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El aula de convivencia: Materiales educativos para su buen funcionamiento
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El aula de convivencia: Materiales educativos para su buen funcionamiento
Libro electrónico158 páginas1 hora

El aula de convivencia: Materiales educativos para su buen funcionamiento

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Un libro eminentemente práctico y claro que propone numerosas actividades para desarrollar la competencia social del alumnado que asiste a las Aulas de Convivencia, pensadas como espacios para aquellos estudiantes que necesitan ayuda para ir cambiando su conducta, generalmente agresiva (o a veces inhibida o pasiva), por una conducta asertiva.

Aprovechando las horas de asistencia de los alumnos a dichas Aulas, se les puede introducir en el "Programa de Competencia Social" del profesor Manuel Segura, programa ya conocido y reconocido en toda España y en varios países de América Latina.

Podemos asegurar que este libro, con orientaciones psicopedagógicas claras para el profesorado, y fichas de trabajo muy concretas para los alumnos y alumnas, es imprescindible para todos los Coordinadores y Coordinadoras de las Aulas de Convivencia y para todos los profesores o tutores que participen en dichas Aulas.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 may 2023
ISBN9788427730182
El aula de convivencia: Materiales educativos para su buen funcionamiento

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    El aula de convivencia - Manuel Segura

    I. INTRODUCCIÓN

    ASPECTOS PEDAGÓGICOS

    Presentación

    Significado del Aula de Convivencia

    El Aula de Convivencia, está pensada, ante todo, para que los alumnos y alumnas a quienes se envía allí, reflexionen sobre las causas que han motivado ese envío y, en segundo lugar, para ayudarles a ir cambiando su conducta, generalmente agresiva (o a veces inhibida y pasiva), por una conducta asertiva. Para ello, se les ofrecerá la realización de unos mínimos del programa de competencia social.

    El objetivo fundamental del Aula de Convivencia no es punitivo, sino educativo: favorecer el desarrollo de la competencia social del alumnado facilitándole herramientas que le ayuden a la resolución pacífica de los conflictos, a mejorar sus relaciones interpersonales y a normalizar su integración en el Centro. Repetimos, no se trata de un Aula de castigo, sino una ayuda educativa para alumnos con dificultades.

    Formar personas: filosofía de nuestro programa

    Cuando afirmamos que el Aula de Convivencia no es para castigar, sino para educar, debemos recordar que educar a un ser humano, hombre o mujer, no consiste en atiborrarlo de conocimientos. Lo imprescindible, es convertirlo en persona. Pero no se puede llegar a ser persona al margen de los demás, olvidándose de ellos, porque ser persona es igual a «saber relacionarse».

    Por eso, si queremos ayudar a estos alumnos y alumnas a que sean personas, tenemos que enseñarles a relacionarse bien. No es un trabajo fácil; si esos alumnos tienen ya serios problemas de conducta, el trabajo es más difícil y más largo. Pero es posible. De eso van estas páginas, pensadas para el Aula de Convivencia.

    Todos los expertos, tanto educadores como psicólogos, están de acuerdo (¡cosa rara!), en que para relacionarnos bien necesitamos saber pensar, necesitamos reconocer y controlar nuestros sentimientos y necesitamos haber adquirido los valores morales básicos. Esos tres factores, el cognitivo, el emocional y el moral, nos llevarán infaliblemente a relacionarnos con los demás asertivamente, es decir, con eficacia y justicia.

    Eficacia es un concepto cognitivo: saber distinguir, entre varias alternativas, cuál es la mejor para lo que intentamos conseguir, cuál es la que producirá esa consecuencia eficaz que buscamos.

    En cambio, justicia es un concepto moral: entre las diversas alternativas, será justa la que no lesione los derechos ni la dignidad de otros. Actuar con eficacia y justicia es actuar humanamente, como persona, no como un bobo (ineficacia), ni como un bruto (injusticia).

    En esto hay acuerdo de todos, pero al diseñar programas educativos concretos, unos expertos han subrayado lo cognitivo, otros lo emocional, otros lo moral y otros incluso han querido llegar directamente a la asertividad, enseñando habilidades sociales sin entrenar previamente en los tres campos anteriores.

    Por ejemplo, en lo cognitivo, M. Lipman, R. Feuerstein, E. De Bono, H. Gardner o Lou Marinoff, han subrayado la importancia de saber pensar y han diseñado magníficos programas. Si no han tenido el éxito educativo que se podía esperar de ellos, no se debe a que esos programas sean malos, sino a que son insuficientes; porque se han fijado sólo en lo cognitivo y han olvidado los otros dos factores esenciales para una educación completa: el factor emocional y el factor moral.

    En lo emocional se ha sucedido una verdadera oleada de publicaciones y programas, a partir del éxito mundial que alcanzó el libro Inteligencia emocional de Daniel Goleman. Basta recordar a Le Doux o el libro práctico y sencillo de Manuel Segura y Margarita Arcas llamado Educar las emociones y los sentimientos.

    Sobre cómo educar los valores morales, hicieron una contribución definitiva J. Piaget y su discípulo L. Kohlberg y, entre nosotros, han escrito magistralmente Fernando Savater y Adela Cortina.

    Por último, en el campo de las habilidades sociales, es imprescindible citar a V.E. Caballo, A.P. Goldstein y L. Michelson, así como la importante obra de F. Gil y J.M. León.

    A la vista de los aspectos positivos y de las deficiencias de esos programas citados, podemos afirmar con fuerza que para formar personas necesitamos educar a los jóvenes y a los adultos en ese triple campo mencionado: el cognitivo, el emocional y el moral. Sólo lo cognitivo no basta; sólo lo emocional no basta; sólo lo moral no basta. Hacen falta los tres. Si conseguimos educar bien en los tres campos, entonces las habilidades sociales, entendidas como asertividad, es decir como eficacia y justicia, fluirán sin esfuerzo.

    Ese será el objetivo de este manual que hoy presentamos, especialmente diseñado para educar como personas a jóvenes con problemas de conducta, enviados al Aula de Convivencia.

    «Mapa» de este libro

    Todo el libro está orientado a facilitar a los profesores el trabajo con los alumnos que son enviados al Aula de Convivencia.

    En esta primera parte de la obra se insiste en que dicha Aula no debe considerarse como un recurso punitivo, sino como una nueva posibilidad educativa. Y a continuación se recuerda que educación no es sólo instrucción, sino principalmente formar personas.

    Formar personas, necesariamente, en este

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