Gabriel tiene nueve años. Debutó en apendicitis, casi peritonitis, de un día para otro. Con un nivel de infección elevado y una sintomatología preocupante, ingresó de urgencia para ser operado a la mayor brevedad posible. Una intervención rutinaria, por el número de las que de este tipo de producen, y comparada con las cirugías con riesgo vital que cada día se realizan en nuestros hospitales, pero no exenta de complicaciones por tratarse de la zona abdominal y del avance de la infección. Minutos antes de ser trasladado a quirófano, el cirujano que iba a proceder a la intervención acudió a la habitación a explicar al niño y a su madre qué tipo de operación le iba a realizar. El inicio de la conversación pareció extraído de una película de ciencia ficción: «Vamos a realizar una intervención laparoscópica monopuerto por apendicectomía flemonosa aguda». Pero, de forma inmediata, el profesional tradujo: «Y esto quiere decir que vamos a hacer una incisión en la zona del ombligo para, desde ahí, extirpar el apéndice, limpiar la infección y que las heridas interna y externa sean lo
LA EVOLUCIÓN DE LA COMUNICACIÓN SANITARIA ¡ YA ENTIENDO A MI MÉDICO!
Apr 22, 2022
6 minutos
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