La vida en el espejo retrovisor y otros cuentos portátiles
Por Rogelio Guedea
5/5
()
Información de este libro electrónico
En fragmentos es que se encuentra la vida. Pequeños elementos acomodados entre un juego de espejos dispuestos convenientemente para vernos, solo para eso. El autor nos hace detener el viaje y abstraernos en el detalle de cada pieza de la vida, para, al levantar la vista, advertir que el encuentro que más deseamos es con ese inasible sujeto que se nos refleja en el espejo. Este es un conjunto de cuentos cortos, reflexiones y breves anecdotas que nos regala el autor.
Rogelio Guedea
Rogelio Guedea (México, 1974) es un prolífico y galardonado autor mexicano que se desenvuelve con maestría en varios géneros. Licenciado en Derecho por la Universidad de Colima y doctor en Letras por la Universidad de Córdoba, con un posdoctorado en Literatura Latinoamericana por la Texas A&M University (EEUU), fue becario del Fondo para la Cultura y las Artes en tres ocasiones y director de la colección de poesía El Pez de Fuego. Es autor, entre otros, de los poemarios Kora"" (Premio Adonais 2008) y Mientras olvido (Premio Internacional Rosalía de Castro 2001), y de las novelas 41 (Premio Memorial Silverio Cañada 2009 y Premio Interamericano de Literatura Carlos Montemayor 2012), ""La mala jugada"" y ""El crimen de Los Tepames"". En 2019 fue nombrado miembro de la Academia Mexicana de la Lengua en Colima.""
Lee más de Rogelio Guedea
El canto de la salamandra: Antología de la literatura brevísima mexicana Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Historia crítica de la poesía mexicana. Tomo I Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHistoria crítica de la poesía mexicana: Tomo II Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos pelos en la mano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos trenes nunca vuelven Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa brújula de Séneca Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa mala jugada: La mala jugada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos anteojos del fabulista. Reflexiones sobre el arte de leer y escribir Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relacionado con La vida en el espejo retrovisor y otros cuentos portátiles
Libros electrónicos relacionados
Amores enanos Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El karma de vivir al norte Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Piedra de las Galaxias Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAusencio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas machincuepas de Silvestre y su pierna biónica Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEfectos secundarios Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una madrugada sin retorno: Premio Nacional de Cuento Juan José Arreola 2018 Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Dorian Eternity Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Somniun Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El final Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl androide y las quimeras Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Árbol del olvido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAutopsia Calificación: 1 de 5 estrellas1/5Renacido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSi viviéramos en un lugar normal Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los no muertos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCasi nunca Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El resplandor artificial Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa ciudad que el diablo se llevó Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos años radicales Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesOnce quince Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl hombre mal vestido Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las puertas de lo posible: Cuentos de pasado mañana Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los Últimos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Función de repulsa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn la cuerda floja Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa noche de la peste Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesParece que fuera es primavera Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesParís D. F. Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl apocalipsis: (todo incluído) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relatos cortos para usted
Donantes de sueño Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las cosas que perdimos en el fuego Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Vamos a tener sexo juntos - Historias de sexo: Historias eróticas Novela erótica Romance erótico sin censura español Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El llano en llamas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El reino de los cielos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Hechizos de pasión, amor y magia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5EL GATO NEGRO Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Poirot: Historias cortas Vol. 1 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Dime que me deseas: Relatos eróticos para leer con una sola mano Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Colección de Edgar Allan Poe: Clásicos de la literatura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuentos de Canterbury: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Me encanta el sexo - mujeres hermosas y