LA HABANA LITERARIA
Cuanto más contemplas la ciudad, y te mueves dentro de ella, más la amas, y cuanto más amor tomas de ella, más amor le devuelves, y si lo deseas, devienes totalmente parte de ella, de todo su intercambio de gozos y provechos, y esto, al fin y al cabo, es el modelo justo de la vida eterna, un símbolo de salvación. Esta ciudad pecaminosa de La Habana está construida de manera que puedes leer en ella, si sabes cómo vivir en ella, una analogía del Reino de los Cielos”, Thomas Merton, Diarios 1939-1968.
Fue una noche de noviembre. Bajaba la colorida calle Obispo de La Habana Vieja, entre sones de cumbia y olor a pan recién hecho, que vendían en paquetes de plástico que colgaban de los oxidados hierros de algo así como una ¿? Un ensanche casi forzado a mitad de la calle daba lugar a un aglomerado mercado de puestos de cuero, artesanía, textil y esos souvenires que compras y jamás encuentras un lugar para ellos en casa. Miré y remiré, pero no encontré ni la huella ni el olor que desprenden los libros viejos. Seguí paseo abajo cuando fijé la el periódico cubano fundado en 1965 y órgano del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Después de machacarme con la Revolución cubana durante algo más de 40 minutos, le compré por dos CUC, no llega a tres euros, la edición especial que lanzaron el domingo 27 de noviembre de 2016 tras la muerte del comandante: ilustrado por Ares con la repetida cara de Castro. Un poco más abajo, en el 153 esquina Mercaderes, me encontré con el hotel Ambos Mundos, el que fue el primer ‘hogar’ de Hemingway en Cuba. Entre 1932 y 1939, Ernest ocupó la habitación 511, donde concluyó y comenzó obras como o Se dice que aquí también fue donde escribió la obra que me llevaría de cabeza a hacer este artículo. Ahora les narraré por qué.
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