El tesoro más precioso del mundo
()
Información de este libro electrónico
Lee más de Alfredo Gómez Cerdá
El rostro de la sombra Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Sin máscara Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Relacionado con El tesoro más precioso del mundo
Títulos en esta serie (100)
L'herència pirata Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa calle de los muertos Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Zorrillo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5¿Quién quieres ser? Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Hay un chico en el baño de las chicas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un bosque en el aire Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¡Guácala! Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La noche de los batracios Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Orejas de cielo y otros cuentos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLadridos y conjuros Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El gran mago Sirasfi Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Manual para corregir adultos malcriados Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las sirenas sueñan con trilobites Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Clubes rivales Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La venganza de los retretes asesinos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos cuatro amigos de siempre Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El limonero mágico Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa cancha de los deseos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Enfermedad se escribe con C Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesO meu nome é Skywalker Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un detective al revés Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesManual para corregir a niños malcriados Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El cuaderno de Pancha Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El misterio de los zapatos bailarines Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La espiral de los caracoles Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Momias, ángeles y espantos Calificación: 1 de 5 estrellas1/5Las gallinas de mi abuelo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El extraño caso de Santi y Ago Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Nunca juegues con una bruja Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cuentos para los días de lluvia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Libros electrónicos relacionados
Cuentos con dos cielos y un sol Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos mágicos del sur del mundo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Vampíricas vacaciones y otros cuentos de risa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Color verde ladrón Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Cipariso (Cyparissus) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa casa de chocolate Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Vampi Vamp y el señor Zombi Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Lula Luciérnaga Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa calle de los muertos Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El día después del día Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Maxi y la banda de los Tiburones Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa princesa y el pez rey Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las hadas verdes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos Protectores Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl libro de Hanna Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Alicia, la piñata y una serie de problemas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesQuizás mañana la palabra amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El tesoro de Barracuda Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Siete reporteros y un periódico Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El cuaderno secreto Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Rincones tenebrosos: Dos novelas para tener pesadillas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El niño que jugaba con las ballenas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Siete brujas y el bebé más feo del mundo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El limonero mágico Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl secreto del huevo azul Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl pirata Garrapata Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl absurdo Oxi Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Señor del Mal Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Misterio en el campamento Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Detectives en chanclas Calificación: 3 de 5 estrellas3/5
Fantasía y magia para niños para usted
Donde los árboles cantan Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La silla de plata: The Silver Chair (Spanish edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El leon, la bruja y el ropero: The Lion, the Witch and the Wardrobe (Spanish edition) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuentos de Miedo para Niños Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La ultima batalla: The Last Battle (Spanish edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Perdidos en Nunca Jamás Calificación: 4 de 5 estrellas4/5De brujas caprichosas y hadas desencantadas Calificación: 1 de 5 estrellas1/5Cuentos Para Niñas: Good Kids, #1 Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Miranda la Sirena y Algo Mágico: Libro de Cuentos Para Niños Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl sobrino del mago: The Magician's Nephew (Spanish edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un Mar De Armaduras (Libro #10 De El Anillo Del Hechicero) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Historias infantiles para Dormir: Good Kids, #12 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Peso del Honor (Reyes y Hechiceros—Libro 3) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El principe Caspian: Prince Caspian (Spanish edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Despertar de los Dragones (Reyes y Hechiceros—Libro 1) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Brothersong. La canción de los hermanos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una Forja de Valor (Reyes y Hechiceros—Libro 4) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La travesia del Viajero del Alba: The Voyage of the Dawn Treader (Spanish edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El beso del infierno (Los Elementos Oscuros 1) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El caballo y el muchacho: The Horse and His Boy (Spanish edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Soñar con la superficie Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los chicos del cementerio: (Cemetery Boys) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La llave del Alquimista Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCrónicas de la Torre I. El Valle de los Lobos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La piedra verde: Txano y Óscar 1 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Destino De Los Dragones (Libro #3 de El Anillo del Hechicero) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Senda De Los Héroes (Libro #1 de El Anillo del Hechicero) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Instrucciones para convertirse en pirata Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Despertar Del Valiente (Reyes Y Hechiceros—Libro 2) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Categorías relacionadas
Comentarios para El tesoro más precioso del mundo
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
El tesoro más precioso del mundo - Alfredo Gómez Cerdá
El tesoro más preciado del mundo
Alfredo Gómez Cerdá
Contenido
Portadilla
Primera parte: Antes de la función
1 Flor y Nomeacuerdo
2 Una noche en vela
3 Hace falta un narrador
4 Día D: domingo
Segunda parte: La función
Cuadro 1
Cuadro 2
Cuadro 3
Cuadro 4
Cuadro 5
Cuadro 6
Cuadro 7
Cuadro 8
Cuadro 9
Cuadro 10
Cuadro 11
Cuadro 12
Cuadro 13
Cuadro 14
Tercera parte: Después de la función
1 Aplausos
2 Una nueva función
Créditos
PRIMERA PARTE
Antes de la función
1 Flor y Nomeacuerdo
AVANZADA la primavera, por las tardes, el parque parecía una enorme rosa recién abierta. ¡Se estaba tan a gusto allí!
