La Primicia

Por Johnn A. Escobar

Tras la misteriosa desaparición de ocho turistas y su guía experimentado, en Adirondack situado en el Estado de Nueva York, Estados Unidos. Un periodista y su camarógrafo buscarán dar con los detalles y la verdad oculta, en aquel hecho que parece inexplicable y aterrador.

• Idioma: Español
• Editorial: Johnn A. Escobar
• Fecha de lanzamiento: 25 abr 2018
• ISBN: 9780463991886

Johnn A. Escobar

Johnn A. Escobar nació en Buenos Aires, Argentina el 5 de Junio del año 1991.Estudio en el Instituto Superior Mariano Moreno y posteriormente en el Instituto Terciario Interval.A partir del año 2015 comienza su carrera como escritor.Autor de la serie literaria compuesta por nueve libros: El Fulgor de las Tinieblas.Los títulos que componen la serie son:Por el sendero de las tinieblas.El Ejército Errante.La Torre Imperial.La casa en la colina.La noche de la bestia.La Primicia.El Misterio de Crowswood.La Marca de Fuego.Antes de que Amanezca.Además de la serie literaria ha publicado las novelas tituladas:El Ángel Caído.El Despertar de Cthulhu: De la ignorancia a la sabiduría; de la luz a la oscuridad.Testimonio de una vida.Y dos libros de cuentos:Vencedores Vencidos.Cuentos de una noche sin luna.Ha escrito varios géneros literarios, entre los cuales se encuentran misterio, thriller, sobrenatural, fantasía oscura, terror y erótico.

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La Primicia

JOHNN A. ESCOBAR

Copyright © 2016 Johnn A. Escobar

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Los personajes y eventos descritos en este libro son ficticios. Cualquier similitud con personas reales, vivas o muertas, es una coincidencia y no es la intención del autor.

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Al Estado de New York y en especial a Adirondack.

La verdad no está siempre en el fondo de un pozo. En realidad, yo pienso que, en cuanto a lo que más importa conocer, es invariablemente superficial. La profundidad se encuentra en los valles donde la buscamos, pero no en las cumbres de las montañas, que es donde la vemos.

EDGAR ALLAN POE

I

La televisora

El canal the latest news o por sus siglas TLN, desde sus fundación hacía cinco años había pasado a convertirse en una de las televisoras más exitosas dentro del Estado de New York. Armando Botana era su dueño y presidente, quien no solamente se trataba de un empresario común y corriente, sino de un auténtico periodista, mucho antes de comenzar su propia televisora él trabajó como notero investigador para diversas cadenas de noticias, construyendo una carrera sobresaliente, en especial en los medios impresos, pero no fue hasta que cumplió los treinta y cinco años de edad cuando la fama le llegó con su propio segmento de noticias en una emisora radial, llamado: Los Muertos No Hablan. El programa era emitido dos veces por semana, la primera los martes y la segunda los sábados, siempre iniciaba a las siete de la tarde y terminaba a las nueve de la noche, la temática del programa estaba centrada en investigaciones sobre corrupción así como también en misterios que en otros medios suelen ser desprestigiados; desde aquel entonces el éxito siempre acompañaba al señor Botana y como si se tratase de un ángel de la guarda, logró ayudar a que varias investigaciones, en inicio periodísticas, fueran transformadas en causas penales que desbarataron organizaciones y encarcelaron a criminales envueltos en disfraces de profesionales.

A los cuarenta y cuatro años de edad, casi de la nada, creó su canal the latest news, que además de transmitir en señal de cable, lo hacía mediante el uso de internet con transmisiones en vivo las veinticuatro horas de cada día, siete veces por semana, los programas abordaban política, moda, policiales, opinión pública, eventos festivos con fines comerciales y también eventos sin fines de lucro, así como noticias generales tales como el estado del tránsito, el clima, debates socioculturales, y los domingos, luego de la medianoche, transmitían un especial de dos horas sobre conciertos en vivo y directo.

Con cinco años al aire y sin interrupciones, the latest news, se había hecho con varios reconocimientos y premios, pero ello no lo era todo sino que se convirtió en la fuente de las oportunidades para todos aquellos jóvenes periodistas y camarógrafos que desearan abrirse paso, pues el señor Botana no era pretencioso, no buscaba rostros famosos y reconocidos sino personas con un profundo deseo de trabajar; el trato y el pago, así como las oportunidades de progresar, eran tan satisfactorias que una vez se llegaba a trabajar allí nadie deseaba marcharse.

