PABLO, CUYO NOMBRE JUDÍO ERA SAU-LO, DEBIÓ NACER ENTRE LOS AÑOS 5 A 10 D.C., EN LA LOCALIDAD PORTUARIA DE TARSO, QUE HOY SE SITÚA EN LA AC-TUAL PROVINCIA DE MERSIN, EN EL SUR DE TURQUÍA (ENTONCES ASIA MENOR). En aquel entonces, Tarso era la capital de una provincia romana: Cilicia, que abarcaba un tercio de la península de Anatolia (que hoy forma parte de Turquía) hasta la zona costera meridional. Aunque debió permeabilizarse de la cultura helénica, entonces dominante en todo el Oriente Medio desde la conquista de Alejandro Magno (CLÍO, 232), Pablo era un judío de la diáspora (nacido fuera de Israel) y presumía como tal: “Nací de la raza de Israel, de la tribu de Benjamín, y fui circuncidado a los ocho días. Soy hebreo e hijo de hebreos; con referencia a la Ley, soy fariseo, mi fanatismo lo demostré persiguiendo a la Iglesia…” (Filipenses 3, 5). Así pues, Pablo era un judío de la diáspora (nacido fuera de Israel), que hablaba el hebreo y el arameo, pero que se expresaba en griego, que era la lengua franca de la época (y tal vez conociera algo de latín). Parece ser que Pablo era ciudadano romano (aunque esto es algo discutido por los historiadores) y se habría hecho valer de esta condición cuando tuvo que enfrentarse a las autoridades…
EL HOMBRE QUE INVENTÓ EL CRISTIANISMO PABLO DE TARSO – EL OSCURO PASADO DEL “APÓSTOL DE LAS NACIONES” –
Feb 01, 2024
8 minutos
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