El monstruo que habita en mí se llama ansiedad

Por Gabriela A. Viggiano

¿Has notado cómo tu vida de pronto parece tambalearse emocionalmente, aún a pesar del éxito, o del ritmo envidiable que proyectas al exterior? Llevamos años entrenando para producir resultados tangibles, monetarios, y socialmente competitivos, como si de máquinas automatizadas se tratase. Poco nos enfocamos en darle el cuidado y merecido descans

• Idioma: Español
• Editorial: ibukku, LLC
• Fecha de lanzamiento: 14 may 2023
• ISBN: 9781685743895

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EL MONSTRUO

QUE HABITA EN MÍ

SE LLAMA ANSIEDAD

¿Cómo dominamos las emociones conscientes

sin detonar las reacciones inconscientes?

Gabriela A. Viggiano

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Publicado por Ibukku, LLC

www.ibukku.com

Diseño y maquetación: Diana Patricia González J.

Diseño de portada: Ángel Flores Guerra B.

Copyright © 2023 Gabriela A. Viggiano

ISBN Paperback: 978-1-68574-388-8

ISBN Hardcover: 978-1-68574-390-1

ISBN eBook: 978-1-68574-389-5

ÍNDICE

Dedicatoria

Introducción

Capítulo I.

Síntomas de un siglo enfermo

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Capítulo II.

Eres lo que piensas.

Actúas y vives en consecuencia

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–Decretar vs pretender–

–La zona de confort en expansión, sin sobreambición–

Capítulo III.

Los disparadores de ansiedad en la actualidad pasan a cualquier edad

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Capítulo IV.

Habilidades destructivas

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-Sobreanalizar - analysis paralysis

- Anticipar escenarios

- Evitar

- Multitarea - multitasking

- Procrastinar

- Sobreesfuerzo impulsivo

- Proveedores o estafadores de energía

- Emprendimiento autosaboteado

Capítulo V.

Resana todas las piezas de tu ser

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- Meditar, orar, retribuir, encontrar motivos.

- Armonía de voces

- Procrastinación positiva

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- Escucha activa

- Sati - mindfulness - conciencia plena

- Comunicación efectiva

- Decide y actúa

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- Relaciónate nutritivamente

- Nutre tus relaciones

Capítulo VI.

Tranquilidad inconsciente, alerta consciente

Referencias

Agradecimientos

Acerca del Autor

Contacto

Dedicatoria

A todos aquellos que bebemos la vida con dos de histeria y una de pánico. Yo sé lo que se siente ir colina abajo con una enorme bola de nieve detrás y tener que dar una buena cara al día, aunque no sea real.

Introducción

La ansiedad no es un tema nuevo. Como tal, hay mucha investigación y estrategias ya documentadas que nos guían y nos aconsejan desde diferentes enfoques sobre cómo identificarla y sobrellevarla.

No es mi finalidad profundizar en extractos técnicos, tratamientos ni consejos espirituales respecto a sus causas, sus consecuencias o sus soluciones, sino un poco sus señales, manifestaciones aún no reconocidas, rutinas o costumbres potencialmente disparadoras, todo visto desde el ojo del huracán, es decir, desde el punto de vista de quienes lo vivimos una o más de una vez, o a diario.

¿Cómo identifiqué las primeras señales de un ataque de ansiedad?, ¿cuándo cobraron fuerza?, ¿dónde han tenido mayor impacto?, ¿cuándo pedí ayuda? Y finalmente, ¿cómo pasé de sobrevivir a retomar el control de mis reacciones? Un día a la vez.

Toda esta introspección y experiencias cercanas me ayudaron a estructurar el libro, de manera que, si buscas un enfoque diferente y funcional para comprender y afrontar esas muestras de ansiedad que desestabilizan tu día a día, aquí lo encuentres, conozcas o no del tema.

Partiremos desde el ritmo crónico de vida que llevamos, sus efectos, agentes disparadores, malas prácticas y, finalmente, algunas técnicas resanadoras.

Considerando que justo esta misma dinámica de concientización y autoevaluación aplicadas podrían ayudarte a identificar detonantes que nos llevan a accionar este sistema primitivo de autodefensa del ser humano. Y así entonces, teniendo mayor entendimiento de sus efectos en el entorno actual, seamos capaces de redirigir nuestras reacciones, generando un cambio en nuestras acciones, restableciendo poco a poco nuestro bienestar.

Sin pretender desafiar las investigaciones y los métodos que los expertos en el tema llevan a cabo con extremo cuidado y conocimiento de causa, sobre todo en casos complejos.

