DANTE ALIGHIERI “IN LOVE”
Setecientos años después de su muerte, la figura de Dante Alighieri sigue cautivando a los historiadores, y su obra, deslumbrando a los críticos. Orgulloso y apasionado, el autor de la Divina comedia vivió en primera línea las complejidades de la política de su tiempo.
Como poeta, la aportación de Dante resultó decisiva. En una época en que los temas importantes se abordaban en latín, fue revolucionario que él utilizara el toscano o florentino para acometer una obra de tanta importancia como la Comedia –lo de “Divina” fue un apelativo que vendría después–. De esta forma, consiguió llegar a un público más amplio y dignificó la literatura en lengua vernácula. Por ello, se le puede considerar el padre del italiano, un idioma que tomaría el toscano como base. Inauguró, de hecho, un período de esplendor tras un tiempo de decadencia. Giovanni Boccaccio, en la biografía que le dedicó en el siglo xiv, resume así la importancia de su contribución: “Este fue el Dante que abrió el primero el camino de retorno a las Musas, desterradas de Italia. Él puso de manifiesto la gloria del florentino idioma; por él las bellezas de la lengua vulgar encontraron expresión adecuada”.
¿A qué sector social pertenecía el gran literato? Boccaccio dice que era “de noble sangre” y de “buena fortuna”. Las especulaciones sobre su origen aristocrático se basan en una tradición familiar, recogida por el propio interesado en la , donde afirma que su tatarabuelo, Cacciaguida, poseía el título de caballero y murió en las cruzadas. En realidad, no podemos estar seguros de cuál fue de verdad el estatus de su antepasado. Seguramente, el poeta lo exageró para prestigiar a los suyos. Lo cierto es que, más que a la aristocracia, sus parientes pertenecían a la burguesía adinerada. Para Elisa Brilli y Giuliano Milani, autores de una reciente e importante biografía, los Alighieri se hallaban. No debía de creer que tuvieran ninguna semejanza con sus seres queridos.
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