El Rithmatista
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El sistema de magia que en él presenta ya ha seducido a miles de lectores amantes de los juegos de estrategia.
Más que nada en la vida, Joel quiere ser un rithmatista. Elegidos en una misteriosa ceremonia, estos tienen el poder de infundir vida a figuras bidimensionales y, además, constituyen la única defensa de la humanidad contra unas despiadadas criaturas que amenazan todas las islas americanas dejando un reguero de cadáveres a su paso.
Pero cuando varios estudiantes para rithmatista empiezan a desaparecer, con visibles muestras de violencia física, Joel es designado como ayudante del profesor que investiga dichos casos. De pronto, el chico se encuentra tras la pista de un descubrimiento inesperado, que cambiará su mundo para siempre.
Reseña:
«Brandon Sanderson es una leyenda.»
Alexelcapo, @EvilAFM
Brandon Sanderson
BRANDON SANDERSON (Nebraska, 1975) es el gran autor de fantasía del siglo XXI. Tras debutar en 2006 con su novela Elantris, ha deslumbrado a más de cincuenta millones de lectores en casi cuarenta lenguas con el Cosmere, el fascinante universo de magia que comparten la mayoría de sus obras. Sus best sellers son considerados clásicos instantáneos, comola saga Mistborn, la decalogía El Archivo de las Tormentas y otras novelas, como Trenza del mar Esmeralda, Steelheart o Escuadrón. Con un plan de publicación de más de veinte futuras obras (que contempla la interconexión de todas ellas), el Cosmere se convertirá en el universo más extenso e impresionante jamás escrito en el ámbito de la fantasía épica. Sanderson vive en Utah con su esposa e hijos y enseña escritura creativa en la Universidad Brigham Young. Curso de escritura creativa es el libro que recoge sus valiosos consejos.
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Comentarios para El Rithmatista
740 clasificaciones60 comentarios
- Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Jul 13, 2024
Sanderson is an incredible author. Here he manages to take the dumbest premise I've ever heard, swirl it together with the plot of 4 of the 7 Harry Potter books, and somehow come out with a great book. - Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Jan 2, 2024
Well, what can you say? It's Brandon Sanderson, and Sanderson doesn't write bad books. This one is clearly YA, but enjoyable. The rithmatistseems to have a little less depth to the story (not the magic system, of course, but the story line) than Sanderson's other books. The characters are well fleshed-out though, and the magic system is very original. I like how the two main characters complement each other in skills and it's nice that one of them is not magical. Joel saves the day by being smart, brave and by having studied his subject. I hope the next book won't take too long, because there is clearly more to this story... - Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Jan 18, 2023
This book had a bizarre plot description, even for a fantasy novel, but Sanderson is such a talented author that he eases you into the world easily. I liked the geometry aspects of the magic system. The ending was suspenseful and kept me up too late. I am interested to to see where this story will go. - Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Dec 7, 2022
This was a solid, enjoyable YA fantasy. It evokes all the essentials of the genre, with a youngish it yearning for greatness, his irreverent and spunky girl Friday, and the father-figure mentor.
The story is original and engaging, with the world building all taking place in the background where it belongs. The characters are more than mere archetypes, they inhabit their roles with wit and reality that lots of fantasy can't claim.
The mystery and adventure were fun and satisfying, and surprisingly unpredictable.
I'd say this book's only evident problem was a tendency toward excessive traditionality bordering on cliche in the protagonists' characterization. The female protagonist draws unicorns and uses tantrums to get her way, and she is oh so emotional unpredictable (a lá the good old "girls! who can understand them?!" trope). The fatherless male protagonist is positively Dickensian, an outcast whose mother works her fingers to the bone as a cleaning lady, unable to afford ice cream or clothes.
Even so, I enjoyed it and highly recommend it to fantasy readers tired of grimdark antiheros. - Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Apr 14, 2022
Why, why? Do I always manage to listen to audiobooks where the illustrations are integral to the story? I have to say, I don't mind it too much in this case, since the book was so well read, and the Rithmatic diagrams were explained in a fashion that kept the narrative rolling.
here's what you need to know: Rithmatists are basically mathmetician-magicians who can draw lines with chalk and alter their surroundings. Joel is a gifted mathmetician, but not a Rithmatist. Melody is a screw-up Rithmatist who enjoys giving Joel a hard time, and the two of them end up as special assistants to a scholarly minded professor for the summer, helping solve the disappearances of several Rithmatic students. Set in a wealthy boarding school in an alternate united states that is entirely island based(!) and steam-powered, this is a fascinating and inticate mystery-adventure. - Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Mar 15, 2022
Sanderson creates a fun, funny, and scary boarding school tale. Joel attends Armedius Academy in New Britannia in the United Isles of America because his parents both work for the boarding school. His father was a chalkmaker, who created special chalk compounds that the Rithmatists of the school admired but he died under mysterious circumstances that are slowly revealed through the book. His mother works as a cleaning lady at the school. Joel wants nothing more than to be a Rithmatist but his inception at the age of 8 on July fourth failed to anoint him as one of the chosen. Joel sees a chance to learn about Rithmatic theories by becoming the research assistant to Professor Fitch who had been defeated in a duel by a new young tutor, Nalizar, in front of his class. Professor Fitch then must trade his tenured teaching position with Nalizar and become a tutor. Melody, an obnoxious, failing Rithmatics student must also work with Fitch during the summer term. Joel quickly learns that he and Fitch are working on the strange disappearances of Armedius Rithmatics students and events then take off. I listened to this book and therefore missed the fun illustrations by Ben McSweeney. But the narration by Michael Kramer was brilliant and not to be missed. He varies each voice appropriately and injects the humor into the dialogue. - Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Jun 24, 2021
Brandon Sanderson, once again, has created an exciting world to sink our teeth into, a good story, and slightly more questions than answers. Looking forward to more stories in this universe. - Calificación: 2 de 5 estrellas2/5
Oct 24, 2020
This is a take-off on the Harry Potter phenomena, like Mysterious Benedict Society, and the Unwanteds and others. Special kids, special talents, special school for the purpose of training and defeating evil. This one, though is a mish-mash of too many things. Or perhaps just not well-suited to audio, since it involves geometric drawings and diagrams. A rithmatist is an elite magician (?) who battles with chalk (instead of a wand) with certain kinds of lines and shapes against chalklings -- also drawings -- creatures that are controlled (or not) by other drawers. Joel wants to be a rithmatist, but was not "chosen" during his inception ceremony -- a weird blend-in of Christianity that doesn't seem to inform life beyond designating special status upon adolescents. His parents have worked at Armedias Academy, his father (deceased) as a chalk maker and his mother as a cleaner to pay off the family's debts. So Joel attends and observes, befriends Melody, a sub-par rithmatist, and interns with Professor Fitch, a washed-up academic rithmatist. When student rithmatists begin mysteriously disappearing, this trio tries to determine the cause. Suspenseful story with some good twists, but overall hard to follow and conceptualize. Is it some past time? (America is the Isles, and rithmatists are battling chalkings in the territory of Nebrask, plus there are few modern inventions) Is it some futuristic start-over society? There is a steam-punk element as well with mechanical horses and guns and emphasis on gears. My kids liked it, but it was too choppy for me. Author gets a star for conceptualizing a whole new world, but needs it to coalesce a little better. - Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Aug 5, 2020
This is a fantastic adventure/mystery. The characters are excellent, and the magic system is ridiculously great. There are lots of diagrams and drawings throughout the book, and the chapter headings have intricate and lovely art too. Also in these pages: a mechanical stallion, sneaky plots and subterfuge, a brilliant map of the US as a series of islands, UNICORNS, ice cream with cherries, and one of my favorite female characters I've read this year. Good for book-talking, this should appeal to both genders too. - Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
May 2, 2020
Before I read this book, I thought - chalk magic, that's weird. Wasn't really interested. But I'm so glad I read it. Loved it. The concepts were cool. The plot, ending, and vibe of the book were great. The biggest problem is that the series probably won't get finished for 10 years! - Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Apr 16, 2020
Joel is smart, Melody is undaunted, and they manage to have a pretty interesting adventure without leaving Armedius academy more than twice. As characteristic of Sanderson, the magic and method of Rithmatics is so clearly explained, it feels like a science.
