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Relatos Antológicos: Volumen 2
Relatos Antológicos: Volumen 2
Relatos Antológicos: Volumen 2
Libro electrónico93 páginas1 hora

Relatos Antológicos: Volumen 2

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Buena parte de los relatos y, en especial, los microrrelatos de esta colección tienen una cualidad epigramática. De hecho, nada más comenzar a leerla (y debo aclarar que, contra mi costumbre, lo hice al azar y por el medio, caso práctico), se me vino inevitablemente a la cabeza el metaepigrama de Juan de Iriarte en el que el poeta define el género: "A la abeja semejante, para que cause placer, el epigrama ha de ser pequeño, dulce y punzante". Se situaba así don Juan en la estela de Escalígero, quien, en el tercero de sus "Poetices libriseptem", había caracterizado el epigrama por estar dotado de breuitas etargutia, esto es, de brevedad y agudeza. Pues bien, ambas cualidades (y con más de salado que de dulce, pese a Iriarte) caracterizan buena parte de estos relatos, que prefieren este registro al de la intriga enigmática a lo Monterroso.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 nov 2022
ISBN9780463525517
Relatos Antológicos: Volumen 2
Autor

Editorial Alvi Books

Alvi Books es una marca editorial registrada, de origen anglo-español, fundada por capital íntegramente familiar, productora de contenidos culturales, informativos, formativos y de entretenimiento, principalmente para los mercados de habla hispana. Es una editorial on-line de éxito en Europa y América Latina, y tiene una destacada presencia entre los principales sellos de coedición en Europa.Gestada en Gerona como Academia Svafor y el impulso de la venta directa low cost de cursos en formato digital, pasó a llamarse Editorial Planeta Alvi, Ltd. en 2014 y se consolidó rápidamente como una marca de prestigio con capacidad para combinar tradición y futuro, incorporando la venta de obras en formato impreso. En 2018 cambia de estrategia comercial y con ello también su denominación comercial por la actual de Editorial Alvi Books. En 2024 traslada su sede social a la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos.Desde su expansión en el sector editorial impreso, al que ha ido incorporando selectos clásicos editoriales ilustrados del mercado de habla hispana, se ha proyectado hacia nuevas áreas de negocio, nuevos productos, nuevos soportes y nuevos mercados.Hoy, las publicaciones de Editorial Alvi Books están presentes en más de doscientos países y tiene un público potencial de más de setecientos millones de personas para sus obras publicadas en español. Cuenta con la colaboración de medio centenar de distribuidores editoriales, que reúnen a los autores más destacados de la literatura clásica y contemporánea. Además, ha emprendido iniciativas de comercio electrónico y de distribución de sus productos a través de grandes plataformas de distribución en internet.Una de las características de Editorial Alvi Books es su capacidad de innovación en el mundo editorial, puesto que desde su nacimiento ha introducido nuevas formas de entender la coedición, la promoción y la comercialización de contenidos, aportaciones que se iniciaron en el sector editorial tradicional y se han extendido a los nuevos formatos para la distribución de contenidos. Los contenidos de Editorial Alvi Books se presentan en formato multimedia y en soporte físico por internet.La Editorial Alvi Books fundamenta su filosofía en una serie de principios que tienen como base a las personas, la ética, la calidad y la excelencia en el servicio.

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    Relatos Antológicos - Editorial Alvi Books

    Alimentando a los perros

    Jorge Casasaltas Ramírez

    NOTÓ COMO LE CRUJÍA el cráneo, y como la cabeza empezaba a deformarse a voluntad de unas enormes manos que la aprisionaban con una fuerza descomunal. Ya no sentía casi dolor. Su cuerpo, magullado y resquebrajado por caricias demasiado efusivas, reposaba en el suelo, impregnándose de toda aquella sangre que goteaba de cada recodo de una cara que ya había adquirido el color de la muerte. Mientras su visión empezaba a desvanecerse, y antes que su consciencia desapareciera por completo, vocalizó las últimas palabras que su cerebro fue capaz de procesar:

    ―No te creas que el asesino que mata a otro asesino tiene cien años de perdón. Eso ni siquiera rima.

    Sólo obtuvo una sonora carcajada acompañada de un golpe certero en el pecho; un único golpe que provocó que a sus pulmones les dejara de llegar aire. Su cuerpo quedó tirado en el suelo, totalmente inerte bajo las cuerdas de su verdugo, de su titiritero que ahora lo manejaba a su antojo. Fuera, y sierra en mano, lo descuartizó en cientos de pedazos y los repartió a los más de veinte perros que esperaban hambrientos en el patio trasero.

    ―Os gusta, ¿verdad? Y todo, por un módico precio: mi diversión.

    Arquitectura pedíatrica

    Lucía Cuevas Martín

    ME HIZO MUCHA ILUSIÓN cuando perdió su primera ventana de leche.

