uérmete niño, duérmete ya, que viene el coco y te llevará. Lo terrible de aquella canción para niños insomnes no era la existencia de aquel monstruo, que por otra parte podría habernos hecho compañía en la oscuridad de nuestro cuarto. Lo más terrible era quedarse desamparado, con los ojos muy abiertos, pero sin ver. Con la soledad que se deslizaba junto a
Nuestros demonios
Apr 22, 2024
2 minutos
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