Good fun, good read, ending begs for more without driving the reader crazy. - Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Oct 3, 2019
Another typical Sanderson novel. Very interesting Gearpunk world, clever little pieces of worldbuilding, and the obligatory awesome magic system (Seriously, has Sanderson ever created a magic system that was not awesome?). This time, I could actually identify with the main character, as a) he was not a gun nut and b) his mind ran along the same lines as mine.
As for the story: For the longest time, I thought I had predicted how it would end, only for the story to turn around and kick me in the teeth. Twice. So, yeah, Sanderson is still able to surprise me.
All in all, I would recommend this book. But hell, it's a Sanderson book, so you probably already read it, right? - Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Oct 3, 2019
There are good authors, there are great authors, and then there are authors that are simply in a class of their own. Brandon Sanderson is one of the latter. I fell in love with his imagination and writing after I read the Mistborn Trilogy earlier this year, and ever since I’ve been somewhat obsessed with the epic awesomeness that seems to ooze out of his pen. The creativity paints vivid pictures, keeping me glued to my seat from the first page to the last. The characters are entertaining. The plot is usually something out of this world. Frankly, I can’t praise Brandon Sanderson enough.
The Rithmatist by Brandon Sanderson is a book I’ve coveted for a while now, so when Pan Macmillan SA delivered my review books for the month and I saw it in the pile, I literally squealed in delight. I cleared my schedule for the day, sat down, and read. Yup, that’s exactly what happened, and you know what? I don’t even feel bad about it. The Rithmatist is what I’d like to call math class made fun. Seriously, if this book was around when I was a kid, I’d probably be more inclined to enjoy maths, especially seeing as it has a Fullmetal Alchemist feel to it … I love Fullmetal Alchemist *sigh*.
Although it is categorised as a young adult epic fantasy, believe me EVERYONE will find something wonderful in this book to enjoy. The characters – Joel and Melody – are absolutely lovable. However, I actually liked Professor Fitch the most. Weird, I know, but what can I say? Professor Fitch is simply what I wish all professors were like.
DEFINITELY get your hands on The Rithmatist if you’re looking for an epic fantasy worthy of your time. You will not regret it. What’s more, you’ll fall in love with Brandon Sanderson all over again. - Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Jan 20, 2018
WOW! My first Brandon Sanderson read and I really enjoyed it! The world building was so intricate and awesome and the characters so well thought out and developed! Cannot wait to read more of his books! :D - Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Dec 30, 2017
Magic system based on chalk and geometry set in a world where the United States is an archipelago. Good YA, though the twist in the final 20 pages (that the professor he hated like Snape actually IS evil) is what kept it from being too much like other magic school stories. - Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Dec 8, 2017
Another Sanderson goody. I was concerned because it was tagged YA... and there were a few minor things that were a bit annoying, but overall, an excellent read, even for an old lady :-) - Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Jul 25, 2017
I loved this! It has some of the best world building ever. But the next one isn't out till 2017, dusts! - Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Jun 3, 2017
I love the world he created and the mechanisms Sanderson built for chalklings. The story dragged a bit, and the supporting characters were not well developed. But the world was uniquely fleshed out and that made up for lack of character development. - Calificación: 3 de 5 estrellas3/5
Apr 24, 2017
This is Branderson's (I like to call him that) weakest book to date. Luckily Branderson is an amazing writer, so that means this book is still pretty cool.
My main issue with it is that, when compared to his other YA books (The Alcatraz Series) there is just so little about this that stands out.
The magic system is classic Branderson, and yet I found it boring compared to almost all of his others. Okay, the Aon drawing from Elantris was pretty boring, but that book had a lot of other things going for it and the magic didn't even work for most of the book.
The main character is, well, kind of generic. The supporting characters are generic. The unbelievably interesting mystery of "The Tower" where all the wild chalklings come from is...not explained.
Honestly, I can't help but think I didn't get what I wanted out of this book. I enjoyed the ride and all, but I wanted more of the world revealed to me than it was. The mysteries that are solved at the end come out of left field and just leave more questions, which I guess leaves this open for a sequel, but...
A: Branderson isn't going to get around to writing one for god knows how long because he's working on like a bajillion things.
B: I don't want a sequel to this book. Like I said, the magic system is interesting enough, but kind of boring, and it doesn't play well in book form. The characters aren't stand out. The only thing that could've saved this book was awesome world-building, which is one of Branderson's strengths. I can't even fathom why he went for a generic YA murder mystery instead.
Honestly I think this would've been much better off as a stand-alone novel, like Elantris or Warbreaker. Cut out the plot he put in and instead put in one that explains where the chalklings come from and how the magic works, and make it a good, satisfying explanation. Bam! Great novel. Instead we get a generic YA novel with a bit more style than most, but all of the same problems. - Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Feb 26, 2017
The Rithmatist
by Brandon Sanderson
Tor Teen 2013
$17.99; 378 pages
ISBN 9780765320322
Ever since a friend recommended Mistborn three years ago, I have been in love with Brandon Sanderson's work. Sanderson's shtick is coming up with really interesting systems of "magic", that are probably really just a kind of technology in a different reality. Unlike ritual magic, which is what you should actually worry about your kids getting into, Sanderson's systems mostly involve the manipulation of physical things in order to unlock a hidden source of power.