eroticas calientes: Kinky historias eróticas Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Selección de relatos de horror de Edgar Allan Poe Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cómo besa: Serie Contrato con un multimillonario, #1 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Perras de reserva Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La metamorfosis: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los peligros de fumar en la cama Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Hombres duros y sexo duro - Romance gay: Historias-gay sin censura español Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El gallo de oro y otros relatos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cuentos. Antón Chéjov Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Sacrificios humanos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Relatos de lo inesperado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5¿Buscando sexo? - novela erótica: Historias de sexo español sin censura erotismo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El psicólogo en casa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El profeta Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Enrabiados Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El césped Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuentos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los divagantes Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Colección de Gustavo Adolfo Bécquer: Clásicos de la literatura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Comentarios para La vida en el espejo retrovisor y otros cuentos portátiles
2 clasificaciones1 comentario
- Calificación: 5 de 5 estrellas5/5me pare se interesante el libro
A 1 persona le pareció útil
Vista previa del libro
La vida en el espejo retrovisor y otros cuentos portátiles - Rogelio Guedea
Diario del caminador de ciudades
Ars crítica
Exilios
Homenaje a Lao Tse
Liminar
Doble cara
Diario I
El hombre y su destino
Arte de prudencia
De atrás hacia delante
El oficio I
Diario II
Sabiduría popular
Homenaje a Joubert
Nuevas inquisiciones
Homenaje a Confucio
Obra abierta
Diario III
Encuentros, desencuentros
Oficio de la luz
La vida sin fronteras
El oficio II
Umbrales
Diario IV
Ensambles
Sabiduría popular II
Filosofía circense
Demasiado humano
Diario V
Viaje vertical
El oficio III
Homenaje a Kafka
Fábula
Casas
Diario VI
Una de dos
Fachadas
El oficio IV
Diario VII
Álbum de familia
Contrafuertes
La realidad frente al espejo
Mochilas
En pareja
Puerta sin mar
Los otros somos nosotros
Mira cómo te miran
Acta del gregario
Girasol
Colima en Google maps
Álbum de familia
Biografías
Manos muertas
Errar
El vendedor de mandarinas
Zapatos
Pasajero en tránsito
Globalización y baños públicos
Sótanos
La vida sobre ruedas
Paisaje después de la batalla
El origen de la violencia
La vida en los aeropuertos
Futbolito
Una casa para un pájaro
Pies descalzos
Fronteras de niebla
Aeropuerto de Osaka
Feria
Lector ideal
Edad
Paraíso al revés
El mundo a cuestas
Yo soy mi casa
El escritor y la fama
Filosofía de la maleza
Mudanza
La vida en el espejo retrovisor
Padres e hijos
Mensajes de segunda mano
Retratos y quimeras
Traducciones
El amor que yo quería contar
Headline
Los límites de la mano
El escritor frente a su lector I
Parejas
Llamadas internacionales
Mujer portátil I
Cuestas
Droga
Amor y viceversa
Blackberry
El hombre al que se le paraban las palomas en el sombrero
Soldado abajo
La humana tecnología
Maneras de perder
Muñeca
La mujer que compraba botones para la camisa rosada
Lectura y compromiso
Vidas que se alternan
Mujer portátil II
Líneas paralelas
Estatuas
Amantes de lo ajeno
Staff Club
Torturas
El hombre que tendía puentes
Fábula del buen hombre y su hijo
Mujer portátil III
Retrovisor
Chimeneas
Paradoja del tahúr
Telefonía celular
El hombre que esperaba sentado sobre una piedra
Mujer portátil IV
Puentes
El escritor frente a su lector II
Libros sin orillas
Amistades insumisas
Dietas
Mujer portátil V
Antes del después
Círculo de cuatro esquinas
El viajero inmóvil
Supermercados
Antes y después
Pasado en claro
Mujer portátil VI
Paradero inmóvil
Selección natural
Cada día es una pequeña vida.
Horacio
Entre la vida y yo hay un cristal tenue. Por más claramente que vea y comprenda la vida,
no puedo tocarla.
Fernando Pessoa
Diario del caminador de ciudades
Ars crítica
La otra noche que me disponía a cenar puse la cafetera y metí dos panes en el tostador. Lo hice mecánicamente, como siempre. Actos que uno va realizando, mientras piensas en actividades que hiciste ayer o harás mañana o dentro de un rato. Pensamientos mecánicos como poner la cafetera o meter dos panes en el tostador. Mientras ponía sobre la estufilla la cazuela para freírme un par de salchichas, me di cuenta de que había una mosca parada en el quemador. Por primera vez en mi vida no tuve la intención de matarla. Otras veces sí: lo primero que hace uno es tener la intención de matarla. Pero esta vez no. Así que antes de encender la estufilla, decidí evitarle a la mosca la más mínima tragedia. Entonces me incliné un poco y le di un tafitazo. Seguramente la mosca perdió el equilibrio de vuelo, trompeó en el aire y, segundos después, fue a caer justamente en las rejillas del tostador. Inmediatamente después, un chris [¿?] de alas quemándose me anunciaba que cualquier intento por salvarla era inútil. Justo cuando cogí el sartén por el mango, recordé aquella fábula oriental que nos enseña que a veces es mejor no meterse donde no nos llaman, porque si no nos pasa como aquel que fue por lana y regresó trasquilado.
