Mi Esposa, Daniel y Yo

Por Chaz Alexander

Desde los días en el bosque detrás de su casa, siempre ha asumido el papel de pasivo. Disfrutó la experiencia y sirvió a sus amigos. Nunca abandonó la imagen masculina heterosexual y cuando conoce a su futura esposa, cree que su vida alternativa ha quedado atrás.
Hasta que invita a un amigo de la infancia a visitarlo a él y a su esposa en su casa. Se recuerdan recuerdos y se despiertan placeres olvidados. Se convierte en el sumiso complaciente que era en su juventud.
Es una clásica historia de cornudos en la que los tres participantes están contentos con el resultado.

• Idioma: Español
• Editorial: Chaz Alexander
• Fecha de lanzamiento: 3 feb 2024
• ISBN: 9798224388226

Chaz Alexander

Chaz Alexander lives in Central Florida in an open relationship with his significant other of 19 years. Having discovered his bisexuality as a young man, he has pursued this relationship over the years. Several years ago, he met a couple with whom he established an instant attraction. He moved into their home (much to in-laws chagrin) and they lived as an MMF threesome for four years. Finally, before they separated, they even bought property together.Now he and his significant other welcome the occasional male visitor for an evening or perhaps a weekend and explore the erotic experiences available when sharing intimacy with three people.The stories in Chaz’s books are based on real-life experiences he has shared with his significant others.Warning: Each book is an erotic story between one woman and two men. The series contains graphic material that is not suitable for anyone under the age of 18, including M/M/F, M/F, and M/M sexual encounters.Go to my website for a new pdf with examples of all my books. Say "Hello." Thanks.

Vista previa del libro

¿Por dónde empieza uno a decidir su sexualidad? Supongo que en quién nos convertimos sexualmente es una recopilación de los eventos que uno experimenta a medida que crece y se convierte en adolescente y finalmente en adulto. Creo que tuve todas las experiencias normales cuando era niño. A medida que la pubertad cambia nuestros cuerpos, todos nos preguntamos qué está pasando. Somos conscientes de los cambios físicos. Personalmente creo que hay un momento en que un niño no tiene conocimiento del papel del hombre y la mujer y puede confundirlos. Mientras jugábamos en el tranquilo barrio residencial al que llamaba hogar, hubo varias ocasiones en las que recuerdo haber tenido sentimientos muy diferentes sobre mi cuerpo y cómo afrontar los cambios que sentía. Algunos incluso persistieron durante la escuela secundaria y la universidad. Puede que seamos adultos físicamente, pero el cerebro parece estar retrasado en madurez.

Como en todos los vecindarios, las edades de la pandilla de niños iban desde muy jóvenes hasta preadolescentes. Normalmente estábamos incluidos en el grupo sin importar nuestra edad. Incluso cuando el tema se centró en temas sexuales, los niños más jóvenes no fueron excluidos. Éramos alrededor de una docena de niños, todos varones, que íbamos en grupos flexibles durante mi noveno verano.

Creo que todos los jóvenes buscan lugares apartados y libres de la supervisión de un adulto. Estos lugares les permiten explorar cosas que van desde el tabaquismo y el consumo de alcohol hasta las funciones corporales y la masturbación. Muy pocas cosas están fuera de los límites cuando no hay adultos que interfieran.

Los meses de verano eran la época ideal para ser joven en mi barrio en esta época. Hubo viajes de campamento. Algunos fueron organizados mientras que otros fueron improvisados y algunos de nosotros decidimos dormir bajo las estrellas. Había mucha agua involucrada en las actividades. Varias familias tenían piscinas en el patio trasero y había un pequeño arroyo a través de un bosque contiguo. La escasa ropa de baño, bañarse desnudos y hacer sus necesidades al aire libre eran desencadenantes naturales de la actividad sexual.

Un día de verano estábamos caminando por el bosque cercano y nos topamos con un arroyo. Este no era un lugar que habíamos explorado y era inusual que el arroyo tomara una curva y se ensanchara hasta convertirse en un estanque más profundo. Perfecto para un chapuzón flaco.

Uno de los niños mayores preguntó: ¿Quién quiere ir a nadar?

Todos estuvimos de acuerdo en que era una buena idea hasta que alguien dijo: No tengo baúles.

Ningún problema. Nos bañaremos desnudos, fue la respuesta. El último en llegar apesta la polla.

No estábamos seguros de lo que eso significaba, pero hubo una ráfaga de movimiento cuando todos intentamos ser la primera persona desnuda y en el agua. Llevar botas con cordones y jeans no me ayudó y fui el último en saltar a la piscina.

Qué suerte tienes, dijo uno de los chicos mayores. "Probablemente tu