For Rithmatists, their power lies in chalk drawings. I didn't get the joke until I was about 2/3rds of the way through the book, but Rithmatics is a pun on the 3 Rs. Rithmatists are a kind of very, very applied mathematician[geometrician?], with the most powerful being the ones who can draw as close to geometrical perfection as possible. For our protagonist, that should have worked out well, since he can draw better than anyone, but he was not gifted with the ability to make chalk drawings come to life, so he spends his time dreaming of a different life, and scheming to learn more about the secretive Rithmatists at his school.
As is typical for Sanderson, you get the backstory in dribs and drabs throughout, with lots of tantalizing hints that will not really get fleshed out until later volumes are written. This world is an alternative Earth, with a United States composed of 50 islands instead of 50 states, and a fun spring-based technology. Rithmatists are an elite within the United Islands, required to spend 10 years fighting the wild chalklings in Nebrask in recompense for their education, and then pensioned for life. However, the threat the chalkings pose has become remote to most, so the privileges and secrecy of the Rithmatists rankle ordinary citizens. I look forward to how this plays out.
This is a boarding-school story, and written for young adults in the best juvenile tradition. Thus we have a young man with great potential who is a bit lost in life, a romantic interest, and an adventure story. Fun to read, and highly recommended. - Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Feb 21, 2017
The Rithmatist is a YA novel and the first in The Rithmatist series by Brandon Sanderson. The book reads well as a stand alone novel, which is good because the second book hasn't been started yet so it's likely going to be a while before it's published. If you've read any YA recently you should know approximately what to expect. It is how Sanderson uses the common YA elements that turns The Rithmatist into such a fun story.
Joel is a student at Armedius Academy. Along with its regular students Armedius also trains up Rithmatists, wizard types who duel with chalk by bringing their drawings to life. Joel is fascinated by Rithmatics and wishes he could become a Rithmatist though he will never be one. Instead, Joel has decided to dedicate his life to becoming a Rithmatics scholar and, with that in mind, arranges to have himself assigned as a Rithmatic professor's assistant for the summer semester. Melody is a Rithmatic student at Armedius and is failing miserably. Melody is assigned remedial Rithmatic classes for the summer semester in an attempt to keep from being expelled. Just as the summer semester gets under way, Rithmatic students start going missing. Suspicious chalk markings are found at the scene of the crime. A plot is afoot!
The characters are quite fun. Joel is a smart, brilliant teen aged boy who is still fairly naive and getting better at thinking his way through problems. Melody is both adorable and hysterical at the same time, an interesting combination. She's terrible at her studies, brilliant with chalkings and is given some of the best lines in the book. Professor Fitch starts out as an older and timid professor who ends up gaining the confidence he needs to help both his students grow. Initially Joe and Melody don't like each other very much. In the way of most YA tales, they learn to work together and have a budding friendship by the end. The villains are not what I expected which gave the fairly straight forward story a nice little twist.
The story is set in an alternate America that is formed of separate islands with names like Nebrask and Georgiabama. True to Sanderson, the magic system is unique and a lot of fun. Rithmatics have a heavy foundation in geometry and Sanderson starts off each chapter with a diagram explaining how certain features work. By the end of the story I felt like I had a decent grasp of the system. It's a system that has simple elegance and yet can be highly complex, that requires both skill in art and math by its practitioners.
This was a fun, quick read. The story pulls you in after a few chapters. While primarily aimed at younger audiences, the book can easily be enjoyed by any age group. If you like Sanderson's other works and also enjoy Harry Potter then The Rithmatist may be up your alley. - Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Jan 8, 2017
YA steampunk fantasy with once again an interesting new magic system. Story is good, but too many unanswered questions for a standalone book (at least for a long while) for my taste. - Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Nov 18, 2016
This is a YA fantasy that has plenty to offer the adult reader as well. The world that the characters occupy is an imaginative recasting of our own and the plot is complex enough to keep the reader turning pages until the resolution. Sanderson writes well and while the two main characters are young people, there is enough here to engage older readers as well. The characters are well rendered and are easy to empathize as they struggle with a murder mystery and a mystery around the art of rithmatics - the magic/religion that brings simple chalk lines to life. Can Joel and Melody, two teenagers at the leading academy in the United Isles of America, help their professor solve the mystery of kidnapped students and new rithmatic structures before someone dies? There is, of course, politics involved as well as professional jealousy and budding romance. The book is engaging and well written. - Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Oct 14, 2016
Brandon Sanderson keeps churning out good fantasy stories. He either writes quickly and unbelievably efficiently, or else he had several first drafts waiting for a bit of polish that were all completed in the last few years. This one, The Rithmatist, is categorized as a 'teen' novel because the protagonist is 16. Like his other fantasy stories, the pacing is very good, the magic system is imaginative and different, and the characters are engaging. In some ways, the protagonist and his sidekick are much like Harry and Hermione in Rowling's Harry Potter stories, and the main setting is also a school, but the world is quite different. The Rithmatist is set in an alternate version of the United States, but here, each region is an island, loosely united politically, and threatened by strange, two-dimensional chalk creatures from the isle known as Nebrask. Sanderson may be basing some of the metaphysics of this world on String Theory, but that is just a guess on my part. The magic system is certainly more imaginative than in most stories.
I can recommend this one for fantasy readers. - Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Jun 29, 2016
There is a world in this novel that I dearly wanted explained! The protagonist is the perfect narrator - the outsider who wants to be in, the one who wants to solve the mysteries and learn the things that are given so freely to the rithmatists and denied all others. I enjoyed the mystery, the relationships, and the possibility of another novel in this world - though the story is complete in itself. - Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Jun 23, 2016
The Rithmatist, 5 stars from me. Not because it was great literature but it was really good entertainment. I checked this out from overdrive and was very pleased with it. It is about a young man who wants to be a Rithmatist but he isn't one, he wasn't chosen. Rithmatist fight wars by drawing and using chalk lines for defense and chalklings. It fits fantasy and it also fits steampunk and it fits magic and it fits adventure. It is a book you can recommend to young people as there isn't any offensive thing in the book. The chalklings can be vicious but over all this is a book free of swearing, free of sex and minimal violence. I will be recommending this to my granddaughter because it is good. A quick read if you are still looking for something for this month's tag. - Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Mar 10, 2016
Been awhile since I finished a book in less than 24 hours! And while it was a rollicking read and I enjoyed it a lot, I think it wasn't nearly as smart as it wanted to be (should have been)? This is less "science fiction" than it is "mathematics fiction", but somehow it's a lot harder for me to believe that geometric figures have the same kind of inexplicable, powerful, mysterious characteristics that regularly accompany scientific potions or strange machinery. Maybe it's their inherent accessibility that is my hangup? After all, I can't explain how a car works, so I can't quibble with the invented mechanics of a time machine... but I think I have a pretty good grasp of circles and ellipses, and I just have a hard time taking them seriously as instruments of battle/terror/world domination.
