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Veintitrés Cuentos Para Recordar: Volumen Ii
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Libro electrónico147 páginas1 hora

Veintitrés Cuentos Para Recordar: Volumen Ii

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cara de
inteligente que de vez en cuando utiliza para hablar y despus de leer en
una revista el relato Espacios de vida me pregunt a quemarropa, - oye
pap y por qu escribes? -; me tom por sorpresa como una nia de
nueve aos de edad cuestionara a un hombre que es todo seriedad y rudeza
innecesaria. La respuesta dada, sin pensar, me sorprendi: -porque me gusta
hacerlo-; la chamaca de grandes ojos pizpiretos, se alej convencida
y me dej con la pregunta. Intent seguir con la actividad inconclusa
(Educacin ambiental y el Calentamiento Global); a los tres segundos
y medio lo interrump. El trauma de la hoja computacional en blanco
me afect; apagu el procesador de palabras de mi vieja computadora y
sent mi cuerpo en el silln menos golpeado por el tiempo y los nios
y, cosa rara, me dio por reflexionar en la pregunta de la nia. -Por qu
escribo? - es una pregunta que tiene por supuesto una buena cantidad de
respuestas.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento10 jul 2012
ISBN9781463332587
Veintitrés Cuentos Para Recordar: Volumen Ii
Autor

Profr. Fidel Silva Flores

Fidel Silva Flores nació en el año de 1953 en Peñón Blanco, Durango. Estudió en la Ciudad de México para profesor de educación primaria y secundaria en la Escuela Nacional de Maestros, Universidad Pedagógica Nacional y Escuela Normal Superior (Especialidad de Física y Química); Cuenta además con el título de Cirujano Dentista por la Universidad Autónoma de México. El proceso de titulación en la Maestría en Educación con campo en Educación Ambiental, le permite vislumbrar la problemática ambiental recurrente. Actualmente se desempeña como profesor de Ciencias en Física y Química a nivel secundaria.

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    Veintitrés Cuentos Para Recordar - Profr. Fidel Silva Flores

    Copyright © 2012 por Profr. Fidel Silva Flores.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2012911472

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de la imaginación del autor o son usados de manera ficticia, y cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, acontecimientos, o lugares es pura coincidencia.

    Para pedidos de copias adicionales de este libro, por favor contacte con:

    Palibrio

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    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Llamadas desde los EE.UU. 877.407.5847

    Llamadas internacionales +1.812.671.9757

    Fax: +1.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    417087

    ÍNDICE

    Dedicatoria

    Introducción

    OCHO CUENTOS INEXPLICABLES ii

    Fantasmas escolares

    Cara y cuerpo de niña

    El lobo. Otro cuento verdadero

    Gasp

    Fue en navidad

    El taxista

    Indio

    Un misterio

    OCHO CUENTOS ESCOLARES II

    La muñeca fea

    Branda

    Jubilacion

    El perfume

    Quinto y sexto grados

    La pluma fuente

    El dictador

    En la escuela

    SIETE CUENTOS EXPLICABLES II

    El regreso

    Tiempos pasados

    Reflexiones

    Una armónica

    Momentos

    Solo

    El viaje

    Dedicatoria

    A mis padres, Julia Flores y Manuel Silva con cariño y admiración.

    A mis suegros, Zenaida Solís y Salvador Aguilera, generosos segundos padres.

    Introducción

    Cierto día me encontraba en compañía de mi hija. Ella con la cara de inteligente que de vez en cuando utiliza para hablar y después de leer en una revista el relato Espacios de vida me preguntó a quemarropa, - oye papá ¿y por qué escribes? -; me tomó por sorpresa como una niña de nueve años de edad cuestionara a un hombre que es todo seriedad y rudeza innecesaria. La respuesta dada, sin pensar, me sorprendió: -porque me gusta hacerlo-; la chamaca de grandes ojos pizpiretos, se alejó convencida y me dejó con la pregunta. Intenté seguir con la actividad inconclusa (Educación ambiental y el Calentamiento Global); a los tres segundos y medio lo interrumpí. El trauma de la hoja computacional en blanco me afectó; apagué el procesador de palabras de mi vieja computadora y senté mi cuerpo en el sillón menos golpeado por el tiempo y los niños y, cosa rara, me dio por reflexionar en la pregunta de la niña. -¿Por qué escribo? - es una pregunta que tiene por supuesto una buena cantidad de respuestas. Una de ellas recuerda a un maestro de hace muchos años en una escuela de un pueblo perdido en el desierto norteño; me recomendó en voz directa, exenta de amabilidad y después de haber revisado mi composición A la madre: - Silva, puede dedicarse a estudiar Ciencias en cualquiera de sus presentaciones, es bueno para ello, pero la literatura no es su fuerte- . Dibujó con fuerza el seis con el lápiz rojo; prácticamente, denotaba un trabajo no acreditado. Es importante recordar como el seis con tinta azul, mostraba un pase honroso. Desolado por sus palabras, recogí el trabajo y ocupé mi lugar. La clase continuó. Al final de ella esperé a que todos salieran y con voz entrecortada por la emoción, le comuniqué al maestro de sexto grado: -Algún día lo buscaré y pondré en sus manos un trabajo adecuado de redacción-; levantando la mirada, contestó retador, -así lo espero-. El tiempo pasó de prisa, abandoné por un tiempo el lugar que me vio nacer. Estudié para profesor en la capital de mi país y aquí he vivido gran parte de mi vida: Mas adelante volví a ese pueblo tan querido; que permitió saliera de niño (varios murieron por accidente antinatural o enfermedad en esa época) y regresara como adulto. Cuando busqué al maestro lo encontré en el cementerio ocupando su lugar. Junto a la lápida: AQUI DESCANSA UN MAESTRO dejé un escrito con el titulo ¿Qué es un maestro? y regresé a la escuela a recordar los sueños del niño de ayer. Al pasar a la dirección de la escuela y leer las palabras en Usted confío de la lista de asistencia de mi maestro de antaño, encontré otro escrito en un viejo papel revolución: - Silva, a usted le gustaban los retos, era el momento de darle uno más. Lo esperaba con su trabajo de literatura, si no me encuentra, recuerde, como dijo nuestro Amado poeta: -nada me debe, nada le debo, estamos en paz-.

