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Nueve Cuentos
Nueve Cuentos
Nueve Cuentos
Libro electrónico64 páginas39 minutos

Nueve Cuentos

Por Juan

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Información de este libro electrónico

Una vida inmortal.
Una oportunidad fáustica.
Un pasado sinuoso.
Un viaje iniciático.
Una celebración imaginaria.
Un viejo sin infancia.
Un recuerdo encerrado.
Una vida a contrapelo.
Un asilo de genios.

Nueve historias para el lector que las prefiere breves. Fantásticas o realistas, nueve ejercicios de sustancia en un envoltorio pequeño y entretenido.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento16 oct 2018
ISBN9788468530857
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    Nueve Cuentos - Juan

    Juan de Salgado

    Nueve Cuentos

    © Juan de Salgado

    © Nueve Cuentos

    ISBN epub: 978-84-685-3085-7

    Impreso en España

    Editado por Bubok Publishing S.L.

    Reservados todos los derechos. Salvo excepción prevista por la ley, no se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos conlleva sanciones legales y puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

    Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

    Índice

    Vida privada de Alfonso de Belarrosa, inmortal

    I

    II

    III

    IV

    Dos vidas

    I

    II

    III

    El abuelo

    Los viejos

    I

    II

    III

    Una fiesta

    Locura

    I

    II

    III

    IV

    Fin de fiesta

    El club Omega

    Newton en el sofá con patatas

    Vida privada de Alfonso de Belarrosa, inmortal

    I

    Una autobiografía ha de tener dos partes: la que se espera del autor entre quienes creen que lo conocen en vida, y la secreta, la que nadie reconoce en él y que, aunque más importante para el que escribe, tiende a ser la más imaginaria. Hecha esta advertencia, escucha si quieres mi inverosímil historia.

    Nací en el páramo bajo un apellido silvestre que he tratado de olvidar. Las gentes de allí eran poco sedentarias, y no recuerdo una madre sino muchas, por no hablar de padres; recuerdo ratas como alfombras y un horizonte entre los matojos. En cuanto tuve alguna conciencia bajé de la montaña para no volver, y mis primeras impresiones de la ciudad fueron dos. La primera, que la peste del monte era meramente mi ignorancia hasta el momento de lo que era verdadera pestilencia, el atronador hedor de la civilización, de gente muriendo en la podredumbre de infecciones que hoy nos son extrañas.

    Consistentemente, y por razones que estarán pronto a la vista, las enfermedades de la civilización me eludieron sin esfuerzos o morales por mi parte. Yo era joven entonces, y fornicar con moderación no contaba entre mis prioridades. Los tiempos eran insalubres, mis coetáneos morían como yuyos, argumentando conductas y refugiándose en catedrales sin que nada les ahorrara el contagio y descomposición de los órganos. Entre ellos vivía yo una epifanía de excesos sin sufrir ni de enfriamiento, ejercitando la vocación de ateo y cuidando de no sobresalir.

    Mi segunda impresión de la ciudad, que corroboraría con el tiempo, fue que el cambio del siglo alborota a las gentes: el primer calendario que aprendí a leer decía 1792, y un viento de revoluciones e independencias se alzaba por cada costado del globo. Me cuesta rememorar el siglo dieciocho porque fue una larga adolescencia de barraganería impune, de mujeres podridas y hombres hediondos que, de enfermedad o de mosquete, morían demasiado rápido como para recordarlos.

    Hacia el final del nuevo siglo, en la calma que precedió a las siguientes revoluciones,

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