Antes de aprender a elaborar vinos con alma, Sara Pérez presenció de niña la revolución del Priorat que su padre lideró junto a un grupo de amigos. Está convencida de que cuando no esperan nada de ti eres libre para arriesgarlo todo y puedes llegar muy lejos. Por eso siempre ha intentado tantear sus propios límites y escucharse a sí misma y a la naturaleza antes que a los gurús y a quienes hablan de tendencias. En la Tierra entendida como individuo, nos explica, podemos encontrar todas las respuestas.