Los niños corrían de un lado para otro, incansables.
Los ancianos tomaban el sol y jugaban a la petanca.
Los paseos se llenaban de transeúntes y los bancos de madera, de cansados.
Un vagabundo inspeccionaba las papeleras con la esperanza de encontrar un tesoro.
Las ardillas trepaban por los troncos de los árboles ante la mirada recelosa de los mirlos.
Los patos disputaban a las carpas los pedazos de pan que algunas personas arrojaban desde la orilla del estanque, mientras los cisnes se deslizaban sobre el agua con aparente indiferencia.
El Sol jugaba al escondite entre las ramas más altas de los castaños, los arces, los magnolios y los pinos.
Fue en el parque donde se conocieron Flor y Nomeacuerdo.
Flor era una jovencita que se movía a todas partes con una enorme maleta con ruedas. En ella no llevaba ropa de ningún tipo, ni toallas, ni un neceser con peines y cepillo de dientes... No llevaba nada de lo que suele encontrarse en una maleta.
La suya estaba cargada de muñecos que ella misma confeccionaba. Primero dibujaba la figura en su mente, después en un papel y, por último, valiéndose de cualquier material, lo construía con tanto gusto como precisión. Cuando los terminaba, les enganchaba unos hilos muy finos y los convertía en marionetas.
Los sábados y domingos, cuando el parque estaba abarrotado de gente, Flor conectaba su radiocasete y ponía una música muy alegre. Luego, iba sacando a sus muñecos de la maleta y los hacía bailar con gracia.
Tenía mucho éxito y a su alrededor siempre se formaba un nutrido corro de gente, que la aplaudía y le echaba unas monedas en un sombrero de paja que ella colocaba en el suelo, boca arriba.
Nomeacuerdo era un escritor con una imaginación desbordante, pero con un serio problema: se le olvidaban las cosas. Por eso siempre llevaba una carpeta con varios cuadernos: en ellos anotaba todo lo que sentía y todo lo que veía. Y tenía que hacerlo en seguida, pues de lo contrario se le olvidaba.
Un día, después de escribir una poesía muy bonita sobre una ráfaga del viento del norte que cimbreaba la copa de unos chopos plateados que crecían en la orilla del río, observó un corro de gente en el parque. Se acercó a curiosear y descubrió a Flor haciendo bailar a sus marionetas al ritmo de la música.
Nomeacuerdo se quedó fascinado por aquellos muñecos, que danzaban con mucha gracia, pero sobre todo se quedó fascinado por aquella muchacha, que le pareció el ser más bello y delicado de la galaxia entera.
De inmediato abrió uno de sus cuadernos e, impulsado por un arrebato incontrolable, comenzó a escribir: «Su pelo es un torbellino nocturno; sus ojos, dos cometas que rasgan el firmamento; sus dientes, una muralla de perlas dentro de un mar de coral...».
Cesó la música y Flor apagó el radiocasete. Con una reverencia agradeció al público sus aplausos y recogió el sombrero de paja lleno de monedas. Como ya era tarde, comenzó a guardar sus cosas.
Entonces se fijó en Nomeacuerdo, que permanecía inmóvil frente a ella. Cuando no la miraba, escribía en el cuaderno.
–Hola –lo saludó.
–Hola –respondió Nomeacuerdo, algo turbado.
–¿Me ayudas a recoger?
–Sí, sí... claro.
Nomeacuerdo se sentía encantado de poder ayudar