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Cuentos que enseñan a vivir: Fantasía y emociones a través de la palabra
Cuentos que enseñan a vivir: Fantasía y emociones a través de la palabra
Cuentos que enseñan a vivir: Fantasía y emociones a través de la palabra
Libro electrónico50 páginas3 horas

Cuentos que enseñan a vivir: Fantasía y emociones a través de la palabra

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Los autores del libro, convencidos del valor de la palabra como herramienta para llegar al mundo emocional de niños y niñas, desarrollan unos planteamientos narrativos que tienen en cuenta tanto la problemática de los pequeños como sus diferentes niveles psicoevolutivos, graduando para ellos, en cada narración, temas, emociones, valores y estrategias. Partiendo de su propia experiencia como educadores, eligen el cuento como recurso pedagógico porque éste despierta en los niños la curiosidad, motiva el aprendizaje, estimula la imaginación y permite comprender los sentimientos propios y los de los demás. Asimismo, el cuento ayuda a identificarse con personajes, y a dar rienda suelta a la fantasía y a la creatividad. Los temas de los cuentos se sitúan en diversos ámbitos culturales, posibilitando que los niños conozcan y comparen otras culturas con la propia. En cada cuento se describe su desarrollo, proponiendo quién puede ser el narrador, qué ambientación es la más idónea, y qué actividades de refuerzo se pueden emplear.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 may 2023
ISBN9788427730281
Cuentos que enseñan a vivir: Fantasía y emociones a través de la palabra

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    Vista previa del libro

    Cuentos que enseñan a vivir - Fátima Ramos

    2. Educar a través del cuento

    Desarrollo de los talleres

    El material que presentamos, es decir, los cuentos, pueden plantearse desde la tutoría ya que son un recurso adecuado para enseñar a pensar, enseñar a ser persona y enseñar a convivir. Se ha intentado que las actividades y talleres fueran lo más detalladas posible para no incrementar la ya de por sí ardua tarea de los tutores, confiando en que ellos las incrementen o adapten a su propio estilo educativo y a las características concretas de sus alumnos.

    Las actividades están dirigidas a alumnos de 6 a 10 años, ya que para el tercer ciclo de Educación Primaria (11-12 años) existe diversidad de material publicado. El elemento que estructura todo el trabajo es el cuento, ya que este género narrativo es muy adecuado a las características evolutivas de los niños de estas edades.

    El cuento es una actividad que no le es ajena al niño, está presente en todas las culturas y requiere la participación tanto del narrador como de quien lo oye; bien contado, contiene elementos emocionantes y de sorpresa que lleva a quien lo escucha a entrar en un mundo, real o fantástico, en el que todo es posible.

    El cuento como relato breve de hechos imaginarios, de carácter sencillo, estimula la imaginación y despierta la curiosidad; es motivador para iniciar una serie de aprendizajes:

    Comprender hechos y sentimientos de otros.

    Identificarse con los personajes.

    Dar rienda suelta a la fantasía, la imaginación y la creatividad.

    Encontrar significado a los valores humanos.

    Los cuentos que presentamos se desarrollan en diversos ámbitos culturales: indios lakotas de Norteamérica, África, India y China. Transmiten elementos culturales diferentes que nos permiten conocer y valorar otras culturas distintas así como atraer el interés, motivando a los alumnos y fomentando su participación. Para ello se pueden usar algunos símbolos de esas culturas para ambientar las clases y para introducir conceptos y expresiones emocionales que en nuestra cultura se encuentran estereotipados. Mostrar otras culturas permite darse cuenta de que son semejantes a la nuestra en tanto que las crean personas que viven y sienten de forma parecida a nosotros. Al mismo tiempo se pretende desarrollar la empatía ante personas de otras razas, religiones y culturas que cada vez se van asentando en mayor número en nuestra sociedad.

    Es importante la ambientación que se utilice para el desarrollo del cuento así como la predisposición de la persona que narre el cuento; ambas cosas son necesarias para llevar al niño a un mundo poco frecuentado de forma consciente y que puede traer asociadas sensaciones ingratas. Como bien saben las personas que llevan algunos años trabajando en la enseñanza no existen recetas de fácil aplicación, sino que se requiere mucha preparación y algo de sensibilidad para saber aprovechar las ocasiones en las que hacer «brillar la luz» en las cabezas y los corazones de nuestros alumnos.

    Antes de empezar con la programación del desarrollo de los talleres, exponemos las características de las emociones y los sentimientos. Las emociones son alteraciones súbitas, rápidas e intuitivas de nuestro estado de ánimo que experimentamos casi sin darnos cuenta; provocadas por ideas, recuerdos o acontecimientos, producen reacciones rápidas que conducen a actuar en función de lo que sentimos en ese momento.

    La emoción da paso a un estado de ánimo que denominamos sentimiento. Por ejemplo, después de una emoción súbita de tristeza producida por una mala noticia, tenemos un sentimiento de frustración, impotencia, o decaimiento al no poder hacer nada; es nuestro estado de ánimo derivado de la emoción que hemos sentido, que se prolonga en el tiempo y que es más duradero que la propia emoción.

    Debemos tener siempre muy presente que los sentimientos nunca deben ser objeto de valoración, puesto que las emociones que los provocan se escapan del control voluntario de la persona. Si algo ha de ser calificado o valorado serán las manifestaciones actitudinales que provoquen esos sentimientos. Es decir, las emociones en sí no serán positivas o negativas, sino las conductas que realicemos tras tener un estado de ánimo concreto y en unas circunstancias concretas (no es lo mismo sentir rabia y agredir a alguien cuando nos dicen algo que no queremos oír, a sentir rabia y agredir cuando estamos siendo agredidos físicamente). Estos conceptos son de suma importancia y deben estar presentes, incluso verbalmente, cuando trabajemos las emociones que surgen en la narración de los cuentos.

    Objetivos

    Los objetivos generales que nos hemos propuesto al redactar este libro, presentando estos cuentos y talleres son:

    Fomentar el autoconcepto de nuestros alumnos, centrándonos en la autoconciencia emocional.

    Favorecer una buena autoestima, desde una correcta interacción con los demás y buen manejo de las propias emociones.

    Estos dos objetivos los hemos desglosado por ciclos (1er ciclo: 6-7 años y 2o ciclo 8-9 años) en los cuatro cursos correspondientes:

    Primer curso (6 años)

    Conocer que existen emociones y que éstas son estados de ánimo producidos por situaciones vividas o por pensamientos.

    Aprender que las emociones tienen nombre, y que por tanto deberán asociar las emociones que salgan en cada taller con su nombre correspondiente.

    Reconocer las emociones en las situaciones del cuento, en ellos y en los demás.

    Iniciarlos en estrategias que les permitan regular sus respuestas emocionales.

    Segundo curso (7 años)

    Reconocer las cuatro emociones básicas (vistas en el primer curso), además de las cuatro nuevas que se introducen en este segundo curso.

    Aprender respuestas, estrategias, que les permitan regular esas emociones.

    Identificar esas emociones en ellos, en los demás y en los cuentos.

    Buscar, entre todos, la respuesta mejor adaptada socialmente ante las emociones tratadas en el taller.

    Tercer curso (8 años)

    Facilitar su autoconciencia emocional ampliando el propio conocimiento de las emociones, mediante la presentación de las ocho emociones básicas vistas en el ciclo anterior, aumentando su conocimiento con emociones relacionadas con estas ocho.

    Autointerpretar las respuestas emocionales, añadiendo una valoración de las respuestas como fruto de las interacciones con los demás. Es una forma de aumentar la conciencia de su autoestima.

    Recordar las estrategias, ya tratadas, para controlar las emociones y continuar en la búsqueda de la respuesta mejor adaptada socialmente ante las emociones.

    Fomentar de forma consciente el que sean capaces de interpretar y sentir las emociones que experimentan otros (en los cuentos, en la vida) en situaciones dadas.

    Ampliar su autoconcepto mediante la capacidad de motivarse en situaciones que requieran un esfuerzo para superarlas.

    Cuarto curso (9 años)

    Fomentar su autoconcepto a través del trabajo, del ya realizado y el que se realiza posteriormente, de autoconciencia emocional. Repasando y ampliando el conocimiento de las emociones tratadas a partir de las ocho vistas en el primer ciclo.

    Potenciar una autoestima positiva mediante el empleo adecuado de las estrategias de autorregulación emocional y el desarrollo de la competencia social.

    Ampliar la capacidad de motivarse iniciada en el tercer curso.

    Buscar la identificación con los estados mentales y afectivos (empatía) de los otros.

    Emplear de forma adecuada las estrategias aprendidas.

    Contenidos

    Los contenidos están agrupados en torno a dos epígrafes: emociones y estrategias. Con ellos perseguimos alcanzar tanto los dos objetivos generales como los objetivos planteados para cada curso.

    En las situaciones normales aparecen asociadas más de una emoción; por lo tanto, deberemos destacar la que predomina para trabajar con ella.

    Emociones

    En el primer curso de Educación Primaria (6 años) presentamos las cuatro emociones básicas: alegría, miedo, tristeza y cólera (rabia) nombrándolas e identificando su definición en diversas manifestaciones y con diferentes formas de expresión, durante el desarrollo del taller.

    Si durante los diálogos aparece el nombre de otras emociones se las va asociando con alguna de estas cuatro. Ejemplos:

    felicidad, disfrute → alegría

    temor, terror, culpabilidad → miedo

    valentía → contrario de miedo

    pena, nostalgia, duelo → tristeza

    rabia, furia, enojo → cólera

    Las cuatro emociones básicas para segundo curso (7 años) son: amor, sorpresa, vergüenza y aversión (a los que añadiremos los cuatro tratados en los 6 años). Igual que en el curso anterior, si durante los diálogos aparece el nombre de otras emociones se las va asociando con alguna de las ocho. Ejemplos:

    aceptación, caridad, confianza → amor

    desprecio → contrario de amor

    asombro, esperanza, ilusión → sorpresa

    decepción, desesperación → contrarios de sorpresa

    arrepentimiento, pena, culpa → vergüenza

    envidia y celos → contrarios de amor, relacionados con aversión

    asco, desprecio → aversión

    En el tercer curso (8 años) recordamos las emociones tratadas anteriormente: alegría, miedo, tristeza, cólera (rabia), amor, sorpresa, vergüenza y aversión. Conviene nombrarlas identificando su definición con diferentes formas, durante el desarrollo del taller.

    Se empieza a trabajar como un contenido específico la empatía, más allá del mero reconocimiento, comprensión y puesta emocional en el lugar del otro y se amplían los contenidos asociando otras emociones a las ocho anteriores. Grupos que se pueden formar:

    Alegría: felicidad, disfrute, diversión, satisfacción, gratificación, orgullo y sus contrarios: aburrimiento, desgana, desmotivación, etc.

    Miedo: temor, terror, ansiedad, preocupación, susto, sospecha y sus contrarios: valentía, temeridad...

    Tristeza: pena, nostalgia, depresión, soledad, duelo, desesperanza...

    Cólera: rabia, furia, enojo, molestia, furia, ira, enfado, impaciencia...

    Amor: aceptación, caridad, confianza, respeto, amabilidad, interés...

    Sorpresa: asombro, esperanza, ilusión, esperanza y sus contrarios: decepción, desesperación...

    Vergüenza: arrepentimiento, pena, culpa, remordimiento y sus contrarios: descaro, audacia...

    Aversión: asco, desprecio, etc. y sus contrarios los celos y la envidia.

    Muchas de estas emociones ya habrán sido nombradas anteriormente, por lo que se recordarán durante los diálogos. No es necesario trabajar todas estas emociones en este momento. Esta exposición pretende facilitar el trabajo al tutor a la hora de tener que agrupar la emoción que surja en el desarrollo del taller.

    Recordamos que la inteligencia emocional es la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar estados anímicos, propios y ajenos. Por lo tanto con estos contenidos se deberá desarrollar esa capacidad.

    En cuarto curso de Educación Primaria (9 años) continuamos ampliando el contenido de las emociones que se conocen y reconocen, en sí y en el otro.

    Partimos de las ocho emociones que hemos usado de base y de las que están relacionadas con ellas según las hemos trabajado en el curso anterior.

    Tenemos como contenidos dentro de las emociones el autoconcepto, que se está trabajando desde la autoconcienciación que se produce con el conocimiento de las emociones, y la automotivación al ir aumentando el control y la capacidad de modificación de los estados anímicos, gracias al conocimiento que el alumno va adquiriendo en el desarrollo de los talleres.

    Por último se trabajará la empatía, pues, sobre la base de esas emociones que ya se conocen, el alumno podrá identificarse con los estados mentales y afectivos del otro.

    Estrategias

    Las estrategias que se trabajan son de tres tipos: de evitación, de ayuda y con base en la cognición.

    Las estrategias de evitación están basadas en el acto de retirarse de la situación que está provocando el sentimiento que produce sensaciones desagradables. Se empezará por las situaciones más simples que permitan irse físicamente, pasando después a quedarse, pero realizando otra actividad, o a quedarse pensando o recordando situaciones agradables. Ejemplo: ante el miedo podemos irnos del lugar, podemos encender la luz, podemos jugar, podemos pensar en lo que vamos a hacer, etc.

    Las estrategias de ayuda se basan en buscar a una persona del entorno cercano familiar (padres, abuelos, hermanos, quien nos cuida habitualmente, el profesor o amigos) que nos consuele, nos distraiga o nos haga comprender qué está pasando. Ejemplo: ante el miedo hay que consolar, asegurar que el motivo del miedo no existe, iniciar otra actividad, etc.

    Las estrategias basadas en la cognición consisten en enseñar a usar las habilidades emocionales, es decir, las capacidades y disposiciones para crear voluntariamente un estado de ánimo o sentimiento a partir de las ideas que tenemos sobre lo que ocurre. Ejemplo: cuando los niños manifiestan miedo, analizar con ellos las causas y ver lo que hay en ellas de irracional, para que poco a poco realicen de forma autónoma ese análisis.

    Estas tres diferentes estrategias se adaptarán a las capacidades que presente el grupo concreto con el que se esté desarrollando el taller.

    Un contenido que se relaciona con las estrategias es el de la autoestima, ya que se fomenta una autoestima positiva cuando se dota al alumno de estrategias que le permitan actuar de un modo adecuado ante sus propias emociones y ante las respuestas emocionales de su entorno.

    Metodología

    La metodología se organiza en torno a dos aspectos: la acción tutorial (quién y cuándo se desarrolla el taller) y los recursos empleados (ambientales, narrativos y actividades).

    Como ya hemos mencionado, el contexto más idóneo para llevar a cabo este taller es el de la acción tutorial, aunque debemos estar abiertos a otras posibles intervenciones, como, por ejemplo, que otro miembro del claustro sea el que narre y dirija la sesión del taller, para que luego el tutor continúe durante la semana el trabajo iniciado en esa sesión.

    Siguiendo las indicaciones aportadas en la ficha de cada uno de los cuentos, cada sesión tendrá una periodicidad semanal (en Primaria se puede hacer como desarrollo de lenguaje oral o estimulación a la lectura o fomento del pensamiento reflexivo necesario para la resolución de problemas). Después durante la semana se podrá ir fomentando el objetivo de la sesión semanal al recordar lo que pasaba en el cuento; también, ante situaciones similares, se puede rememorar el cuento, sobre todo en el ámbito de las estrategias, para aplicarlas.

    Recursos

    Los recursos que se utilizan se señalan en la ficha de cada una de las sesiones. Intentamos en todo momento detallar lo más posible las actividades para no incrementar la tarea de los tutores dando la posibilidad de que ellos las incrementen o adapten a su propio estilo educativo para conseguir un resultado óptimo.

    Consideramos tres tipos de recursos:

    Recursos ambientales, como la música que se pone durante la narración o antes y/o después de realizada; la decoración que se emplea para el aula o para el profesor; actividades (dibujos u otras) que se utilicen para recordar durante la semana la sesión del taller y que se pueden utilizar para decorar el aula o los pasillos.

    Recursos narrativos. Se realizarán diversos estilos de narración como: la narración seguida del cuento y luego las actividades que se propongan; la narración con preguntas intercaladas, al inicio y durante la misma o sólo durante la narración; la narración del cuento con otro cuento dentro del mismo; y la narración iniciada por el profesor y que finalizan los alumnos con su ayuda. Algunos cuentos presentan anotaciones entre paréntesis y cursiva que aclaran o especifican cómo debe hacerse la narración.

    Actividades. Algunas pueden ser empleadas como recursos ambientales. Entre los diversos tipos de actividades están las escenificaciones de situaciones tratadas en los cuentos, bien durante la narración o al final de la misma; colorear algún dibujo y recortarlo; colorear, recortar y hacer un puzzle con el dibujo; hacer un dibujo a partir de un motivo dado o realizar una copia de un modelo expuesto.

    Evaluación

    Conviene hacer dos tipos de evaluación: una después de cada sesión y otra a final de cada año.

    La primera está basada en la observación de la sesión del taller y a diario del grupo. Observamos la evolución que se produce, si al colorear se están empleando colores afines a las emociones tratadas (colores vivos para emociones alegres, colores apagados para emociones tristes), si se emplean las estrategias que salen en el taller, si aumenta la participación en el desarrollo del taller, si usan de modo espontáneo el lenguaje del taller.

    La segunda evaluación, que realizaríamos al final del año, consiste en:

    Primer nivel (6 años): Colorear dos caras que expresan emociones contrarias para observar si usan colores adecuados a la emoción que expresan (colores vivos para emociones alegres, colores apagados para emociones tristes).

    Segundo nivel (7 años): Unir mediante flechas caras con el nombre de la emoción que expresan.

    Tercer nivel (8 años): Aportar una breve descripción de una situación para que ellos pongan el nombre de la emoción que se puede estar sintiendo.

    Cuarto nivel (9 años): Ante una

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