Resumen Y Guía De Estudio - El Emperador De Todas Las Enfermedades: Una Biografía Del Cáncer

Por Lee Tang

Nunca verá el cáncer del mismo modo.
El resumen de lectura obligada "El emperador de todas las enfermedades: Una biografía del cáncer"  por Siddhartha Mukherjee.
Este libro narra una “biografía” fascinante del cáncer, desde su primera aparición documentada hace cinco mil años a través de las batallas del siglo XX para curarlo, controlarlo y someterlo a un nuevo entendimiento de su biología. Relata los siglos de descubrimientos, éxitos y fracasos en la batalla del gato y el ratón contra el cáncer, llevando la investigación del cáncer y la biología del cáncer al público
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•Entender los conceptos clave
•Ampliar su conocimiento
Lea este resumen para obtener una visión general informativa de la evolución de los servicios médicos y la investigación de la salud, además de la historia específica del cáncer.

• Idioma: Español
• Editorial: LMT Press
• Fecha de lanzamiento: 16 nov 2018
• ISBN: 9781547540723

Lee Tang

Lee Tang is a retired executive of a major global insurance company. Prior to his retirement, he has worked as an actuary, a risk officer and a chief financial officer for several major insurance organizations in the United States, Canada, and Taiwan. To learn more about Lee and his work, visit his website and blog at https://lmtpress.wordpress.com. You can reach him by email at [e-mail].

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Resumen & guía de estudio - el emperador de todas las enfermedades: una biografía del cáncer

Escrito por Lee Tang

Copyright © 2018 Lee Tang

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Traducido por Jeannette Antezana

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Tabla de Contenido

Titulo

Derechos de Autor

Sinopsis

1. Bilis negra en tumores

2. Una guerra impaciente

3. ¿Me rechazarás si no puedo mejorar?

4. La prevención es la cura

5. Una versión distorsionada de nuestro yo normal

6. Los frutos de largos esfuerzos

La guerra de Atossa

Sobre el Autor

Sinopsis

El emperador de todas las enfermedades: biografía del cáncer, por Siddhartha Mukherjee

Síntesis del libro

El libro narra una biografía fascinante del cáncer, desde su primera aparición documentada hace cinco mil años a través de las batallas del siglo XX para curarlo, controlarlo y someterlo a un nuevo entendimiento de su biología, su esencia. Relata los siglos de descubrimientos, éxitos y fracasos en la batalla del gato y el ratón contra el cáncer, llevando la investigación del cáncer y la biología del cáncer al público laico.

Autor

Siddhartha Mukherjee es profesor auxiliar de medicina en la Universidad de Columbia y oncólogo en el CU/NYU del Hospital Presbiteriano. Antiguo estudiante de Rhodes, se graduó de la Universidad de Stanford, la Universidad de Oxford (donde recibió un doctorado estudiando virus causantes del cáncer) y de la Escuela Médica de Harvard.

Nota importante sobre esta guía de estudio

Esta guía es un resumen y no una crítica o una revisión del libro. No ofrece juicio u opiniones sobre el contenido del libro. Este resumen puede no estar organizado en forma de capítulos sino que es una visión general de las ideas principales, puntos de vista y debates del libro. NO está destinado a leerse como un reemplazo del libro que resume, sino más bien, un suplemento para revisar las premisas principales del libro y para proveer comentarios y recursos adicionales.

Capítulo 1

Bilis negra en tumores

En el laboratorio enterrado en el sótano del Hospital de Niños en Boston, en una mañana de diciembre en 1947, un hombre llamado Sidney Farber esperó a que llegara el paquete de Nueva York. No había pacientes en el laboratorio, sólo los cuerpos y tejidos de los pacientes llevados para autopsias y exámenes.

Farber era el jefe de patología en el Hospital de Niños. Para Farber, la patología era una disciplina más preocupada por los muertos que por los vivos. Ahora se sentía impaciente observando la enfermedad desde el banquillo. Farber probaría de tratar a los pacientes en la clínica de arriba. Intentaría utilizar el conocimiento de sus muestras patológicas para idear nuevas terapias para las enfermedades. El paquete de Nueva York contenía algunos frascos de una sustancia química llamada aminopterina, que esperaba pudiera detener el crecimiento de la leucemia en los niños.