    Sentí un descanso no experimentado en muchos años. Una vieja promesa había sido saldada. Le respondí a la manera antigua, como lo hacían y hacemos los nativos de la región, hablando al aire y escudriñando el horizonte: - en el cielo en donde se encuentre, le agradezco haya recordado y contestara las palabras de un campesino y además, confiara en su palabra -.

    Después de haber escrito ese primer intento, mas adelante me gustó hacerlo y al ingresar como cuatrero (cuatro horas sabatinas) a la UPN existieron maestros que me dijeron: -Aquí hay una oportunidad para escribir en la revista de la Unidad -. Posiblemente sin el apoyo del maestro Rincón Andrade antiguo Director, a Tonatiuh Ramírez, Coordinador de la maestría en Educación Ambiental, a Juanita Ortiz de Ciencias, a Mireya García de Español, a Nancy Benítez de Educación Ambiental y a Don Francisco Ortiz de Titulación, no estaría publicando cuentos de una vida presente y pasada; relatos cotidianos que nada tienen de excepcionales excepto narrar las vivencias de personas y maestros quienes como nosotros, creemos, que la historia de los pueblos no solo la generan los lideres y que algo tenemos que ver los individuos, los Juan pueblo.

    Varios relatos pueden sonar utópicos y descabellados pero escribo sobre las cosas buenas de la vida. Siempre lo he creído: después de la tormenta viene la calma; después de la obscuridad viene la luz; y por supuesto, un paso más, nunca está de más. Debemos publicar nuestras vivencias; es bueno leer a los grandes de la Literatura, pero también es positivo, mirar a los principiantes, a los que inician; también es positivo aportar nuestro granito de arena en la construcción de un presente y un futuro mejores; es bueno comunicar los aciertos logrados o conocidos, como el relato del maestro de provincia quien me engañó el otro día y me dijo: - eres mi mejor alumno - (a todo el grupo le dijo lo mismo) y le creí, como le creímos todos.

    Siempre lo hemos comentado, una sociedad objetiva y reflexiva tiene tras ella, una buena educación impartida por los padres de familia, nuestros primeros maestros. Muchas veces un gran hijo-alumno genera un excelente ciudadano quien muchas veces es el producto de un padre y un maestro que se atrevieron a retar, a enseñar, a reflexionar, a convencer y a lograr que ese muchacho, en algún momento y en algún lugar, reditúe, con resultados positivos, lo adquirido en el hogar y en la escuela. Al menos en mi lugar y pese a ser catalogado como un soñador, busco a la persona a mi lado, y espero, sienta mi amistad sincera y que dado el momento, levantaré su cuerpo o su mente con todo mi esfuerzo.

    Me gusta encontrar en el camino por la vida, a personas que me dicen: - leemos tus intentos y captamos los mensaje de el Lobo, el Roñas, Ensueños y otras vivencias escritas-. Esos cuentos, me remiten muchas veces a ese lugar con ese viejo maestro quien nos decía en clases: - nunca pero nunca se avergüencen de este pueblo que los vio nacer y los alimenta en su seno. Y nunca, pero nunca, se den por vencidos -.

    Estos cuentos son para que ustedes, amables lectores, conozcan vivencias de los maestros y sus alumnos; de nuestros hijos; de experiencias cotidianas, de amas de casa y profesionistas; de campesinos, obreros, ingenieros, licenciados, etc. En fin, humanos valerosos quienes se levantan día a día con el ánimo de mejorar nuestra vida y nuestra circunstancia como integrantes de esta gran nación. Todos dependemos de todos.

    Para continuar este viaje, le invito a tomar su lápiz y una hoja de papel si es como yo, de la vieja ola; si es más joven, le pido utilice su procesador de palabras de la computadora y escriban una historia, una narración, un cuento, una anécdota. Si tiene tiempo y nos encontramos en nuestro caminar por la vida, posiblemente, y solo si usted lo desea, intercambiemos nuestros relatos. Mientras esto sucede, le invito a leer estas historias. Fueron pensadas y escritas en noches y días alegres; en momentos de angustia y felicidad; en el metro, en las peseras (transporte colectivo); en el auto, en la casa; en la ciudad y en el campo. Momentos de introspección que acompañan mis tiempos y espero, les ofrezca cobijo en los suyos, en su mente y por qué no, en su corazón.

    OCHO CUENTOS

    INEXPLICABLES ii

    image 01.jpg

    Fantasmas escolares

    image 02.jpg

    Como alumno, he tenido la gran suerte de recorrer planteles educativos desde educación básica hasta educación superior en sus tres niveles básicos. Soy un incansable aprendiz de la vida académica. Como profesor, también he sido afortunado al trabajar como docente en varios planteles educativos a nivel primaria, secundaria y educación superior. He tenido tiempo, más de 36 años de experiencia profesional al servicio de la educación, de platicar con personas que me brindan su confianza. Como asesor, un 99 por ciento de mis actividades académicas, se encuentran circunscritas en la enseñanza de las denominadas ciencias duras, en donde las respuestas a

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