La tarde del cinco de Diciembre, dentro de la emisora TLN, la euforia entre reporteros y camarógrafos imperaba, claro que no en todos, sino en quienes aguardaban en los pasillos frente a la oficina del señor Armando Botana, todo mundo sabía que el mes de Diciembre era el momento de lucirse, el trabajo era voluntario, es decir que existía un cupo de ocho personas, camarógrafos y reporteros dentro de ese número, sin importar si se trataban de hombres o mujeres, mucho menos la edad, generalmente, los ocho habrían de reunirse con el dueño de la televisora el día cinco de diciembre, la charla era privada y tendrían la oportunidad, así como los medios, para investigar la primicia que desearan compartir al público, siendo transmitidas todas ellas el veinticinco de dicho mes, es decir durante la navidad. Todos obtenían una recompensa, los periodistas, al año siguiente, se les otorgaría un segmento propio, mientras que a los camarógrafos se los pondría como encargados técnicos de diversos programas y segmentos, obviamente los nuevos puestos venían acompañados de un gratificante aumento de sueldo. En cuanto a las investigaciones, tendrían que ser polémicas, siempre abordando casos de asesinatos, crímenes de corrupción, suicidios, estafas masivas y organizadas; abordando todo con suma seriedad y para ello se les propinaba de una lista de contactos con quienes se esperaba que trabajaran y lograran corroborar sus fuentes, tratándose de oficiales de policía, médicos especialistas, bomberos, rescatistas, banqueros, contadores, contratistas y secretarios, además de una cierta cantidad de dinero para gastos variados.

Los reporteros y camarógrafos que este año habían obtenido su oportunidad eran: Eliott Athens, Elijah Abbott, Alexandra Cummings, Antony Bailey siendo los cuatro periodistas jóvenes de entre veintinueve y cuarenta y siete años de edad cada uno de ellos. Luego se hallaban los camarógrafos: Sammie Agnew, Harry Hughes, Larry Hogan y Marvin O'Malley en la misma categoría y rango de edad que los periodistas, así como con una buena experiencia laboral. Todos sumamente profesionales, algunos de ellos casados y con hijos, otros con padres a quienes debían cuidar, siendo sumamente eficientes en cada reportaje que trabajaron; una costumbre del señor Botana era denominar a los voluntarios con el nombre de Cazadores de primicias, pues eso resumía a la perfección la labor encomendada en ellos. Buscando dar una buena impresión, siendo la primera ocasión en ver cara a cara al dueño y presidente del canal, todos ellos vestían sus mejores trajes, así como también llevaban los zapatos lustrados.

The latest news estaba en pleno trabajo, mientras que las puertas de la oficina fueron abiertas por la señorita Allison Lowell, una joven amable de veinticinco años de edad, con los cabellos largos lacios y rubios que colgaban libres a su espalda llegando hasta un poco por debajo de su cintura la cual era estrecha, la piel parecía de porcelana, la figura delgada pero escultural, la mirada expresiva reflejada por unos ojos sumamente azules, vestía de forma casual con unos pantalones de jean, una blusa negra, y calzado deportivo, quien era la secretaria del señor Botana, él aún no había llegado pero por norma general, ella les permitió pasar, no solamente a la recepción sino dentro de la oficina del presidente del canal donde podrían tomar asiento en los sofás y beber café si lo deseaban. Todos aceptaron, estaban disfrutando de aquel momento, pues uno de los beneficios de ser un cazador de primicias era quedar exentos de otras labores periodísticas, gozando de su paga mensual completa. No había pasado ni veinte minutos cuando la puerta de la oficina fue abierta penetrando el señor Botana, quien acababa de cumplir cuarenta y nueve años de edad, físicamente se mantenía en forma, su cabello crecido era dueño de un color castaño oscuro, el rostro afeitado y la piel blanca cuidadosamente humectada, vestido con un pantalón de jean negro, zapatos lustrados y una camisa blanca de mangas cortas, penetró en compañía de su secretaria Allison Lowell, todos se pusieron en pie, él les dio las buenas tardes y siguió caminando hasta llegar a su escritorio donde tomó asiento, la señorita Lowell permaneció a un