«Estoy de los nervios. A mi hija no le gusta leer, prefiere los números a las letras. Ha salido a mi padre, con mente matemática –dice Chimamanda Ngozi Adichie (Enugu, Nigeria, 1977). Bueno, rectifico, le gusta que le lean. Así que estoy intentando que se aficione. Yo a su edad, ella tiene siete, ya escribía libros. Y, como la madre loca que soy, quiero que haga lo mismo». Y suelta una sonora carcajada. La escritora cree en el poder de las historias para hablar de la africanidad, la inmigración, la negación de un pensamiento único y el hecho de experimentar todo eso siendo mujer. Sus libros tienen un afán de detallar los contextos culturales que modifican, azotan y despiertan a sus protagonistas. Desde las novelas hasta pasando por sus ensayos como o. «No recuerdo ningún momento en el que no quisiera contar historias. Aunque tampoco recuerdo una época en la que no le dijera a la gente lo que pienso sobre el mundo.
CHIMAMANDA NGOZI ADICHIE “El feminismo es un viaje constante”
Feb 17, 2023
6 minutos
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