II
Lo importante no es decir tal o cual cosa. Ni siquiera decirla de tal o cual manera. Lo importante es saber que si no decimos tal o cual cosa de tal o cual manera nadie más podría hacerlo.
Exilios
Los que se quedan no saben que al que se va lo empiezan a olvidar las cosas y los seres que dejó. Lo empieza a olvidar la silla donde se sentaba a contemplar el día, lo empieza a olvidar el autobús que tomaba para ir al trabajo, lo empieza a olvidar el cepillo de dientes de todas las mañanas, las camisas y zapatos, la cucharita. Los que se quedan no saben que el que se va llega a un país o casa hecho de cosas y seres que no lo reconocen, y ni siquiera pueden señalarlo con el dedo. No lo reconoce la silla donde se sienta a contemplar el día, no lo reconoce el autobús que toma para ir al trabajo, no lo reconoce el cepillo de dientes de todas las mañanas, las camisas y zapatos, la cucharita. Hay un momento en el que para el que se va y llega sólo hay un hilito delgado incapaz de sostener la pata o el canto de un pajarillo, incapaz de sostener también la tristeza del que se sentaba a contemplar el día, incapaz incluso de sostener el día mismo. Sólo el que se va y llega sabe que los seres y las cosas que lo nombran no nombran lo cierto, lo real, tan sólo advierten una sombra en lo que nombran, un fantasma que ya no puede reconocerse en aquello que dejó ni tampoco en eso otro que ahora tiene.
Homenaje a Lao Tse
Pensando cómo de los pequeños acontecimientos se sacan grandes verdades. Escribiendo, por ejemplo: gracias a los trabajos de la hormiga sabemos lo bien que hace la perseverancia. O escribiendo: gracias a un pedazo de madera consumiéndose en la chimenea sabemos cuán vulnerable es el corazón del hombre. Y cuán pasajero. O incluso escribiendo: nada se puede contra la mala hierba del jardín, como nada contra el rencor humano, que también abunda. Pensando en la rosa romántica y virtual, tan frágil aun así. Y escribiendo cómo de los pequeños acontecimiento se sacan grandes verdades, como si tan sólo bastara saber la historia de un pueblo latinoamericano el más olvidado de todos ellos, si se quiere para saber lo que es América. O como si bastara tan sólo mirar por la rendija de una ostra para entender a la mar y sus oleajes. O como si amar tan sólo a una sola mujer la misma los lunes y los miércoles, los martes y domingos bastara para conocer, siempre a tan altas horas de la noche, a toda mujer.
Liminar
Las palabras envejecen con el tiempo. Aunque no son la realidad, nacen de la realidad. La realidad de las palabras tiene principio y final, como el amor. Nosotros (la realidad) somos el agua de las palabras: el pan duro que las hace crecer, el platón de sopa que las renueva. Nuestro deber (el de las palabras) es sólo decir la realidad presente: su pasado, su futuro, ni su pasado, ni su futuro. En la realidad presente (en las palabras que ahora digo) crepita la memoria del porvenir. Nace y muere el recuerdo en la realidad presente: en esto que soy. Nace y muere el porvenir en la realidad presente: en esto que imaginas que soy. Por eso, para detener el tiempo (las palabras, la realidad) sólo basta con que dos, que antes se amaron, se vuelvan a encontrar.
Doble cara
Todas las cosas tienen una doble cara. La cara de la alegría y la cara de la tristeza. La cara de la honestidad y la cara de la inmundicia. La cara del amor y la cara del desprecio. La cara de lo cercano y la cara de lo distante. Todas las cosas, a saber, tienen una cara buena y una cara mala. La cara buena tiene grandes explanadas, jardines botánicos, una playa azulísima en el Caribe, dos perrillos falderos. La cara mala, por el contrario, es menos que un breñal, un pequeño apartamento en medio del desierto, sin servicios ni ventanas, ni siquiera un espejismo o una víbora de cascabel. Cualquiera podría pensar que para distinguir la doble cara de las cosas sólo necesitamos un miralejos o un microscopio, pero no es así. La doble cara de las cosas