Evaluación del aprendizaje en educación no formal: Recursos prácticos para el profesorado

Por José Luis Pulgar Burgos

Este libro aporta elementos, ideas y herramientas para mejorar el diseño de la evaluación del prendizaje en acciones formativas de educación no formal. Presenta una propuesta basada en 40 técnicas útiles para evaluar los diferentes contenidos del aprendizaje: conceptos, procedimientos y actitudes, de las que se desarrollan 18 en formato ficha, además de otra serie de técnicas y recomendaciones para la mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Todas ellas se caracterizan por ser muy creativas y metodológicamente participativas y dinámicas.

• Idioma: Español
• Editorial: Narcea Ediciones
• Fecha de lanzamiento: 22 may 2023
• ISBN: 9788427730519

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1. El aprendizaje

Para todo profesional de la educación debería ser imprescindible contar con unos conocimientos mínimos sobre el proceso que se da en las personas para la adquisición de una serie de capacidades que le permitan desarrollarse como ser individualizado y ser social que es, facilitando así su adaptación al medio social y natural en el que vive. Estudiar y reflexionar sobre los acontecimientos que inciden en el proceso de aprendizaje de una persona deben ser una constante en el quehacer diario de aquellas que se dedican a la formación y que orientan su trabajo hacia la enseñanza. Esta base de conocimiento, se supone, está presente en la gran mayoría de profesionales de la educación, sobre todo si han cursado estudios relacionados con las Ciencias de la Educación. Pero bien es cierto que en muchos casos, ya sea en la educación formal o en la no formal, se carece de esta formación básica y, lo que es peor, no se hace nada por paliarla.

Las acciones formativas desde el ámbito de la educación no formal suelen estar abiertas a cualquier área de conocimiento. La educación desde la Animación Sociocultural se ha demostrado como un espacio educativo más, que se diferencia y se complementa con el espacio educativo formal. En la escuela, la mayoría de las veces se orienta el aprendizaje hacia la adquisición de saber teórico, fundamentalmente de conceptos que permitan el desarrollo intelectual del individuo y la integración de éste en el mundo laboral y social en el que vive. Pero se olvidan, muchas veces, otras capacidades que la persona debe adquirir para su desarrollo integral y para su integración social completa, no sólo laboral. Y éste es el campo en el que la educación no formal viene a complementar a la educación reglada oficial. En este espacio educativo la persona adquiere destrezas que tienen que ver con el desarrollo de habilidades sociales, de valores y de actitudes que le permiten adquirir un conocimiento de su persona y una serie de capacidades para la vida en grupo.

Podemos partir del supuesto de que todo es educable y todo es educativo. Pero, ¿toda persona puede ser educadora, formadora? Para que cualquier mediador o mediadora que interactúe con otras personas pueda estar desarrollando un trabajo verdaderamente educativo, que forme a la persona en las diferentes áreas de la personalidad, es necesario partir de una serie de principios pedagógicos básicos que ésta debe incorporar en su intervención social. Pero cuando estamos hablando de mediadores que dan el salto cualitativo hacia la enseñanza y se dedican a actuar como formadores y formadoras a través de acciones formativas de educación no formal, es necesario que se adquieran una serie de capacidades para la formación que han de incluir aspectos cognitivos sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje, destrezas y habilidades para la enseñanza, recursos metodológicos y actitudes adecuadas para la formación. Es necesario someterse a un proceso de aprendizaje sobre cómo formar y cómo enseñar. Hay que aprender que no todo vale, que no todo es formar (aunque de la antipedagogía, a veces, también se aprendan cosas, al menos lo que no debe hacerse).

Por eso, en el presente capítulo vamos a tratar de conocer diferentes aspectos de interés que intervienen en el aprendizaje humano. Partiremos desde la base, desde lo que significa aprender y cómo se produce ese aprendizaje, para ir construyendo los cimientos teóricos de todo ese complejo mundo de lo que es enseñar y aprender, procesos tan unidos que determinan que hablemos de situaciones o procesos de enseñanzaaprendizaje, y no sólo de aprendizaje.

