros de alto.

    Soul primero se presentó y después, se comió la esfera y la energía le invadió, pero una peculiar música le llamo la atención. Y fue corriendo hasta dónde provenía el sonido. Era una sala grande con seis pilares emitiendo aquel sonido, un gorila rojo con armadura gris y con pinchos negros sonrió.

    —Es un placer conocerte Soul, tienes un nombre bonito y curioso. Lo que escuchas música jevi, de lo mejor que crearon los humanos. Veo que te gusta —dijo Krisalia mientras bajaba el volumen, le invitó a acercarse a su lado y le ofreció comida.

    El lobo dudó por un momento, pero se acercó y se puso a comer mientras escuchaba la música. Tras comer curioseó toda la sala, hasta que encontró un lugar desde donde podía ver toda la habitación sin ser visto. Se tumbó allí y durmió; al rato Krisalia se acercó, no llevaba capucha. Su cabello era corto y blanco, en cambio, sus ojos eran azules.

    —Ven, te enseñaré este sitio. Te gustará y lo disfrutarás, verás que este sitio puede ser tu casa. Yo te cuidaré y enseñaré —dijo Krisalia invitándole con la mano.

    Las estancias estaban llenas de seres de distintas especies. Entraron en un local tan grande como una mansión, lleno de mesas y gente comiendo alimentos que ni sabía que eran. Le sorprendió, todos los habitantes de allí eran animales.

    Se acercaron al jefe del local, era una mujer guepardo que vestía una armadura blanca sin mangas, su piel anaranjada con manchas blancas y ojos amarillos.

    — ¿Qué trae por aquí reina? Oh ya entiendo, guías a un nuevo habitante, bienvenido. Si necesitas cualquier cosa avísame, si puedo te ayudaré —dijo la guepardo mirándolo sonriendo.

    El viaje por la dimensión siguió hasta la siguiente parada. Fue un enorme pozo con forma de boca y dientes muy afilados. Ese sitio no sabía por qué, lo llamaba… oía voces, eso le hacía sentir incomodo, pero no podía resistirse.

    Soul se iba asomar cuando ella lo agarró rápido y lo mantuvo en el aire.

    —Esto lo diré solo una vez. Está prohibido asomarse y acercarse sin mi permiso, es peligroso. No quiero que te pase nada, además eres aún joven para cuidarte solo. Yo te cuidaré, vamos, sigamos. Te enseñaré un sitio especial que seguro te gustará —dijo Krisalia mirándolo dulcemente.

    Lo llevó a un bosque donde todo era blanco con venas negras, las plantas eran de formas cada vez más curiosas. Desde hojas de armas a otras circulares y algunas con formas de animales que no conocía.

    —Este bosque no es el tuyo, pero puedes considerarlo tu casa y si quieres yo puedo ser tu madre. Seguro que aprenderás a guiarte por este bosque, es acogedor a su manera —dijo Krisalia sonriendo sabiendo de antemano que le gustaría.

    —¿Puedo llamarte maestra? si me vas a enseñar es lo adecuado y además quiero aprender y ser muy fuerte —contestó Soul mirándola sonriendo. Krisalia, le caía bien, se había portado hasta ahora muy bien con él.

    Pasearon por el bosque, estaba lleno de vida de todo tipo. Verás, esto es fácil, desarrolla tu energía y te daré un puesto a mi lado. Serás lo que serías allí, un guardián; lo harás muy bien, se sentirían orgullosos tus padres —dijo Krisalia con una sonrisa.

    — ¿De verdad? Gracias, me esforzaré mucho. Dame una semana y verás lo que aprendo ¿Vale? —contestó Soul, agradecido. Quizás volvería a ser feliz aquí con ella.

    Volvieron paseando a casa y lo llevó a su habitación, que simulaba una cueva. Era increíble, le gustaba mucho su habitación… era como estar en casa. Tenía hasta un pequeño charco para beber agua.

    —Espera maestra, quiero música jevi por favor, así lo llamaban los del local. La pondré baja… es que me gusta y me relaja, además no quiero dormir solo. Por favor quédate, aunque sea solo hoy —dijo Soul mirándola con ternura para convencerla.

    —Vale, pero bájala para que puedas dormir, que si no mañana no hay quien te levante. Mañana empieza tu primer día aquí —contestó Krisalia sonriendo y acercándose al interruptor.

    Posó su mano sobre una piedra y empezó a sonar música jevi, él se durmió rápido. Ella se quedó para que no se sintiera solo y se durmió también.

    Un olor despertó a Soul, le resultaba familiar. Fue corriendo hasta allí, era el pozo; oyó a sus padres llamarle. Mientras se acercaba al pozo como hipnotizado, un cuervo negro con cuerpo de humano con armadura, lo agarró con las garras y lo elevó en el aire. Y luego lo llevo de vuelta con Krisalia.

    —Tenía que haberlo visto, te saque de allí cambiando tu destino… tenías que haber muerto allí, o eso creo. Pero yo lo evite, tú en el fondo querías ir con ellos.

    El pozo respondió a tu deseo. No estoy enfadada, pero no te dejaré solo hasta que estés bien y anule lo que te hizo el pozo —dijo Krisalia sentada en la cama junto a él. Segundos después Soul se durmió.

