Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Controlar su diabetes
Controlar su diabetes
Controlar su diabetes
Libro electrónico278 páginas5 horas

Controlar su diabetes

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Controlar su diabetes nos guía y orienta en el desarrollo de un adecuado estilo de vida y una cultura alimentaria sana, en aras de prevenir, controlar o ayudar al paciente diabético y su familia. Una correcta educación y conocimiento de la enfermedad es vital como nos demuestra este texto que se inicia con importantes aspectos clínicos, epidemiológ
IdiomaEspañol
EditorialNuevo Milenio
Fecha de lanzamiento3 dic 2019
Controlar su diabetes
Autor

Omaida Torres Herrera

Omaida Torres Herrera (La Habana, 1954) se graduó de medicina en la Universidad de La Habana, especialista de primer y segundo grados de Endocrinología y MSc. en Longevidad satisfactoria. Profesora auxiliar, miembro del Grupo Nacional de Endocrinología y de la Asociación Latinoamericana de Diabetes, miembro titular de la Sociedad Científica de Endocrinología.

Relacionado con Controlar su diabetes

Libros electrónicos relacionados

Autogestión para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Controlar su diabetes

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Controlar su diabetes - Omaida Torres Herrera

    Prólogo

    La diabetes mellitus se ha convertido en los últimos años en un verdadero desafío a la calidad y expectativa de vida de la población mundial, con un incremento considerable en su incidencia y prevalencia en los países desarrollados y en vías de desarrollo. Se calcula que en este último grupo, del cual Cuba forma parte, se incremente el número de personas con esta enfermedad en 150 % en los próximos veinticinco años. La diabetes está vinculada, en forma directa e indirecta, a factores de conducta, nutricionales y de influencia medioambiental, que en interacción con condicionantes genéticas causan la entidad. El modo y estilo de vida occidental, con disminución de la actividad física y la inadecuada alimentación por consumo excesivo de alimentos de elevado contenido calórico, están entre las causas principales de esta verdadera epidemia. En nuestro país, al igual que en otros de América Latina, la diabetes es un problema de salud que se ha venido incrementando en forma gradual en los últimos años.

    Investigaciones recientes bien diseñadas han demostrado que los cambios en el estilo de vida pueden retrasar o detener el desarrollo de la enfermedad. Dos estudios fundamentales realizados en Finlandia y Estados Unidos han puesto en evidencia que una moderada reducción del peso cercano a 5 %, en combinación con el aumento de la actividad física, pueden prevenir con eficacia la aparición de la diabetes tipo 2, que llega a alcanzar 90 % de las personas con la entidad en una población determinada, en grupos de personas con elevado riesgo de padecerla. En los resultados de estas investigaciones se demuestra que regímenes alimenticios apropiados, a base de verduras, frutas, alimentos integrales, leche desgrasada, aceites de origen vegetal y productos cárnicos de bajo contenido graso, influyen en la disminución del sobrepeso corporal y en la aparición de diabetes mellitus. Otros resultados nos muestran que, además de los cambios en el peso corporal, el riesgo de padecer la enfermedad se asocia a determinados componentes de la dieta, en particular a una ingestión reducida de fibras y a una pobre ingestión de verduras o vegetales con predominio en la alimentación de grasas de origen animal. Todos estos datos señalan que cambiar de una dieta elevada en componentes de grasa animal a otra en que se utilice la grasa de origen vegetal, puede ser de gran beneficio para prevenir la aparición de la diabetes tipo 2 y otros procesos aterogénicos. Aunque es de destacar que de esta observación en cuanto a las grasas se exceptúan las provenientes de un grupo de pescados, que son consideradas beneficiosas para la salud.