Concepto de aprendizaje

Si consultamos diferente bibliografía especializada en temas de educación¹, podemos encontrar una gran variedad de definiciones sobre el concepto de aprendizaje. Ya sea partiendo de la búsqueda más sencilla, utilizando algo tan cercano como un diccionario, o llegando al manejo de definiciones más técnicas por parte de algunos autores y autoras, nos encontramos con delimitaciones terminológicas sobre este concepto de manera que lo podamos entender como:

Proceso por el cual se aprende, es decir, se adquiere el conocimiento de algo por medio del estudio o la experiencia.

Proceso por el cual se da la educación, en el que se producen cambios en el entendimiento del mundo externo, de uno mismo/a y de las demás personas.

Cambio conductual forjado mediante conductas previas.

Desarrollo armónico e integral de las capacidades intelectuales, psicomotoras, aptitudinales, actitudinales, etc., del ser humano.

Proceso mediante el cual una persona adquiere destrezas o habilidades prácticas (motoras e intelectuales), incorpora contenidos formativos o adopta nuevas estrategias de conocimiento y/o acción.

Cambio en la conducta (externa o interna) debido a la experiencia (real o imaginaria) que no puede explicarse por un estado transitorio del organismo (enfermedad, vejez, fatiga, habituación, sensibilización o interferencia), por la maduración o por tendencias de respuesta innata.

Desde el punto de vista biológico, el aprendizaje se manifiesta como un instrumento del que dispone un organismo vivo para resolver los problemas y dificultades que le presenta el medio en el que se desenvuelve. Es, así, una capacidad de todo ser vivo para adaptarse a las condiciones ambientales en las que se desarrolla, que ha permitido la supervivencia de las diferentes especies y cuyo grado de adquisición marca las diferencias en la escala evolutiva.

Por otra parte, desde el punto de vista sociocultural, el aprendizaje es un proceso complejo que se da en situaciones de interacción social y en el que se multiplican los factores que lo producen. Es un instrumento de adaptación a situaciones nuevas, ya sea por modificación del comportamiento o por acomodación del conocimiento respecto de la realidad objetiva. Cuando se aprende en grupo no sólo entran en juego factores de tipo cognitivo sino una enorme carga de factores emocionales, vitales y sociales, que condicionan en un alto grado el aprendizaje.

En definitiva, el concepto de aprendizaje se refiere a la adquisición de saber, teórico y práctico, sobre la realidad. Lo que se aprende se extrae de la relación que media entre la persona y su interacción con el medio en el que se desenvuelve, ya sea mediante la recepción de estímulos sensoriales; manipulando materiales diversos y aplicándoles técnicas de uso; adquiriendo informaciones de su mundo más cercano o incluso de realidades lejanas en el tiempo y en el espacio; compartiendo actividades y situaciones de carácter social; formando parte de un contexto sometido a una serie de costumbres, tradiciones y valores; intercambiando con otras personas sentimientos, vivencias, etc. Al aprender se elabora conocimiento sobre qué es algo, qué se hace con ello, cómo se emplea, qué valor se le da, qué aprecio se le tiene... y se desarrollan también una serie de habilidades propias para organizar su comportamiento acorde a las características, demandas y exigencias de la realidad en la que vive.

A pesar de la elaboración conjuntada y cohesionada de todas las vertientes que intervienen en el aprendizaje, esto no quiere decir que el saber obtenido coincida exactamente con lo que es la realidad y cómo se comporta. La realidad es compleja y está llena de contradicciones. El aprendizaje también lo es. La aplicación de los saberes adquiridos sobre una situación determinada no es siempre la misma, varía muchas veces en función de la persona que los aplica, las características de la situación dada, los factores (internos y externos) que influyen en la relación sujeto-realidad, las posibles soluciones alternativas, la incorporación de otros saberes, la experiencia acumulada... y tantos otros elementos como aquellos que hacen que continuamente nos enfrentemos a dilemas sobre los que proceder y aprender algo nuevo.

El aprendizaje es, pues, un proceso. Y como tal se da durante toda la vida. La persona es un ser de aprendizaje puro, que aprende desde el mismo momento de su nacimiento (incluso hay estudios sobre aprendizajes por parte del feto en el interior del claustro materno) y cuyo proceso se mantiene vivo y constante hasta el momento de su muerte. Se aprende siempre. Se aprende de todo y en todos los contextos y situaciones de la vida.

Pero, ¿cómo se