El porcentaje de personas mayores de 65 años en nuestra población no ha parado de aumentar durante las últimas décadas. De hecho, según la tendencia actual, en 2050 se prevé que habrá más personas mayores de 65 años que jóvenes de entre 10 y 24 años. El aumento en este sector poblacional ha llevado consigo un incremento en la prevalencia de enfermedades asociadas a la vejez. Pero ¿por qué enfermamos al hacernos ancianos? El envejecimiento es un proceso complejo, natural e irreversible que, a nivel fisiológico, se caracteriza por la pérdida progresiva de la funcionalidad de nuestros órganos y tejidos. Esta disminución de la capacidad funcional de nuestro organismo deriva en un mayor riesgo de sufrir enfermedades crónicas como la diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares o cáncer, que afectan de forma negativa a la esperanza y a la calidad de vida de las personas que las sufren. Por ello, hay un creciente interés en prolongar el mantenimiento de una buena salud. Se trata no solo de dar años a la vida, sino también de dar vida a los años.
Todas estas enfermedades comparten un denominador común, la inflamación de bajo grado. El término fue acuñado en el año 2000 y se utiliza para describir la