Mira Lo Que Has Hecho

Por Rodrigo Robayo Vargas

Esta novela la he escrito contando
numerosas y menudas historias marginales,
hechos reales desfigurados para bien y para
mal, con la libertad que confiere la literatura
y, como aconsejara Faulkner dejando a un
lado el honor, el orgullo y la decencia con tal
de escribir mi libro. Historias contadas con el
mismo apresuramiento con que se capa a
un perro —no tengo mucho tiempo— pero
que estoy seguro puede leer y disfrutar
hasta un niño con tos.

• Idioma: Español
• Editorial: Editorial Libros para Pensar
• Fecha de lanzamiento: 8 sept 2019
• ISBN: 9788834182604

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arrebatada.

EN VEZ DE PRÓLOGO

Con el hilo que nos dan, tejemos cuando tejemos

— Antonio Machado

Esta novela la he escrito contando numerosas y menudas historias marginales, hechos reales desfigurados para bien y para mal, con la libertad que confiere la literatura y, como aconsejara Faulkner dejando a un lado el honor, el orgullo y la decencia con tal de escribir mi libro. Historias contadas con el mismo apresuramiento con que se capa a un perro —no tengo mucho tiempo— pero que estoy seguro puede leer y disfrutar hasta un niño con tos.

1

A mis amigos y amigas quiero contarles que ayer Pilar me regaló una máquina de afeitar americana y acabo de estrenarla, en dos minutos quedé rasurado como las putas de Tebas (un burdel del barrio Santa Fe), fantástico, no me pidan fotos.

2

Barrio Bochica. El negro Mauricio Bedoya, tras cuarenta días en Bogotá ha decidido regresar a su hogar (Quibdó); extraña a su negra, su apurado caminar y sus blusas de encaje, las promesas de amor y los sueños que jamás se han enredado.

Cuarenta días que han sido una muerte pequeña, un dolor que se extiende hasta el mar, una soledad ausente de calma… Estar por aquí no ha valido la pena, la ciudad es hostil y la vida un tanto difícil. La negra le robó el corazón hace seis años; extraña su lápiz labial y estar junto a ella, la luz del alba y el amor que no se esfuma.

Cuarenta días le han parecido toda una vida, esto no es como pensó, la tierra de sus sueños; aquí se habla el idioma del demonio: la indiferencia.

Extraña a su negra y su comida rica preparada con el corazón; su culo siempre bañado como para un servicio; sus gestos y sus buenas palabras; sus lágrimas y su carácter alegre; sus dientes cargados de vida; sus silencios y, una luz que sólo ha visto en sus ojos.

El negro Mauricio le ha comprado una ropa linda, necesita estar cerca de ella (supongo que eso es el amor). Quiere recuperar el tiempo perdido, se ha mostrado locuaz y nos ha dado una exhibición inocente de alegría; ha estado desatado, libre, un poco cursi… Consigue conmovernos.

El negro Mauricio ya ha comprado el pasaje de regreso y pronto escuchará a su negra decir: aquí estoy para ti, como una rosa, paque me partas la chocha (a la negra le gustan las metáforas).

3

Ciudad Jardín del Norte. Tomo tinto en una cafetería, bonita la niña que atiende… (diez y siete años), lo hace con la seriedad y el desprecio que sus padres le inculcaron por los viejos verdes —todos lo somos—.

Rebonita pero doblemente ignorante, no sabe que los leones no comen flores y, que la flor es bella por lo efímera. ¡Puta madre!.. se me salió el Julio Flores.

4

Barrio Alcázares. He venido a tomar onces, donde Jorge