    La conducta y responsabilidad con que los seres humanos asumen determinadas enfermedades están estrechamente influidas por la escala de valores y creencias del medio y entorno donde se desarrollan, y cualquier cambio significativo en este comportamiento resulta difícil, tanto de iniciar, como de mantener. Lograr una comunicación directa y que interese al individuo es imprescindible para que los profesionales y proveedores de salud logren que los pacientes introduzcan los cambios necesarios. En esa dirección, la educación terapéutica, las modificaciones en la dieta, el autocontrol de los niveles glucémicos, el cumplimiento de las indicaciones farmacoterapéuticas y la promoción del ejercicio, se mantienen como bases del control de la diabetes.

    La educación a personas que padecen de diabetes y a sus familiares está establecida como un aspecto básico y principal de la atención diabetológica; lograr que los pacientes estén informados y se capaciten para que puedan asumir con responsabilidad el control diario de su enfermedad y estén facultados para asumir decisiones fundamentales sobre su vida personal y autocuidado de los aspectos relacionados con sus estilos de vida y cumplimiento terapéutico, son con toda certeza los elementos claves para enfrentar con éxito esta epidemia que amenaza la salud de nuestra población.

    Es en esta dirección, dirigida a la información y educación de las personas con diabetes, que se enmarca este importante texto que ahora les estamos presentando. La doctora Omaida Torres Herrera, de amplia experiencia en la endocrinología clínica y la diabetología, con reconocida trayectoria en la atención a diabéticos, aborda con un lenguaje diáfano y directo aspectos esenciales sobre la enfermedad crónica que se nos avecina como una verdadera epidemia en el siglo xxi. En sus páginas encontraremos una panorámica que va desde las primeras observaciones históricas del desarrollo de la humanidad y la presencia de la diabetes mellitus, tan antigua como el ser humano mismo, pasando por importantes aspectos clínicos, epidemiológicos, terapéuticos, la importancia de la educación dirigida y centrada en el propio paciente, para animarlos a que logren el control de su diabetes y tengan un papel primordial dentro del equipo de atención, hasta importantes observaciones en el plan alimentario y la necesaria sistematicidad en el ejercicio cotidiano, y cómo puede y debe actuar el paciente en determinadas situaciones especiales, para cerrar con un glosario de palabras y términos sobre el manejo profesional de la temática, que deben resultar muy orientadores a personas que se inician en la enfermedad.

    El mensaje de este libro se adapta a nuestras características y particularidades; no obstante, puede resultar también de utilidad en el contexto de otros países latinoamericanos en vías de desarrollo. Están presentes la importancia del estilo de vida y los cambios necesarios para adquirir una cultura más sana y no dejarnos llevar por razones comerciales, tan nocivas sobre los hábitos alimentarios tradicionales del mundo actual, lo cual puede y debe ayudar considerablemente a que las personas con diabetes y sus familiares, así como la población general, adquieran la información requerida para iniciarse y poder transitar con éxito el largo viaje que significa enfrentar con inteligencia y sabiduría esta enfermedad, que como bien señala la autora: Usted puede… controlar su diabetes.

    Se hace necesario resolver la escasez en materiales didácticos, revistas y libros dirigidos a las personas con diabetes, que las limitaciones económicas y el cruel bloqueo económico que enfrentamos nos han impuesto en todos estos años. Tengo la certeza de que este esfuerzo e iniciativa de la doctora Torres Herrera nos abrirá el camino a este tipo de publicaciones tan necesarias en nuestro país.

    Doctor José Arturo Hernández Yero

    Profesor e investigador auxiliar, Presidente

    de la Sociedad Cubana de Endocrinología

    PREFACIO

    La vida está llena de retos. Los profesionales de la salud dedicados a la atención de las personas con diabetes mellitus tienen ante sí una ardua labor: elevar la calidad de vida de quienes presentan esta enfermedad. La diabetes se incrementa cada vez más, extendiéndose por todo el mundo como una epidemia que no se detiene; constituye una pandemia, pues afecta a todos los continentes.

