Ojos bien abiertos
Fue hace tres años en la Feria del Libro de Buenos Aires. A pedido de la escritora Gabriela Cabezón Cámara, en cuyo taller comenzó a escribir lo que fue su novela debut, Belén López Peiró subió al escenario a leer en voz alta parte de todo eso que la habitaba: las voces. Las justificaciones. Voces que había escuchado desde chica y a su alrededor, como un enjambre de explicaciones para lo inexplicable. Voces –de tías, primas, vecinas, abuelas, tíos–, las mil voces que zumbaban alrededor del gran silencio de su vida: el abuso que sufrió por años a manos de un familiar. Decir que es un texto terrible es decir nada, es casi volver a hacer silencio sobre un crimen todavía impune y que llegará a juicio recién el año que viene. De ese día de la lectura en voz alta, Belén –flequillo recto, pelo cortito, charla
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos