Seducimos al Casero

Por Chaz Alexander

Exploró sus sentimientos bisexuales con su compañero de cuarto de la universidad. Luego conoce a la chica y se casa. Discuten sus fantasías y ella se convierte en una participante voluntaria. A medida que se mudan a un nuevo apartamento, el apuesto y sensual propietario los enamora a ambos. Es un fin de semana salvaje con más de sus límites estirados. Comparta su fin de semana de pasión mientras forman una relación duradera con el hombre de sus sueños. Contiene temas bisexuales de hombre a hombre. No para menores de 18 años.

• Idioma: Español
• Editorial: Chaz Alexander
• Fecha de lanzamiento: 28 dic 2022
• ISBN: 9781005996994

Chaz Alexander

Chaz Alexander lives in Central Florida in an open relationship with his significant other of 19 years. Having discovered his bisexuality as a young man, he has pursued this relationship over the years. Several years ago, he met a couple with whom he established an instant attraction. He moved into their home (much to in-laws chagrin) and they lived as an MMF threesome for four years. Finally, before they separated, they even bought property together.Now he and his significant other welcome the occasional male visitor for an evening or perhaps a weekend and explore the erotic experiences available when sharing intimacy with three people.The stories in Chaz’s books are based on real-life experiences he has shared with his significant others.Warning: Each book is an erotic story between one woman and two men. The series contains graphic material that is not suitable for anyone under the age of 18, including M/M/F, M/F, and M/M sexual encounters.Go to my website for a new pdf with examples of all my books. Say "Hello." Thanks.

Vista previa del libro

Capítulo 1 Una vista increíble

Cuando miré hacia arriba, contemplé una vista asombrosa. Los labios de mi esposa estaban fuertemente envueltos alrededor de un pene grueso y se deslizaba dentro y fuera de su cuerpo. Sus labios siguieron al órgano en su viaje de ida y luego se plegaron alrededor de él en el viaje de regreso. Me incliné más cerca de su cuerpo y coloqué la punta de mi lengua en la unión de los labios de su coño y la polla dura. Me mordí la lengua y cuando el pene estaba casi del todo afuera. Lamí el eje y luego dejé que mi lengua trazara sus labios hasta su clítoris. Escuché un gemido distintivo de ella alrededor de mi polla que estaba chupando con abandono. Sentí que los testículos de su compañero se movían por mi frente mientras él presionaba de nuevo.

Estábamos en una pequeña fiesta en casa de un amigo. De hecho, era el amigo al que estaba lamiendo mientras se follaba a mi mujer. Su ritmo se estaba acelerando y sabía que su orgasmo estaba cerca.

Me voy a correr, anunció y presionó toda la longitud de su impresionante órgano profundamente en mi esposa.

Observé mientras los músculos de su ingle se flexionaban y sus testículos se elevaban hacia su cuerpo. Sentí el temblor de la vara cuando disparó semen espeso y cálido en su vagina. Probé su semen mientras se filtraba alrededor de su vulva y corría por su eje resbaladizo.

Mi esposa rara vez tenía su orgasmo solo con la penetración y yo sabía que ella estaba cerca con mi lengua trabajando en su clítoris. Rápidamente rodó hacia atrás y separó las piernas. Subí entre sus muslos y me encontré cara a cara con sus labios húmedos que brillaban con sus jugos.

—Hazme, cariño —susurró ella.

Abrí sus labios y presioné mi lengua profundamente en su vagina. Tracé los labios con la punta de mi lengua y luego me concentré en su botón de placer. Probé el semen ácido.

Ah, eso es todo. No te detengas, imploró.

Me abrazó con fuerza contra ella y movió las caderas para satisfacer mi presión. Su movimiento se volvió más frenético y pude sentir las contracciones cuando llegó al orgasmo.

Apretó sus muslos alrededor de mi cabeza y me encerró con fuerza contra su área púbica. Sentí los espasmos cuando su orgasmo sacudió su cuerpo. Sus convulsiones obligaron a salir más semen de su amante y fluyó por mis labios y barbilla.

Luego fue mi turno. Cuando me soltó, me arrastré entre sus piernas abiertas y presioné mi erección contra los pliegues de su vagina. Mi gran predecesor había estirado el orificio y lubricado el canal. Hubo tan poca fricción que tuve que concentrarme y acariciar deliberadamente hasta que mi eyaculación reprimida se roció en su vagina para mezclarse con sus amantes. Me derrumbé sobre su pecho y me quedé allí un momento para recuperar el aliento.

Gracias, mi amor, le susurré al oído.

De nada, respondió ella.

Capítulo 2 Mi primer encuentro bi

Llevábamos casados varios años y no teníamos hijos por elección. Habíamos discutido formar una familia, pero ella estaba trabajando en su carrera y yo estaba subiendo la