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Testimonio de una vida
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Libro electrónico79 páginas1 hora

Testimonio de una vida

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Información de este libro electrónico

La vida de una persona me ha sido narrada y con su consentimiento, aquí en este libro, yo me he convertido en la pluma que transcribe su voz.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento7 abr 2018
ISBN9781370383283
Testimonio de una vida
Autor

Johnn A. Escobar

Johnn A. Escobar nació en Buenos Aires, Argentina el 5 de Junio del año 1991.Estudio en el Instituto Superior Mariano Moreno y posteriormente en el Instituto Terciario Interval.A partir del año 2015 comienza su carrera como escritor.Autor de la serie literaria compuesta por nueve libros: El Fulgor de las Tinieblas.Los títulos que componen la serie son:Por el sendero de las tinieblas.El Ejército Errante.La Torre Imperial.La casa en la colina.La noche de la bestia.La Primicia.El Misterio de Crowswood.La Marca de Fuego.Antes de que Amanezca.Además de la serie literaria ha publicado las novelas tituladas:El Ángel Caído.El Despertar de Cthulhu: De la ignorancia a la sabiduría; de la luz a la oscuridad.Testimonio de una vida.Y dos libros de cuentos:Vencedores Vencidos.Cuentos de una noche sin luna.Ha escrito varios géneros literarios, entre los cuales se encuentran misterio, thriller, sobrenatural, fantasía oscura, terror y erótico.

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    Testimonio de una vida - Johnn A. Escobar

    Testimonio de una vida

    Johnn A. Escobar

    Copyright © 2015 Johnn A. Escobar

    Todos los derechos reservados

    Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, electrónico, mecánico, fotocopiado, grabación o de otro modo, sin el permiso expreso por escrito del editor.

    A quien brinda un abrazo cuando más se lo necesita.

    "Ahora empezaba a darme cuenta de cuán más feliz era esta vida, con todas sus miserias, que la existencia sórdida, maldita y abominable que había llevado en el pasado."

    Daniel Defoe

    I

    Infancia

    Al igual que muchas personas en este mundo, o mejor dicho absolutamente todos, cuento con una historia que narrar; ciertamente la memoria nos juega bromas y suele suceder que exageramos algunos aspectos de nuestras vidas, pero haré mi mayor esfuerzo por eludir a los mismos y compartir los hechos desde mi perspectiva.

    Dicho esto daré comienzo a la narración de mis primeros años en esta tierra.

    Nací el día trece de agosto del año 1956, en Buenos Aires - Argentina, dentro de una familia compuesta por mis ocho hermanos y hermanas, así como también mi madre.

    En lo que respecta a mi padre, bien, si he de ser una persona franca, él no era un hombre de familia, al menos no con nosotros. Se trataba de un militar, casado y con hijos, quien prefirió hallar el escape perfecto de su cotidianidad en mi madre, una viuda con tres hijos de su único matrimonio. Cuyo esposo trabajaba en una obra en construcción y murió al caer de un andamio, aunque siempre existió la sospecha de que fue arrojado por sus compañeros de trabajo, ya que contaba con fama de traidor entre sus colegas, es decir que hablaba a los jefes de quienes eran menos eficientes o cometen errores haciendo que pierdan su empleo, buscando una mejor posición laboral para sí mismo.

    Mis hermanos y hermanas se llamaban Antonio, CarlosAndrés, ellos tres eran hijos del fallecido esposo de mi madre, del vínculo entre ella y nuestro padre nacieron Cristina, luego estaba yo Rosa, Estela y finalmente mi hermana menor, Alicia.

    La vida, desde que tengo uso de razón, no ha sido fácil para mí.

    Pero antes que nada es preciso crear un retrato de mi madre, ella no era una mujer bondadosa y comprensiva, mucho menos cariñosa. Había sido criada como dama de compañía por una familia de terratenientes en la provincia de Tucumán, desde temprana edad se le comunicó que no guardaba relación con ninguno de los integrantes de ese linaje.