Still, it was an above-average read in terms of creativity and plot pacing. Definitely recommended, especially if you're a bit of a math geek or have a weakness for steampunk (or gearpunk? Learned that term for the first time in the acknowledgements section, still not sure exactly what it means. But if YOU do, this is the book for you.) - Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Jan 17, 2016
Sanderson created a complete alternative history. Very impressive! - Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Jan 6, 2016
Truly awesome young adult novel. Intelligent characters and story. Very well crafted world and 'magic' system. Though I haven't been disappointed yet in one of Brandon Sanderson's magic systems. One of the cool things is that systems that people think are complete always have some new secret that shows up later. That happens both in this book and implied to happen in the sequels. I just hope that Brandon gets some time in his busy schedule to push a sequel for this one to the top of the stack.
Whoever thought chalk could be so dangerous, or geometry to be so interesting as a sport! Fun steampunk. Joel is an interesting character a so is his friend Melody. Definitely worth a read! - Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Jan 4, 2016
Substance: An interesting change-up on fantasy worlds, being set in a steam-punk alternate world where the US is a collection of islands, Asians have conquered Europe, and chalk drawings come to life and do battle with each other and humans. The plot is neither overly simplistic nor clunkily complex, but flows smoothly. Includes a mystery solved fairly.
Style: Sanderson is direct, with narrative suitable to the age group without being condescending or cutting corners (as many authors do, giving the impression that they think their child-readers are too stupid to notice the inconsistencies and gaps).
Not to give away anything, but just to note that improbably happy endings are not a bug but a feature of this age-genre; rather than being despised (as in adult mainstream), they are required! Lady Bracknell would approve.
Other reviewers have more detail and good observations.
Vista previa del libro
El Rithmatista - Brandon Sanderson
PRÓLOGO
RITHMATIST_ICON_CH-0PROLOGUE.tifL illy corría por el pasillo. De pronto se le apagó la lámpara y la arrojó a un lado, esparciendo petróleo sobre el papel de pared y la suntuosa alfombra. El líquido brilló a la luz de la luna.
La casa se hallaba desierta y silenciosa, salvo por la respiración aterrorizada de Lilly. Había renunciado a gritar. Al parecer nadie la oía.
Era como si la ciudad entera hubiese muerto.
Lilly irrumpió en la sala de estar y se detuvo, sin saber qué hacer a continuación. Un reloj de péndulo hacía tictac en el rincón, iluminado por los rayos de luna que entraban a través de los ventanales. Los edificios de la ciudad, de diez pisos de altura o más, se recortaban más abajo, con las vías del resortrén entrecruzándose entre ellos. Era Jamestown, el hogar de Lilly durante dieciséis años, toda su vida.
«Voy a morir», pensó.
La desesperación la impulsó a superar el terror. Apartó de un empujón la mecedora del centro de sala y acto seguido enrolló apresuradamente la alfombra para poder acceder al suelo de madera. Metió la mano en la bolsita sujeta a su falda con un cordón y sacó de ella un trocito de tiza, blanca como un hueso.
Arrodillándose sobre los tablones de madera, Lilly miró fijamente el suelo e intentó pensar con claridad. «Concéntrate.»
Apoyó la punta de la tiza en la tarima y empezó a dibujar un círculo en torno a sí misma. La mano le temblaba de tal manera que la línea le salió bastante irregular. El profesor Fitch se habría disgustado muchísimo ante una Línea de Custodia tan chapucera. Lilly rio, un sonido impregnado de desesperación que más pareció un grito.
Unas gotas de sudor cayeron de su frente y dejaron unas manchas oscuras en la madera. La mano volvió a temblarle mientras trazaba unas cuantas líneas rectas dentro del círculo: eran Líneas de Prohibición, para estabilizar su anillo defensivo. La Defensa Matson... ¿cómo iba? Dos círculos más pequeños, con puntos de conexión para colocar Líneas de Creación...
Arañazos.
Lilly levantó la cabeza bruscamente y miró pasillo abajo, en dirección a la puerta que llevaba a la calle. Una sombra se movió más allá del cristal empañado de la mirilla.
La puerta vibró.
—Oh, Maestro... —susurró Lilly casi sin querer—. Por favor... por favor...
La puerta dejó de vibrar. Por un instante todo quedó en silencio y de pronto la puerta se abrió de golpe.
Lilly intentó gritar, pero la voz se le quedó atrapada en la garganta. Una silueta recortada por la luz de la luna permanecía inmóvil ante ella, con un sombrero hongo en la cabeza y una corta capa cubriéndole los hombros. Con la mano inmóvil sobre la empuñadura de su bastón, parecía dominar a Lilly con su imponente estatura.
Debido al contraluz Lilly no podía verle bien la cara, pero había algo horriblemente siniestro en aquella cabeza un poco ladeada y los rasgos sumidos en la sombra. Apenas un tenue atisbo de nariz y barbilla, iluminadas por el claro de luna, y dos ojos que la observaban desde una negrura de tinta.
Las cosas pasaron por su lado mientras fluían al interior de la sala llenas de furia, avanzando sobre el suelo, las paredes y el techo. Sus formas blancas como el hueso casi parecían brillar a la luz de la luna.
Todas ellas eran completamente planas, como pedazos de papel.
Todas ellas estaban hechas de tiza.
Eran centenares, todas únicas; monstruos minúsculos con garras y colmillos, como escapadas de alguna lámina. No hicieron el menor ruido a medida que fluían desde el pasillo, estremeciéndose y vibrando silenciosamente mientras iban a por ella.
En ese momento Lilly por fin encontró su voz y gritó.
RITHMATIST_SPOTS_CH-0PROLOGUE_05ff_SCRIBBLER_CHALKLINGS.tif1raparte.tif2_cuatrolineasritualisticas.tifCAPÍTULO
RITHMATIST_ICON_CH-01.tifA burrido? —exclamó Joel, parándose en seco—. ¿El duelo Crew-Choi de 1888 te parece aburrido?
Con un encogimiento de hombros, Michael se detuvo y lo miró.
—No sé. Dejé de leer cuando llevaba cosa de una página y media.
—No te lo estás imaginando bien —dijo Joel, yendo hacia su amigo y poniéndole la mano en el hombro. Después sostuvo la otra mano ante él, enmarcándolo con los dedos como si quisiera eliminar cuanto había a su alrededor (las verdes extensiones de césped de la Academia Armedius) y sustituirlo por el campo en el que se libró el duelo.