    La guardé en el trastero, dónde la araña sueña con la mosca, dónde el eco no alcanza a escuchar la risa de los osos de las cañerías, dónde los cronopios duermen en camas vacías de monstruos, entre libros desarropados de palabras que tiritan de frío y ausencia, dónde los gusanos invernan en un eterno verano.

    El señor Pérez no tardó en aparecer, y me hizo un regalo en forma de chimenea para que estuviéramos más confortables.

    ¡En éste sótano hace mucho frío! pero el dinero de la nómina no daba para más.

    30 metros cuadrados bajo el suelo, cómo en una cueva secreta, empezando desde la tierra, desde dónde se crece más fuerte y las raíces se abrazan a la palabras abonadas por la savia. Después todo será podar.

    Un lamento entró por mi balcón esta mañana. ¿He dicho balcón? ¡Si vivo en un sótano! Perdonad un momento, ahora vuelvo, voy a comprobar las escrituras: Calle mancebos 2, sótano izquierda. 28005 Madrid.

    ―¡Buenos días vecino! ―Escuché.

    ―Buenos días, ―contesté. ―Perdone usted si no le dejamos dormir esta noche, mi casa está perdiendo sus primeras ventanas de leche...

    ―No se preocupe, ―me contestó,― ¡en éste sótano no se escucha nada!

    Las viejas escrituras ya ardían en la chimenea cuando de un nuevo documento brotó una dirección: Quinta avenida, 1º izquierda

    En Nueva York, llegaron sus primeras palabras. Vinieron acompañadas de un racimo de tuberías huecas, oxidadas, de paredes torcidas. Fue una sacudida de tranvía, un salto al vacío, un eco que recorrió de otoño a otoño el diccionario empolvado.

    Palabras aventureras, palabras tímidas, palabras desconsoladas y a veces altivas. Palabras que bailaban al ritmo de batería. Y la palabra dio paso a la historia y la historia fue dejando sus primeras huellas.

    Los gusanos del trastero se vistieron de mariposas y las polillas escapaban por su boca mellada. La araña al fin cazó a la mosca.

    ¡El mundo era suyo! Un segundo izquierda en la Quita Avenida una calle sin tiempo ni temor, dónde el pulso no se doblega, dónde la grieta es tinta, y la tinta abriga las paredes. Los dos crecimos un piso más.

    ―¡Good morning! ―Me dijo el señor del primero izquierda.

    ―¡Good morning! ―Contesté.

    ―¿Ya empieza a hablar la casa? ―Me comentó la mujer del sótano.

    ―Si, disculpen ustedes si no les deja dormir, son sus primeras palabras...

    Parecía que nunca iba a llegar pero al fin dejó de gatear y dio sus primeros pasos. Tuve que cegar los enchufes con canciones, por precaución. Cerrar los cajones con candados de Bob Esponja , cubrir las esquinas de algodón de azúcar. Ya no había finales sin descubrir ni estancias sin conquistar.

    En el trastero se escuchaba el tejer cuidadoso de la araña, el aleteo de las mariposas, la risa de los osos de las cañerías y los cronopios saltaban asustando a los monstruos debajo de sus camas.

    Fueron tiempos felices, prolíferos, acuáticos y hambrientos. Hasta que llegamos al tercero izquierda de la Via Margutta en Roma.

    ―¡Buongiorno! ―Me dijo el vecino

    ―¡Buengiorno! ―Contesté.

    ―Disculpe usted las molestias, la casa ha empezado a caminar y no hay quien la pare...

    Las vigas se ensancharon adoptando la forma de una cadera insultante de belleza. Y llegó el maquillaje y la coquetería. Paredes verdes cubiertas de autopistas de pestañas y puertas rojo carmín. Fontanería con acné y pudor, grifos en rebeldía.

    En el trastero los libros tomaban un poco de mar, se disfrazaban con máscaras de villanos, los osos corrían detrás de un conejo blanco que siempre andaba con prisas, a los cronopios les crecía y les menguaba la nariz, la mosca construía una alfombra mágica, y las mariposas se adentraban en el bosque al tiempo que la araña esperaba ansiosa en casa de la abuelita.

    Con la adolescencia estuvimos en constante viaje, Londres, Venecia, Japón, México y París. Siempre en el penúltimo piso.

    ―¡ Bonjour. Voisin!

    ―¡ Bonjour! Le constesté.

    Perdonen ustedes si no les dejamos dormir, ya le he dicho a la casa que ponga la música más baja...

    No se preocupe por aquí son todas quinceañeras!!

    Pero cuando llegamos al ático, todo cambió. El trastero funcionaba sólo, con la precisión de un reloj atómico. Y mi pequeño hogar era ahora un palacio bien amueblado y con vistas a Ópera. Un robusto lugar en la esquina de una palabra desconsolada.

    Mi momento ha llegado, he de ser tierra de nuevo, sentirme padre de vida ausente, de caricias robadas y silencios rotos. Pronuncié esa palabra que todos tenéis en la boca con dolor, en secreto y

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