Una supuración de sangre

Si Farber le hubiera preguntado a algún doctor en el piso superior de la clínica, sobre la posibilidad de desarrollar un fármaco anti-leucémico, le habrían dicho que no se moleste. La leucemia infantil había confundido y frustrado a los doctores desde su descubrimiento el 19 de Marzo de 1845, por un médico escocés llamado John Bennett. El paciente era un hombre de 28 años con una misteriosa hinchazón en su bazo. En el curso de unas pocas semanas, el paciente había escalado de síntoma en síntoma: fiebres, sangrados repentinos, dolor abdominal súbito, hinchazón de tumores brotando en sus axilas y en su cuello. Bennet lo trató con sanguijuelas y lavativas, pero fue en vano. En la autopsia, Bennet concluyó que su paciente había sucumbido a una infección debido a que su sangre estaba llena de las células blancas de la sangre. El llamó a su caso "una supuración de sangre".

Cuatro meses más tarde, un joven catedrático alemán de la Universidad de Wurzburg, llamado Rudolf Virchow publicó un caso similar. La sangre de la paciente estaba cubierta de glóbulos blancos, formando concentraciones densas y pulposas en su bazo. En la autopsia, Virchow encontró capas de sangre blanca flotando sobre la roja. El denominó la enfermedad weisses Blut - o sangre blanca. En 1847, él cambió el nombre a leucemia -del Griego leukos, palabra que significa blanco.

Virchow era un patólogo en práctica. El creía que todas las cosas vivientes estaban hechas de células y que las células podían crecer solo de dos maneras: sea incrementando su número o por medio de aumentar su tamaño. El denominó a estas dos modalidades, hiperplasia e hipertrofia. Al examinar los crecimientos cancerosos a través de su microscopio, Virchow concluyó que el cáncer era una hiperplasia en su forma extrema,

A la muerte de Virchow en 1902, una nueva teoría del cáncer se había unido desde estas observaciones. El cáncer es una división de células aberrante e incontrolada, creando tumores que atacarían y destruirían órganos y tejidos normales. Estos tumores también podrían extenderse (o hacer metástasis) a otras partes del cuerpo, como los pulmones y el cerebro.

La leucemia es una maleza maligna cubierta de glóbulos en la sangre. Viene en varias formas. Podría ser crónica e indolente, o aguda y violenta. La segunda versión viene en otros tipos, basados en los glóbulos blancos implicados. Los cánceres de las células mieloide se llaman leucemia mieloide aguda (LMA) (US initialisms AML); los cánceres de las células linfoides se llaman linfomas; cánceres de las células linfoides inmaduras se denominan leucemia linfoblástica aguda (LLA) (US initialisms ALL). La leucemia más común en los niños es LLA (ALL).

***

Sidney Faber, el tercero de catorce hijos, nació en Búffalo, Nueva York, en 1903. Su padre, Simón Farber, había emigrado a América desde Polonia a finales del siglo 19 y trabajó en una agencia de seguros. Habiendo completado su práctica avanzada en patología a fines de los años 1920, Farber se convirtió en el primer patólogo a tiempo completo en el Hospital de Niños de Boston. Su especialidad era la patología pediátrica, el estudio de las enfermedades infantiles.

Sin embargo, Farber fue impulsado por el hambre para tratar pacientes. Sentado en su laboratorio del sótano un día del verano de 1947, se inspiró para centrar su atención en las variantes más antiguas y más desesperadas de la leucemia: la leucemia infantil. La enfermedad había sido analizada y meticulosamente clasificada, pero sin avances terapéuticos o prácticos.

El paquete de Nueva York estaba esperando en el laboratorio esa mañana de Diciembre. Mientras sacaba los frascos de productos químicos del paquete, estaba abriendo una nueva forma de pensar sobre el cáncer.

Un monstruo más insaciable que la guillotina

El paquete de productos químicos de Sydney Farber llegó en un momento crucial en la historia de la medicina. En el primer trimestre del siglo 20, el cáncer había superado las tres enfermedades mortales comunes: fiebre tifoidea, viruela y tuberculosis, para convertirse en el segundo asesino más común, justo detrás de las enfermedades cardíacas. Aunque las nuevas medicina milagrosas aparecieron a una velocidad asombrosa después de la Segunda Guerra Mundial, a finales de los años 1940, no se habían encontrado fármacos efectivos para el cáncer. Para curar el cáncer, los doctores tenían solamente dos opciones: incisión con la cirugía o incinerarla con radiación.

Las propuestas para lanzar una respuesta nacional contra el cáncer habían disminuido y fluido en Estados Unidos desde principios del siglo XX. En Mayo