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El cuaderno secreto
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El cuaderno secreto
Libro electrónico69 páginas59 minutos

El cuaderno secreto

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Información de este libro electrónico

Este era una vez un niño de ocho años. Amaba tanto a los animales que hubiera podido vivir en un zoológico; pero como vivía con su mamá en un departamento pequeño, sólo podía tener un gato. Ese gato era casi tan travieso como Chispa, su perro, del que se había tenido que despedir cuando se mudó a su actual hogar. Un día le regalaron un cuaderno donde podría escribir, en secreto y sin que nadie lo leyera, todo lo que le pasara por la cabeza.
Descubre las locas ideas, historias y secretos de este niño amante de los animales. Verás cómo al escribir ¡podemos hacer lo que queramos!
IdiomaEspañol
EditorialEdiciones SM
Fecha de lanzamiento15 sept 2015
ISBN9786072410466
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    El cuaderno secreto - Hortensia Moreno

    Alejandro

    Uno

    ¿A POCO no sería genial que los perros hablaran?

    Dice mi mamá que los perros no pueden hablar. Pero debe haber alguna manera de entender lo que están pensando, ¿no creen? Yo me imagino algo así como un aparato que se pueda conectar en el perro. Mi mamá dice que no se puede saber lo que un perro piensa porque, según ella, los perros no piensan.

    Yo siempre me he preguntado cómo es posible que las mamás sepan tantas cosas que los chicos no sabemos. Debe ser porque la gente grande ya acabó de ir a la escuela y allí le enseñaron todo. O porque han vivido muchísimos años y han ido aprendiéndolo todo con el tiempo.

    Pero luego me he dado cuenta de que los grandes tampoco saben muchas cosas; bueno, no conozco a nadie que lo sepa todo. A veces se desesperan porque les hago demasiadas preguntas, o simplemente no tienen la menor idea de lo que les estoy preguntando. Entonces mi mamá me dice: ¿qué sé yo? o ¿cómo quieres que yo sepa eso? Y mi papá me dice: pues eso, la mera verdad, no lo sé.

    Además, no todos los grandes saben las mismas cosas. Unos saben unas y otros saben otras, o sea que hay que fijarse muy bien a la hora de preguntarles, porque a los grandes no les gusta nada, pero naditita, que uno se dé cuenta de su ignorancia.

    Por ejemplo, mi papá sabe muchísimas cosas sobre computadoras, pero no le vayan a preguntar nunca de los nuncas qué quiere decir adjetivo determinativo singular. Mi tía Licha sabe todo lo que se puede saber sobre la Nueva España en el siglo XVI, pero nunca ha sabido cómo se le pone gasolina al coche. Mi tío Eduardo se sabe los nombres de todas las calles de la ciudad, pero no sabe dónde están los cubiertos. Y entre todos saben muchas cosas que mi mamá no sabe; pero hay otras cosas que sólo ella sabe: por ejemplo, a qué hora se deben ir a dormir los niños, cuántas verduras se deben comer, cuál es mi talla y cuál es mi número de zapatos.

    Los grandes saben mucho, pero de todos los adultos de mi familia no conozco a nadie que sepa de qué se trata todo lo que me están enseñando en la escuela. Cada vez que les pregunto, me dicen: es que a mí no me lo enseñaron igual. Eso no quiere decir que las maestras y los maestros sí sepan todo. Por ejemplo, el maestro de deportes no sabe cuál es la diferencia que existe entre un rombo y un romboide, y mi maestra Cecilia no entiende cómo un gol puede estar fuera de lugar.

    Los grandes siempre están leyendo libros, revistas y periódicos, y yo creo que de ahí sacan muchas cosas. Pero todos, en algún momento, me han contestado: ¡pues quién sabe! O sea que todavía no conozco a nadie que sepa todo, pero todo todo todo lo que yo me pregunto.

    La gente grande a veces se impacienta porque yo pregunto mucho. Pero díganme, la mera verdad, si no pregunto, ¿cómo voy a llegar a saber todo lo que quiero saber? Mi mamá dice que lo busque en la enciclopedia y la deje en paz por favor siquiera un minuto. Eso es porque viene muy cansada de trabajar y a veces de mal humor. Y también porque a veces le pregunto cosas que ella no sabe.

    Mi papá me enseñó a buscar en una enciclopedia. En mi casa tenemos varias y hay otra en la casa de los abuelos. No sé si ustedes sepan, pero la mayoría de las enciclopedias vienen en orden alfabético, o sea que si alguien no entiende cómo se usa el orden alfabético, mejor que ni busque en la enciclopedia. Yo tuve que aprenderme el abecedario de memoria, porque si no, nunca me habría acordado si la hache va antes de la pe o después, y eso causa que se tarde uno mucho en encontrar lo que está buscando.

    Yo he tratado de buscar respuesta a mis dudas en la enciclopedia, y he encontrado muchas palabras, por ejemplo, si ustedes buscan samurai, pronto encontrarán que es un miembro de la antigua nobleza del Japón,

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