    Sin embargo fue acostumbrada al lujo, la ausencia de necesidades y por sobre todo creyó que no debía trabajar nunca, esto último marcó un punto importante en su vida ya que no pudo comprender que en realidad siempre estaba trabajando para esa familia como dama de compañía.

    Pudo haber tenido un buen porvenir, en otras palabras un futuro desprovisto de preocupaciones económicas, esto último en vista que la señora que la mantenía bajo su cuidado le dijo que si se casaba luego de cumplir veintiún años de edad la incluiría en su testamento. Mi madre no quiso aguardar y terminó casándose con diecinueve años de edad, contando con la aprobación de aquella señora pero no recibió ningún tipo de ayuda económica y emigrando a Buenos Aires.

    Habiendo establecido eso, ahora he de continuar centrando la narración en mi vida. Mi madre siempre guardó un resentimiento hacia mí y no dudaba en hacérmelo saber, la primera ocasión en la cual le pregunté, ¿dónde había nacido? Ella simple y llanamente me respondió, ¡has nacido en un gallinero!

    Tal y como dije, no era una madre propiamente dicha sino alguien que estaba allí y nada más, siempre lista para lanzar algún comentario lascivo o un insulto vil y cruel.

    Recuerdo un suceso especial, mi madre no deseaba hacer nada en absoluto, todas las labores cotidianas las había de derivar en mis hermanos y hermanas, obviamente también en mí.

    Y aquí llega el acontecimiento, ella contando con algún dinero me envió con apenas cinco años de edad a comprar pan. En mi inocencia me dejé llevar por el paisaje, un campo enorme con árboles y pastizales altos.

    Comencé a caminar pero no me detuve, olvidé por completo lo que tenía que hacer y pasé por alto el negocio donde vendían pan. No estoy segura de cuánto tiempo estuve caminando y hubiera proseguido de no haber visto un perro que estaba de pie a una distancia considerablemente cercana, el cual me infundió un gran temor.

    Permanecí estática y al parecer ya me había demorado demasiado porque oí la voz de mi madre quien llegó por mí, aunque no lo hizo con cariño y comprensión. Me sujetó por el brazo y me dijo que era una inútil que no servía para nada, luego me llevó a casa nuevamente y me golpeó. No sé si fue la primera ocasión en la cual ella me maltrató verbal y físicamente, aunque es la primera vez que lo recuerdo.

    Ahora he de regresar a la figura de mi padre, él contaba con una buena posición económica gracias a su trabajo en la marina, nacido en la provincia de Santa Fe, fue campesino hasta los treinta años de edad, luego le ofrecieron adherirse a las fuerzas armadas y aceptó, llegando a Buenos Aires.

    Pese a la excelente posición económica que pudo alcanzar, mi padre solamente compartía su dinero y beneficios con quienes eran su familia legítima.

    Por nuestra parte estábamos sumidos en una miseria casi total, podría resumir todo en lo siguiente, el inicio de cada día bebíamos un té de hierbas silvestres amargo y eso era nuestro alimento.

    Mi padre nos realizaba una visita permaneciendo el fin de semana, aunque su interés era única y exclusivamente el disfrutar de la compañía de su amante, es decir mi madre. Él era un hombre dueño de una arrogancia insuperable, altivo en exceso y no cedía ante nadie solo respetando a sus superiores, además con cada una de las acciones que él ejecutaba nos demostraba el desprecio constante hacia nosotros y nuestro bienestar.

    Cuando él llegaba compraba una gran cantidad de alimentos, pero eso sí, dispuestos en su justa medida para ser terminados antes de que partiera y por ningún motivo nos daba algo de dinero para sobrevivir en esos cinco días hasta el siguiente fin de semana.

    De aquellos años, siempre mantengo presente un recuerdo que me llena de alegría y

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