Cómo la palabra “dieta” se convirtió en la peor del mundo wellness
Una cosa graciosa está pasando en Instagram últimamente: vemos fotos de donas rellenas y con toppings deliciosos, sobre fondos color pastel, y con una cantidad mayor de likes que los smoothies verdes o los bowls de açai, que antes llenaban los feeds. Ya sabes de qué estamos hablando, de aquellos posteos que te aconsejan comer sin que sientas algún resentimiento. Aunque lo más confuso es que vienen de las mismas cuentas que antes te tentaban con una ensalada de kale o brownies a base de plantas.
Sigue siendo contenido enfocado en tu bienestar, pero no de la forma en que estabas acostumbrada. Es el movimiento antidietas, una forma liberadora de hacer que sus seguidores dejen de discriminar la comida o de idealizar la pérdida de peso. Se siente como una revolución, pero realmente no es algo nuevo. La cultura antidietas, creada por feministas radicales y el movimiento setentero para aceptar las grasas, lleva ya algunas décadas. Pero, que enaltece el emblema (no oficial) de la dona glaseada rosa del movimiento antidietas.
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos