De Lara Dibildos destacaría, sobre todo, su fuerza para plantarle cara a las dificultades a las que ha tenido que enfrentarse. La más dura de todas, asimilar la noticia cuando le detectaron un cáncer de tiroides en un momento crucial, cuando empezaba a saborear la vida. Una lucha de la que salió fortalecida y con ganas de ayudar a quienes se encuentran en esa misma situación. Una fortaleza que le ha permitido dedicarse a lo que le apasiona, la interpretación. Siguiendo los consejos de sus padres, de que para llegar hay que prepararse bien, lo hace cada día, dentro y fuera de los escenarios, apoyando a sus hijos, Francisco y Álvaro, fruto de sus relaciones con Fran Murcia y Álvaro Muñoz Escassi, respectivamente.
De vuelta al teatro Gran Vía de Madrid por tercera temporada con la obra “Hongos”, con César Lucendo, no ceja en su afán de emprender nuevos proyectos, tanto en el teatro como en la literatura. Pero quién mejor que ella para abrirnos su corazón.
-¿Por qué pone nombres