»Ahora, intenta figurártelo —continuó—. Es el final de la melé, el mayor acontecimiento rithmático del país. Paul Crew y Adelle Choi son los únicos dos duelistas que quedan en el campo. Adelle sobrevivió, a pesar de que lo tenía todo en contra, después de que el resto de su equipo fuera eliminado en el curso de los primeros minutos.
Unos cuantos estudiantes más se detuvieron en la acera para escuchar mientras iban de una clase a la siguiente.
—¿Y qué? —preguntó Michael, bostezando.
—¿No lo entiendes? ¡Michael, era la final! Todo el mundo estaría mirando, en silencio, mientras los dos últimos rithmatistas daban inicio a su duelo. ¡Imagínate lo nerviosa que estaría Adelle! Su equipo nunca había ganado una melé, y en ese momento se enfrentaba a uno de los rithmatistas más dotados de su generación. El equipo de Paul lo había mantenido resguardado en el centro de su despliegue para que los jugadores de menos categoría cayeran primero. Sabían que así él llegaría a la final sin haberse cansado apenas, con su círculo defensivo prácticamente intacto. Era el campeón contra la más desvalida.
—Aburrido —insistió Michael—. Lo único que hacen es arrodillarse ahí y dibujar.
—Eres un caso perdido —replicó Joel—. Vas a la escuela en la que se adiestra a los rithmatistas. ¿Es que no te interesan ni aunque solo sea un poquito?
—Los rithmatistas ya tienen suficientes adeptos —dijo Michael, frunciendo el ceño—. Ellos se mantienen aparte de los demás, Joel, y para mí perfecto. En realidad, preferiría que ni siquiera estuviesen por aquí —añadió. Una brisa le revolvió el pelo rubio. Las verdes colinas y los majestuosos edificios de ladrillo de la Academia Armedius se extendían alrededor de ellos. Un cangrejo mecánico proseguía con su callada obligación muy cerca de donde se habían parado a hablar, mordisqueando la hierba para mantenerla igualada.
—No pensarías así si lo entendieras —dijo Joel, sacándose del bolsillo un par de trozos de tiza—. Anda, coge esto. Y ahora ponte aquí. —Colocó a su amigo y después se arrodilló para dibujar un círculo sobre la acera alrededor de él—. Tú eres Paul. Mira, círculo defensivo. Si se abre una brecha en él, pierdes el combate.
Joel retrocedió un par de pasos, se arrodilló de nuevo y dibujó su propio círculo.
—Bueno, el círculo de Adelle había estado a punto de ser atravesado en cuatro sitios. Entonces ella se dispuso a cambiar rápidamente de la Defensa Matson a... Bueno, mejor dejamos eso, es demasiado técnico. Solo piensa que su círculo era débil, y que Paul contaba con una posición dominante.
—Si tú lo dices... —murmuró Michael. Sonrió a Eva Winters cuando la muchacha pasó por su lado sujetando unos cuantos libros contra el pecho.
—Entonces Paul empezó a golpear el círculo de Adelle con Líneas de Vigor —siguió explicando Joel—, y ella comprendió que no iba a ser capaz de alterar sus defensas lo bastante deprisa para recuperarse.
—¿Con qué líneas dices que golpeaba el círculo de Adelle? —preguntó Michael.
—Con Líneas de Vigor —respondió Joel—. Los duelistas se las disparan unos a otros. La melé consiste precisamente en eso, porque es así como abres una brecha en el círculo.
—Creía que lo que hacían era crear unas cositas de... tiza. Una especie de criaturas, vamos.
—Eso también —asintió Joel—. Las llaman tizoides. Pero esa no es la razón por la que todo el mundo se acuerda de la melé de 1888, incluso después de veinte años. Se acuerdan de ella por las líneas que lanzó Adelle. La respuesta convencional habría sido aguantar tanto como fuera posible, prolongando el duelo para lucirse al máximo.
Puso su tiza delante del círculo.
—Pero Adelle no hizo eso —susurró después—. Vio algo. Paul tenía una pequeña sección debilitada en la parte de atrás de su círculo. Naturalmente, la única manera de atacar esa zona habría sido lanzar un disparo orientándolo de tal manera que este rebotara en tres líneas distintas dejadas por los otros duelistas. Un disparo imposible, vamos. Pero aun así, Adelle optó por él. Dibujó una Línea de Vigor mientras los tizoides de Paul iban comiéndose sus defensas. La lanzó y...
Absorto en la emoción del momento, Joel acabó de dibujar la Línea de Vigor delante de él y levantó la mano con una floritura. No sin cierta sorpresa descubrió que un grupo de unos treinta estudiantes se había congregado para escucharlo, y advirtió que todos contenían la respiración mientras esperaban que su dibujo cobrara vida.
No fue así. Joel no era rithmatista. Sus dibujos solo eran trazos de tiza normal y corriente. Todo el mundo lo sabía, Joel el primero, pero de algún modo el momento rompió el hechizo tejido por su historia. Los estudiantes que se habían congregado para escucharlo mientras hablaba siguieron su camino, dejándolo arrodillado en el suelo en el centro de su círculo.
—A ver si lo adivino —dijo Michael, volviendo a bostezar—. ¿El disparo de Adelle alcanzó el objetivo?
—Sí —dijo Joel, sintiéndose súbitamente ridículo. Se levantó del suelo y recogió la tiza—. El disparo surtió efecto. Adelle ganó la melé, aunque su equipo iba el último en las apuestas. Ese disparo... Fue espectacular. Al menos, eso dicen los relatos.
—Y estoy seguro de que a ti te hubiera encantado estar allí —dijo Michael, saliendo del círculo que había dibujado Joel—. Por el Maestro, Joel. ¡Apuesto a que si fueras capaz de viajar a través del tiempo, desperdiciarías ese don acudiendo a todos los duelos rithmáticos!
—Claro, supongo. ¿Qué otra cosa iba a hacer con él?
—Bueno —replicó Michael—, tal vez evitar que se cometieran algunos asesinatos, enriquecerte, averiguar qué está sucediendo realmente en Nebrask...
—Me imagino que sí —dijo Joel, guardándose la tiza en el bolsillo. Un instante después se apartó de un salto cuando un balón de fútbol lo pasó rozando. Jephs Daring los saludó con la mano mientras corría en pos de su balón.
Joel se reunió con Michael y los dos siguieron su camino a través del campus. Las hermosas colinas llenas de verdor estaban pobladas de árboles que la primavera ya había empezado a cubrir de flores, y las enredaderas cubrían las fachadas de los edificios. Los estudiantes corrían de un lado a otro en la pausa entre clases, mostrando una amplia variedad de trajes y pantalones. Muchos de los chicos se habían arremangado para disfrutar de los primeros calores de la primavera.
