Hoy les quiero hablar sobre cómo conectar mejor con nuestro tercer cerebro… qué qué… sip… Bueno, primero tengo que explicar qué es eso del tercer cerebro, o para muchas que me escuchan dirán! es que ni siquiera sabía que había un 2do cerebro. Pues, les cuento de ambos cerebros, que no son cerebros cerebro como tal porque la complejidad de nuestro cerebro craneal tiene sobre cien mil millones de neuronas y células gliales que se encargan de todas las funciones neurológicas. … cuando le hablo del segundo cerebro, es el que está formado por mucho menos neuronas… que son cerca de 100 millones de células nerviosas y que están incrustadas en las paredes del tracto intestinal.
¿Y para qué son estas neuronas en el intestino? pues estas neuronas se encargan de regular el movimiento del intestino, y de algo bien importante… porque es donde más se células inmunológicas se producen (cerca de 70-80%). Tienen otras funciones como participar en las funciones de la digestión y absorción de nutrientes, y aquí se produce un neurotransmisor bien importante que es el encargado de la serenidad y la felicidad que es bien conocido como la serotonina (y que cerca del 90% de este se produce en el tubo digestivo: y es esta la razón por la que la comida, sacia estados de nerviosismo o intranquilidad).
Estas neuronas “pueden funcionar “’autónomamente o lo más sencillamente que pueden funcionar solitas. Claro, ellas están conectadas con el cerebro craneal mediante una comunicación en dos direcciones a través del nervio vago.
Ya les había hablado en el episodio 7 de la serie 1 sobre que en el intestino existen cerca de 37 billones de amigas (que son bacterias buenas del intestino), que nos regulan en muchas de nuestras funciones y que pueden manipular nuestro comportamiento.
Si alguna vez has dicho tengo un gut feeling de ahí es que sale la frase…pues se asegura que esa intuición proviene de nuestras tripas. Se relaciona esta inteligencia con la la lucha por la supervivencia principalmente, pero también de encontrar nuestro espacio entre los demás, y en marcar límites saludables. Su función principal es de distinguir entre la seguridad y el peligro para escapar corriendo.
Cuando no hay equilibrio en nuestro intestino, se relaciona principalmente con un sentimiento de rabia que se puede perpetuar. De hecho, existe un el libro que se llama La sabiduría del vientre, del autor Pierre Pallardy que detalla esa relación neuroquímica entre estos “dos cerebros” …me refiero al cerebro y el intestino.
Les recordamos que una flora intestinal equilibrada es fundamental para el bienestar de las mujeres, especialmente en esta segunda mitad de vida. Si no lo has escuchado, puedes volver al podcast #7.
Ahora bien, también sabemos que en esta etapa, podemos tener condiciones del corazón en mayor medida…todo se combina con esos niveles de estrés que antes podíamos manejar mejor y ahora sin estrógeno es más difícil… El estrés induce la producción de hormonas como el cortisol, adrenalina, norepinefrina que en estados sostenidos nos afecta todo nuestro equilibrio… pues bien…los científicos de la neurocardiología, descubrieron que el corazón también tiene neuronas muy sofisticadas para recibir y procesar información. Este hallazgo de las células nerviosas en el corazón implica que puede actuar, tanto en la regulación de las emociones y la parte intelectual, como en el mantenimiento del buen estado del sistema inmunológico (igual que lo que ocurre en el intestino). Sigue escuchando para más detalles...

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