    Miles de años de investigaciones han permitido los avances médicos de hoy, que no son suficientes, pues parecía que con el advenimiento de la insulina, los problemas de salud de estas personas estarían resueltos; y cuán lejos de la verdad. Se obtuvo un gran triunfo: la supervivencia de las personas con diabetes mellitus tipo 1, y la prolongación de la vida de los restantes diabéticos. Pero aparecieron otros retos: las complicaciones crónicas, que laceran la calidad de vida de las personas que padecen esta enfermedad, y disminuyen la esperanza de vida saludable.

    La labor de los profesionales de la salud es fundamental para alcanzar el bienestar de estas personas y sus familiares, pero corresponde a los afectados por esta dolencia una participación activa, responsable, conciente en el control de su enfermedad y los factores de riesgos asociados, con la firme decisión de vencer las posibles barreras que surjan en detrimento de sus objetivos.

    No faltarán ocasiones en que la sociedad los estimule a asumir estilos de vida de moda, aunque no sean saludables. Por lo tanto, retos a enfrentar existirán siempre.

    Para vencer este desafío es necesaria la interacción sistemática entre el equipo de salud y las personas con diabetes, lo que permitirá brindar una adecuada educación de la enfermedad y cuidar de la salud. Solo así se podrá alcanzar un conveniente control metabólico, necesario para evitar o retardar la aparición de las complicaciones crónicas.

    Con la publicación de este libro nos proponemos incrementar los conocimientos sobre la enfermedad en las personas afectadas, sus familiares y el resto de la sociedad, para así contribuir con el incremento de la calidad de vida de las personas con diabetes mellitus.

    INTRODUCCIÓN

    La diabetes mellitus (DM) es una enfermedad crónica que se caracteriza por niveles de glucosa en sangre elevados (glucemia), como consecuencia de un déficit en la secreción de insulina, acompañado, en muchos casos, de una disminución de la respuesta de las células del organismo al efecto de la insulina; de no ser tratada adecuadamente, puede llevar a complicaciones crónicas que afectan la calidad de vida de quienes la padecen.

    Hasta los momentos actuales, la diabetes mellitus no es curable, por lo que una vez diagnosticada será compañía para toda la vida. Ello no equivale a decir que se estará permanentemente enfermo. ¡No! Eso es algo muy alejado de la verdad.

    Todas las personas con diabetes deben conocer que esta enfermedad es crónica, pero susceptible de ser controlada, y la meta a alcanzar consiste en mantener niveles de glucemia normales, como los de las personas que no presentan esta afección; de esta forma, las posibilidades de desarrollar complicaciones serán menores.

    El número de personas con diabetes mellitus ha ido en aumento en todos los países, desarrollados o no desarrollados. La Federación Internacional de Diabetes (FID) calculó que en el año 2004 existía en el mundo alrededor de 194 millones de personas con diabetes mellitus. Y se calcula que para el año 2025 esta cifra llegue a los 333 millones de personas, lo que equivale a decir que 6,1 % de la población mundial presentará diabetes.

    En Cuba, hasta el año 2004, 364 000 personas tenían diabetes mellitus, es decir, 3 de cada 100 cubanos presentan esta enfermedad.

    Las causas del incremento del número de personas con diabetes mellitus se debe, fundamentalmente, al envejecimiento marcado de la población y a estilos de vida sedentarios que se propician por el proceso de modernización de la vida.

    En las Américas, la diabetes es un grave problema de salud y existen millones de personas que desconocen que la tienen y otras tantas que no son tratadas correctamente. Por lo que estamos urgidos de tomar acciones de salud que ayuden a prevenir su aparición, lograr un adecuado control en aquellos que ya la padecen y elevar su calidad de la vida.

    En el año 1991, a instancia de la Organización Mundial de la Salud y la Federación Internacional de Diabetes, se comenzó a celebrar el 14 de noviembre, en diversos países, el Día Mundial de la Diabetes. Se escogió esta fecha para rendir homenaje a Frederich Banting, uno de los descubridores de la insulina, en el aniversario de su nacimiento. Actualmente, en más de 130 países se aprovecha la ocasión para realizar diversas actividades educativas y otras acciones de salud, dirigidas a las personas con la enfermedad, a sus familiares y a la población en general.