Los rithmatistas eran los únicos que estaban obligados a llevar uniforme. Eso los distinguía; tres de ellos habían salido a dar un paseo entre los edificios y los otros estudiantes se apartaban inconscientemente para dejarlos pasar, la mayoría de ellos sin mirarlos siquiera.
—Oye, Joel —dijo Michael—. ¿Nunca te has preguntado si quizá... ya sabes, si no estarás pensando demasiado en esas cosas? Me refiero a la rithmática y todo lo demás.
—Lo encuentro interesante —adujo Joel.
—Sí, pero... Quiero decir que, bueno, resulta un poco raro, teniendo en cuenta que...
Michael no llegó a decirlo, pero su compañero comprendió a qué se refería. Él no era un rithmatista, y nunca podría llegar a serlo. Había dejado escapar su ocasión. Aun así, no veía por qué no podía estar interesado en lo que hacían los rithmatistas.
Michael entornó los ojos mientras los tres rithmatistas pasaban junto a ellos ataviados con sus uniformes grises y blancos.
—Es como si... —dijo después en voz baja—, como si nosotros y ellos estuviéramos en dos mundos aparte, ¿sabes? Déjalos a su aire para que hagan... lo que sea que hacen los rithmatistas, Joel.
—Lo que pasa es que te molesta que puedan hacer cosas que tú eres incapaz de hacer —replicó Joel.
El comentario hizo que su amigo lo mirara con expresión malhumorada. Quizás hubiera demasiada verdad en aquellas palabras. Michael era hijo de un caballero-senador, lo que equivalía a decir que era un privilegiado. No estaba acostumbrado a verse excluido.
—De todos modos —prosiguió Michael, apartando la mirada mientras seguía andando por la concurrida acera del campus—, no puedes ser uno de ellos, así que no entiendo por qué dedicas tanto tiempo a hablar de lo que hacen o dejan de hacer los rithmatistas. Es absurdo, Joel. Deja de pensar en ellos.
«Tampoco podré ser jamás uno de los vuestros, Michael», pensó Joel. Técnicamente, él no habría tenido que estar en aquella escuela. Armedius salía carísima, y para entrar en la academia había que ser importante y rico, o un rithmatista. Y Joel no cumplía ninguno de esos tres requisitos.
Se detuvieron en el siguiente cruce.
—Bueno, he de ir a clase de historia —dijo Michael.
—Sí —dijo Joel—, y yo tengo período abierto.
—¿Otra vez llevando mensajes? —preguntó Michael—. Tú siempre con la esperanza de echar una miradita a alguna clase de rithmática.
Joel se sonrojó, pero era cierto.
—Ya falta poco para el verano —comentó—. ¿Volverás a ir a casa?
A Michael se le alegró la cara.
—Sí. Papá dijo que podía invitar a algunos amigos. Nadar, ir de pesca, chicas con vestiditos de tomar el sol en la playa. Mmm...
—Suena estupendo —dijo Joel, intentando evitar que la tenue esperanza que sentía se adivinara en su voz—. Me encantaría ver algo así. —Michael se llevaba consigo a un grupo cada año, pero él nunca había sido invitado.
Este año, sin embargo... bueno, ya hacía tiempo que acompañaba a Michael después de las clases. Él necesitaba que le echaran una mano con las matemáticas, y Joel podía explicarle lo que no entendía. Habían congeniado mucho.
Michael arrastró los pies por la acera.
—Mira, Joel —murmuró pasados unos instantes—, lo que quiero decir es... Pasar el rato contigo aquí resulta muy divertido, ¿sabes? En la escuela, ya me entiendes. Pero allá en casa, es otro mundo. Estaré ocupado con la familia. Papá tiene expectativas...
—Oh, sí, claro —dijo Joel.
Michael sonrió, arreglándoselas para que la incomodidad que había sentido momentos antes desapareciera de su expresión como si nunca hubiera existido. No cabía duda de que era hijo de un político.
—Así me gusta —dijo, dándole una palmadita en el brazo—. Nos vemos.
Joel lo vio partir. Michael se cruzó con Mary Isenhorn y enseguida empezó a flirtear con ella. El padre de Mary tenía una gran fábrica de resortes. Allí plantado en aquel cruce, Joel podía distinguir a docenas de miembros de la élite del país. Adam Li era familia directa del emperador de JoSeun. En el árbol genealógico de Geoff Hamilton figuraban tres presidentes. Los padres de Wanda Smith eran dueños de la mitad de los ranchos ganaderos de Georgiabama.
Y Joel... su padre había hecho tizas y su madre limpiaba casas. «Bueno —pensó—, parece que yo y Davis volveremos a pasar todo el verano solitos aquí.» Con un suspiro echó a andar hacia la administración de la escuela.
V einte minutos después, Joel andaba apresuradamente para repartir mensajes por todo el campus durante su período libre. Ahora las aceras se hallaban prácticamente vacías de estudiantes, ya que todos los demás estaban en clase.
El fugaz abatimiento que había sentido anteriormente se esfumó en cuanto examinó el pequeño fajo de papeles. Ese día solo había tenido que entregar tres mensajes, y Joel los había repartido rápidamente. Eso significaba...
Dentro de su bolsillo había un cuarto mensaje, uno que había añadido él mismo sin decírselo a nadie. Ahora, con algo de tiempo disponible gracias a la rapidez con que había cumplido su tarea, Joel apretó el paso en dirección al Colegio de la Custodia, un aula magna rithmática.
El profesor Fitch estaba dando clases allí ese curso. Joel acarició la carta que llevaba en el bolsillo, dirigida —tras cierto nerviosismo— al profesor de rithmática.
«Esta podría ser mi única oportunidad», pensó mientras se esforzaba por reprimir cualquier asomo de inquietud. Fitch era un hombre tranquilo y agradable, así que no había ninguna razón para preocuparse.
Subió a toda prisa el largo tramo de escalones que conducían al interior del edificio de ladrillos grises cubiertos de enredaderas, y entró por la puerta de roble al aula magna propiamente dicha, que tenía forma de anfiteatro. De los muros encalados colgaban diagramas en los que se detallaban las distintas defensas rithmáticas, y los elegantes asientos atornillados al suelo, todos ellos encarados hacia el foso para conferenciantes situado a un nivel inferior, formaban hileras a lo largo del estrado.