    Los días siguientes él no se alejaba de ella, mientras le enseñaba todo lo que sabía. Un día a Krisalia se le escapó la palabra hijo, pero cuando se dio cuenta ya había salido volando y le había dejado solo allí.

    Él siguió su rastro hasta un cementerio, ella estaba sentada frente a una tumba. Soul se acercó, le lamió cara y se tumbó en sus piernas. Krisalia, le sonrío y posó su mano en el lomo, cuando abrió los ojos estaba en brazos de ella y era de día. Se levantó para preparar el desayuno, pero no podía, así que fue a por frutas a un árbol del jardín donde saltando, cogió una fruta grande en forma de luna. Llegó hasta la habitación y se la puso en la almohada.

    —Gracias, la comeremos a medias y perdona por dejarte solo hijo. No volverá a pasar, te lo prometo —dijo Krisalia partiendo fruta en dos partes iguales y dando una a Soul.

    Comieron cada uno su parte y fueron a un jardín lleno de estatuas y de todo tipo de seres. Se pararon ante una en concreto, era de un lobo gris con armadura y una lanza.

    —Era mi hijo, era fuerte y muy orgulloso. Fue a luchar contra un enemigo, ganó y volvió, pero era otro. Al poco cayó enfermo; no pude hacer nada y murió, pero a ti no te pasará. Te protegeré, no abandonarás esta dimensión; te cuidaré como no pude cuidarle a él. —dijo Krisalia mirando la estatua.

    Él respondió con dándole las gracias madre y puso la pata en la estatua. Se dijo así mismo, la cuidaré, puedes estar tranquilo. Al instante sintió algo en la cabeza, como una descarga… pero fue suave y no le dio importancia.

    Siguieron el paseo hasta la zona de entrenamiento. Se quedó impresionado al ver como se movían, eran muy rápidos y vestían armaduras grises con grabados de llamas rojas.

    —Tendrás una especial si aprendes a manejar tu energía, te lo prometo —dijo Krisalia sonriéndole.

    —No quiero una especial, sino la mejor y mataré a esa cosa con mis colmillos —contestó Soul mirándola y poniendo la cabeza en la mano de ella.

    Ella lo acarició y fueron a casa hablando por el camino. Cuando llegaron, él fue directo a poner música y con la pata activó el control.

    —No quiero dormir solo, duerme conmigo por favor, estaré más tranquilo —dijo Soul mirándola fijamente.

    —Está bien, pero bajaremos la música y así se quedará. Mañana por la tarde empezaré tu entrenamiento personal, ahora duerme —contestó Krisalia metiéndole en la cama, abrazándole y acariciándolo.

    Cayó dormido, pero poco después un ruido lo despertó… era Krisalia. Hablaba con alguien a través de un cristal azul con forma de lágrima, él no sabía con quién hablaba. Pero la palabra lobo llamó su atención. La conversación se acabó antes de poder escuchar más. Se acercó a ella y se subió a sus piernas.

    — ¿Soy un problema? Quiero quedarme contigo, pero no quiero causarte problemas —preguntó mirándola con ambas orejas agachadas y muy triste.

    —Querían que te entregara para el adiestramiento de fuerzas de ataque, pero me negué a entregarte. Una madre cuida de su hijo, ¿no? Ahora duerme, mañana será un nuevo comienzo. Te cuidaré y te haré fuerte, vamos a la cama mi lobito tontín —contestó con una mano en su lomo mientras cantaba una nana para que se durmiera.

    Tras despertar, empezó el entrenamiento en una sala circular con varios aparatos: vallas que saltar, muros que esquivar… pero una llamó su atención. Era un circuito con todo tipo de pruebas.

    —Adelante, pero antes debo ponerte el equipo de entrenamiento. Te pesará, pero de eso se trata y te servirá de ayuda —explicó Krisalia indicándole que debía hacer.

    Tras ponérselo le costaba hasta levantarse, pero al rato su cuerpo se acostumbró. Aquella armadura de entrenamiento era extraña y pesada, pero le ayudaría a ser más rápido y más fuerte…a ser digno de sus padres.

    —Ya me acostumbré, pero ¿Cómo puede ser? ¿Es debido a mi energía? —pensó él sorprendido por la ligereza de la armadura.

    —Sí, así es y poco a poco aprenderás más. Ahora da diez vueltas al circuito a tu ritmo, si no te sale algo te lo saltas y más tarde te enseño —contestó Krisalia con dulzura a Soul.

    Él empezó por la primera prueba: subir una cuesta. Le costaba mucho y se escurrió hasta abajo, pero pensó que podía usar sus garras para ayudarse a subir. Funcionaba y a la mitad de la cuesta, sonó música jevi. Eso le alegró y le subió el ánimo, subió hasta arriba y miró a Krisalia sonriendo.

    Krisalia estaba acompañada por la guepardo, que lo miró y saludó con la mano.

    Soul siguió con su entrenamiento.

    La siguiente prueba fue saltar de roca en roca sin caerse al agua. Eso le resultó difícil, se cayó al agua tres veces, pero a la tercera le salió. Llegó la prueba de esquivar muros y mantener el equilibrio; se cayó diez veces y se desanimó, pero la guepardo se acercó.

    —Tranquilo,

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