    APUNTES HISTÓRICOS

    La supervivencia de la humanidad se encuentra amenazada en estos tiempos por la presencia de nuevas y graves enfermedades. Resulta impostergable trazar nuevas estrategias de salud a nivel mundial para detenerlas.

    El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) es la más representativa en la actualidad; sin embargo, no por ello podemos disminuir nuestra atención a enfermedades crónicas no transmisibles y en especial a la diabetes mellitus, que representan un problema de salud mundial grave, común, creciente y costoso, a pesar de haber ingresado en la historia de la medicina hace miles de años.

    La primera referencia bibliográfica sobre la diabetes mellitus se halla en el Papiro de Ebers (1550 años a.n.e) encontrado en 1862 en Tebas (hoy Luxor) donde se menciona por primera vez una enfermedad caracterizada por la frecuente y abundante eliminación de orina y la utilización de unos remedios a base de determinadas decocciones.

    La antigua literatura hindú en los Vedas describe que la orina de las personas con diabetes era pegajosa, con sabor a miel y que atraía fuertemente a las hormigas. Súsruta, el padre de la medicina hindú, llegó incluso a diferenciar una diabetes que se daba en los jóvenes que conducía a la muerte y otra que se daba en personas de mayor edad. Pablo de Aegina refinó más aún el diagnóstico de dypsacus (diabetes) y la asoció a un estado de debilidad de los riñones y exceso de micción que conducía a la deshidratación. Prescribió un remedio a base de ciertas hierbas como lechuga y trébol en vino tinto con decocciones de dátiles y mirto para beber en los primeros estadios de la enfermedad, seguido de cataplasmas a base de vinagre y aceite de rosas sobre los riñones. Los antiguos escritos chinos hablan de la enfermedad de la sed planteada por Tchangking, luego de la observación de un paciente que ingirió 10 L de agua.

    Durante el Imperio Romano también se menciona a la diabetes mellitus. Cornelio Celso (contemporáneo de Cristo) describe una enfermedad consistente en poliuria indolora con emaciación.

    Areteo de Capadocia le da el nombre de diabetes (pasar a través de un sifón), a una enfermedad caracterizada por licuefacción de la carne y de los huesos en la orina. Galeno tuvo una concepción errada que persistió por 14 siglos, consistente en que el problema era una debilidad renal, y que los líquidos se eliminaban sin cambio alguno. Unos siglos después, el árabe Avicena describió la gangrena y la impotencia en los diabéticos y Paracelso evaporó estas orinas, encontrando cristales que creyó eran de sal. La primera referencia en la literatura médica occidental de una orina dulce en la diabetes se debe a Thomas Willis (1621-1679). En 1674, Thomas Willis probó las orinas de los diabéticos, encontrando que eran maravillosamente dulces, como embebidas con miel o azúcar, y le da el nombre de mellitus. Willis escribió que …antiguamente esta enfermedad era bastante rara pero en nuestros días, la buena vida y la afición por el vino hacen que encontremos casos a menudo en la orina.

    Fue Wirsung, de la Universidad de Padua, en 1642, quien reconoció el páncreas como glándula excretora. Brunner, 35 años más tarde, realizó una pancreatectomía en un perro, el cual se mantuvo hambriento y bebiendo agua sin cesar, pero no asoció estos síntomas con la diabetes mellitus y casi 200 años tuvieron que transcurrir para reconocer al páncreas como órgano responsable de esta dolencia. Morton, en 1696, habló por vez primera de la herencia en la diabetes mellitus. En 1776, Dobson planteó que sin duda en la diabetes se encontraba azúcar en la orina y señaló también el sabor dulce de la sangre.

    Así transcurrieron los años y los científicos aportaron nuevos conocimientos producto de los resultados de sus constantes investigaciones.

    En 1798, Marshall describió, por vez primera, como olor a manzana en descomposición, el aliento de un joven con diabetes en estado

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1