Algunos estudiantes levantaron la vista hacia Joel cuando entró, pero no así el profesor Fitch. Él rara vez se daba cuenta cuando le traían algún mensaje de la administración, y era perfectamente capaz de seguir con su disertación hasta concluirla antes de percatarse de que un miembro de su audiencia no formaba parte de la clase. Cosa que a Joel no le molestaba en lo más mínimo, claro está. Se apresuró a tomar asiento en uno de los escalones. La clase de ese día, al parecer, versaba sobre la Defensa Easton.
—... y esa es la razón por la que esta defensa es una de las mejores que se puede utilizar contra una acometida que llega de múltiples direcciones —estaba diciendo Fitch. Señaló con un largo puntero rojo la zona del suelo donde había dibujado un gran círculo. El aula estaba dispuesta de tal manera que los estudiantes sin ni siquiera mover la cabeza podían bajar la vista hacia los dibujos rithmáticos que fuera haciendo el profesor.
Valiéndose de su puntero, el profesor señaló las Líneas de Prohibición que había conectado a los puntos de sujeción en el círculo.
—La Defensa Easton es conocida, más que nada, por el gran número de círculos menores dibujados en los puntos de sujeción. Se tarda bastante en trazar nueve círculos más como este, pero una vez hecho sus capacidades defensivas demostrarán que el tiempo empleado vale sobradamente la pena.
»Podéis ver que las líneas interiores forman un nonágono irregular, y el número de brazos que dejéis fuera determinará cuánta extensión tendréis que dibujar, pero también lo estable que será vuestra figura. Naturalmente, si queréis una defensa más agresiva también podéis usar los puntos de sujeción para unirles tizoides.
«¿Y qué hay de las Líneas de Vigor? —pensó Joel—. ¿Cómo te defiendes contra esas?»
Pero no lo preguntó en voz alta, porque no se atrevía a atraer la atención hacia su persona. Eso podría hacer que Fitch se interesara por su mensaje y Joel se quedaría sin ninguna razón para seguir en el aula. Así pues, se limitó a escuchar. De todas maneras, la administración no esperaba verlo de vuelta hasta al cabo de un rato.
Se inclinó hacia delante, deseando que alguno de los otros estudiantes preguntara acerca de las Líneas de Vigor, pero ninguno lo hizo. Los jóvenes rithmatistas permanecieron recostados en sus asientos, los chicos con pantalón blanco y las chicas con faldas blancas, tanto ellos como ellas luciendo un suéter gris; colores adecuados para disimular al máximo el siempre presente polvo de tiza.
El profesor Fitch llevaba un tabardo rojo oscuro, una prenda gruesa, con los puños almidonados, que le llegaba hasta los pies. Estaba abotonado de arriba abajo hasta terminar en un cuello circular, ocultando casi por completo el traje blanco que Fitch llevaba debajo. El rígido corte confería una apariencia vagamente marcial, un aire remarcado por las tiras en los hombros que hubieran podido pasar por galones de algún rango militar. El tabardo rojo simbolizaba que un rithmatista había llegado a profesor.
—Y por eso la Defensa Keblin resulta inferior a la Easton en casi todas las situaciones. —Con una sonrisa, el profesor Fitch se volvió para contemplar a la clase. Era un hombre ya entrado en años, de sienes canosas y figura desgarbada, aunque el tabardo le confería un aire de dignidad.
«¿Sois conscientes de lo que tenéis?», pensó Joel mientras miraba a los estudiantes, que no parecían demasiado interesados. Era una clase reservada a los estudiantes de quince y dieciséis años, así que todos los presentes tenían más o menos su edad. Pese a lo noble de su vocación, se comportaban como... bueno, como adolescentes.
Fitch era conocido por no mostrarse demasiado exigente en clase, y muchos de los estudiantes se aprovechaban de ello, prestando muy poca atención, hablando en susurros con sus amistades o sencillamente repantigándose en los asientos para dormitar mirando el techo. Cerca de Joel había unos cuantos que parecían estar echando una cabezadita. No sabía cómo se llamaban, y de hecho desconocía el nombre de la mayoría de los estudiantes de rithmática. Por lo general estos rechazaban con bastante sequedad todos sus intentos de entablar conversación.
Cuando nadie habló, Fitch se arrodilló y apretó su tiza contra el dibujo que había hecho. Cerró los ojos. Un instante después, el dibujo se desvaneció, conminado a desaparecer por la voluntad de su creador.
—Bueno —dijo, alzando su tiza—, pues si no hay preguntas, quizá podríamos hablar de cómo vencer una Defensa Easton. Seguramente habréis reparado en que no he mencionado siquiera las Líneas de Vigor. Eso es porque se habla mejor de ellas desde un punto de vista ofensivo. Si fuéramos a...
La puerta del aula magna se abrió ruidosamente. Fitch se levantó del suelo, sosteniendo la tiza entre dos dedos y enarcando las cejas mientras se volvía.
Una figura muy alta entró en el aula, haciendo que algunos de los estudiantes repantigados se irguieran en sus asientos. El recién llegado llevaba un tabardo gris al estilo de los profesores rithmáticos de bajo rango. Joven, tenía el pelo rubio y el paso firme. El tabardo le caía bien, abotonado hasta la barbilla y suelto a la altura de las piernas. Joel no lo conocía.
—¿Sí? —preguntó el profesor Fitch.
El recién llegado fue hasta el foso, pasó junto al profesor Fitch y se sacó del bolsillo una tiza roja. Después dio media vuelta, se arrodilló y apoyó la punta de la tiza en el suelo. Algunos estudiantes empezaron a hablar en susurros.
—¿Qué es esto? —quiso saber Fitch—. ¿Me he vuelto a exceder en la duración de la clase? No he oído ningún sonido que indicase la hora. ¡Sentiría muchísimo haber ocupado una parte del tiempo que le estaba asignado a usted!
El recién llegado levantó la vista con lo que a Joel le pareció era una expresión ligeramente petulante.
—No, profesor —replicó—. Esto es un reto.
Fitch pareció atónito.
—Yo... Oh, vaya. El caso es... —Se lamió los labios nerviosamente al tiempo que se retorcía las manos—. No estoy seguro de cómo..., quiero decir, de qué he de hacer. Yo...
—Prepárese para dibujar, profesor —exigió el recién llegado.
Fitch parpadeó. Después, con manos temblorosas, se arrodilló para apoyar la punta de su tiza en el suelo.
—Es el profesor Andrew Nalizar —susurró una chica sentada a escasa distancia de Joel—. Solo hace tres años que consiguió su tabardo en la Academia Maineford. ¡Dicen que se ha pasado los últimos dos años luchando en Nebrask!
—Es guapo —dijo otra joven que ocupaba un asiento junto a ella, al tiempo que hacía girar un trozo de tiza entre los dedos.
En el foso, los dos hombres se pusieron a dibujar. Joel se inclinó hacia delante, muy emocionado. Nunca había visto un duelo de verdad entre dos profesores graduados. ¡Aquello podía ser tan espectacular como estar en la melé!
Ambos empezaron dibujando círculos alrededor de sí mismos para detener los ataques del oponente. En cuanto se abriera una brecha en uno de los dos círculos, el duelo terminaría. Quizá porque había estado hablando de ello, el profesor Fitch pasó a dibujar la Defensa Easton, rodeándose con nueve círculos menores que tocaban al de mayor tamaño en los puntos de sujeción.
No era una posición demasiado buena para un duelo. Eso hasta Joel podía verlo, así que sintió una punzada de desilusión. Quizá no iba a ser un combate tan bueno después de todo. La defensa de Fitch estaba soberbiamente dibujada, pero era demasiado potente; la Easton siempre funcionaba mejor contra múltiples oponentes que te rodeaban.
Nalizar dibujó una Defensa Ballintain modificada, una defensa rápida con un solo refuerzo básico. Mientras el profesor Fitch todavía estaba posicionando sus líneas internas, Nalizar pasó directamente a un ataque agresivo, dibujando tizoides.
Tizoides. Dibujados a partir de Líneas de Creación, constituían el núcleo ofensivo de muchos combates rithmáticos. Nalizar dibujó rápida y eficientemente, creando tizoides que parecían pequeños dragones, con largas alas y sinuosos cuellos. Tan pronto como hubo terminado el primero, este cobró vida con un estremecimiento y empezó a volar a través del foso en dirección a Fitch.
No se elevó por el aire. Los tizoides eran bidimensionales, al igual que todas las Líneas Rithmáticas. La batalla, que se desarrolló en el suelo, consistía en líneas que atacaban a otras líneas. A Fitch todavía le temblaban las manos y no paraba de mirar arriba y abajo, como si estuviera nervioso y no se sintiera demasiado centrado. Joel se encogió cuando al ya anciano profesor le salió torcido uno de los círculos exteriores, cosa que suponía un grave error.
RITHMATIST_SPOTS_CH-01_22ff_A_DRAGON.tifEl diagrama de instrucciones que había dibujado antes había sido mucho más preciso. Las líneas torcidas eran más fáciles de romper. Fitch hizo una pausa, miró aquella curva tan mal dibujada y pareció dudar de sí mismo.
«¡Vamos! —Joel apretó los puños—. ¡Usted sabe hacerlo mejor que eso, profesor!»
Mientras un segundo dragón empezaba a moverse por el suelo, Fitch recuperó el control de sí mismo y volvió a apretar su tiza contra el suelo. Los estudiantes congregados en el aula guardaban silencio, y los que habían estado dormitando se irguieron en sus asientos.
Fitch dibujó un largo trazo serpenteante: una Línea de Vigor. Tenía la forma de una ola que se dispone a romper, y cuando estuvo acabada, salió disparada a través del suelo para estrellarse contra uno de los dragones. El impacto levantó una nubecilla de polvo y destruyó la mitad de la criatura. El dragón empezó a retorcerse, moviéndose en la dirección equivocada.
En el aula solo se oía el roce de las tizas al desplazarse por el suelo, acompañado por la respiración entrecortada, como si estuviera al borde del pánico, de Fitch. Joel se mordió el labio mientras el duelo se hacía más encarnizado. El viejo profesor contaba con una defensa mejor, pero la había dibujado demasiado deprisa, dejando algunas secciones que eran demasiado débiles. La escueta defensa de Nalizar le permitía llevar a cabo una mejor ofensiva, y Fitch necesitaba esforzarse para seguir a la altura de su contrincante, pero continuó lanzando Líneas de Vigor, destruyendo a las criaturas de tiza que volaban hacia él, aunque siempre había unas cuantas más para sustituir a las que acababan de ser destruidas.
Nalizar era bueno, de los mejores que Joel había visto. Pese a la tensión, mantenía la fluidez y dibujaba un tizoide tras otro sin dejarse afectar por los que Fitch destruía. Joel no pudo evitar sentirse impresionado.
«No hace mucho estaba haciendo frente a los tizoides salvajes en Nebrask —pensó, acordándose de lo que había oído decir a aquella chica—. Sin duda está acostumbrado a dibujar bajo presión.»
Nalizar envió calmosamente unos cuantos tizoides-araña para que se arrastraran a lo largo del perímetro del suelo, con lo que obligó a Fitch a prestar atención a sus flancos. Acto seguido, empezó a enviar Líneas de Vigor. Las líneas parecidas a serpientes salieron disparadas a través del suelo en un vibrante oleaje, desvaneciéndose cuando chocaban con algo.
RITHMATIST_SPOTS_CH-01_25ff_C_KNIGHT.tifFinalmente Fitch consiguió crear un tizoide de cosecha propia —un caballero minuciosamente dibujado— que sujetó uno de sus círculos reducidos. Joel se preguntó cómo podía esbozarlo con tanto esmero y al mismo tiempo con tal rapidez. El caballero de Fitch, un auténtico portento con la armadura llena de detalles y un enorme mandoble, derrotó fácilmente a los dragones de Nalizar, más potentes pero dibujados de una manera mucho más tosca.
Con el caballero en acción, Fitch por fin pudo intentar algunos lanzamientos más ofensivos. Nalizar se vio obligado a dibujar unos cuantos tizoides defensivos, criaturas con forma de ameba que se apresuraban a interponerse en el camino de las Líneas de Vigor.
Ejércitos de criaturas, líneas y ondas recorrieron el suelo, una tempestad de rojo contra blanco con tizoides que se desvanecían en nubecillas de humo y líneas que chocaban con los círculos arrancando fragmentos de la línea protectora, mientras los dos hombres seguían dibujando frenéticamente.
Joel se puso en pie, fascinado, y a punto estuvo de dar un paso hacia el foso, sin querer. El movimiento le permitió tener un atisbo del rostro del profesor Fitch. Parecía frenético. Aterrado.
Joel se quedó helado.
Los profesores seguían dibujando, pero la preocupación que había visto en el rostro de Fitch hizo que el muchacho se sintiera extrañamente distanciado del conflicto. Tanta preocupación, tanta desesperación en los movimientos, todo aquel sudor que le corría por la cara...
Todo el peso de lo que estaba ocurriendo ante sus ojos se precipitó súbitamente sobre Joel. Aquello no era un duelo librado con el propósito de divertirse o practicar. Claramente se trataba de un reto a la autoridad de Fitch, poner en tela de juicio su derecho a ocupar la cátedra. Si perdía...
RITHMATIST_SPOTS_CH-01_24ff_B_BATTLE.tifUna de las Líneas de Vigor rojas de Nalizar dio de lleno en el círculo de Fitch y estuvo a punto