Mi objetivo con este libro es que hagamos consciencia de ciertos hábitos y actitudes que hemos desarrollado, mayormente como resultado de la cadencia de vida que llevamos, y en torno a ello agudizar nuestros sentidos para realizar los ajustes pertinentes que mejoren la calidad con la que vivimos.

Ya sea aprendiendo a gestionar nuestras reacciones de manera consciente y efectiva, o bien reconociendo cuándo necesitamos asesoría de un profesional.

No hay manera de abordar un tema tan extenso como este, sin que repasemos sus bases científicas. Mi intención, sin embargo, es poner en perspectiva escenarios detrás de los cuales se disparan muchas de nuestras reacciones inconscientes más primitivas de autodefensa, las mismas que, acumuladas y desatendidas, resultan en cuadros descontrolados de ansiedad.

Luego de evidenciar las causas, resultará más asequible implementar acciones que conduzcan a emociones más conscientes y manejables.

La ansiedad, como muchos problemas emocionales actuales, requieren un esfuerzo constante, y aún con terapia, ejercicios de meditación o estrategias poderosas de autogestión, los altibajos están garantizados; sin embargo, la práctica hace al hábito, y los hábitos poderosos hacen al experto.

Ahora bien, evidenciar y cambiar ciertos entornos y hábitos nocivos me ayudaron a mí, y podrían ayudaros a ustedes, a dar pequeños pasos hacia un estilo de vida más pleno; sin embargo, los exhorto a no dejar de lado la importancia de una consultoría especializada que, a tiempo, ayude a marcar una diferencia considerable en sus vidas.

Capítulo I.

Síntomas de un siglo enfermo

El vertiginoso ritmo de vida que llevamos desde hace algunas décadas ya está cobrando facturas anímicas.

Cada vez más frecuentemente, escuchamos de personas que libran alguna batalla emocional. Las causas varían desde la sobrecarga o incertidumbre laboral, la superficialidad o carente calidad en las relaciones interpersonales o la excesiva presión, intervención y clasificación social.

Sin importar edad, ideología o nacionalidad, la humanidad está llevándose al límite, y no parece que los esfuerzos en materia preventiva sean suficientes, dando como resultado información desaprovechada; a la vez, la ambición desmedida de control y poder, desvirtúan y manipulan datos en beneficio de unos cuantos.

Haciendo uso del potente alcance de los medios y la vulnerabilidad de muchos sectores de la población mundial, se distribuye contenido de baja calidad o nula veracidad, causando sobreinformación, y a su vez, frustración e inseguridad en sus receptores.

Es imperativo tomar acciones de restauración a una humanidad de valores quebrantados y emociones fracturadas, de moral superficial e indiferente.

En la actualidad informática, el problema no es la falta de información sino el desinterés por la misma. En el siglo de la comunicación globalizada, no es por falta de voz en el presente, sino por su ensordecedor futuro, que el mundo padece.

Hablemos de algunos de los males emocionales que atormentan nuestros días. No nos daríamos abasto si mencionamos todos, pero repasemos los que rondan cercanos a la ansiedad, con el fin de identificarlos, comprender su proximidad y su relación entre sí.

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Obsesión: Perturbación anímica producida por una idea fija (RAE). Idea fija o recurrente que condiciona una determinada actitud.

En toda obsesión hay dos elementos: una idea impuesta y un estado emotivo asociado. (⁹)

¿En qué momento fijar y perseguir una idea, o definir un propósito de vida, se convierte en un peligro para la vida misma?

Establecer objetivos para procurar nuestro crecimiento y el desarrollo personal y profesional es sin duda una dinámica que, bien estructurada, consigue avances constantes, pero ¿cómo los mantenemos equilibrados además de desafiantes?

Con la vida estructurada por objetivos, surge el riesgo de generar una obsesión por la eficiencia. José Gimeno

José Gimeno, en su libro La pedagogía por objetivos: obsesión por la eficiencia, habla de la delgada línea en la que basamos nuestra estructura educacional hoy en día, fascinados por los resultados mayormente tangibles y cuantificables.

Nos volvemos adictos a las sensaciones anímicas y dopaminas que se generan al mejorar y superar los resultados anteriores, dejando de lado las intenciones iniciales de aprendizaje, experiencia y gratificación. Después, nos vemos envueltos en una dinámica crónica de ambición por resultados sin comprensión ni reconocimiento del proceso.

Los trastornos obsesivo-compulsivos en el ámbito escolar y laboral resultan de la explotación de una estrategia dirigida a metas competitivas, sin contemplar sus consecuencias. La competitividad es un arma de doble filo si no se procura prudente.

En cualquier entorno, las obsesiones derivan de una necesidad emocional que cohabita en nuestro subconsciente y se dispara cuando ansiamos una dosis de bienestar emocional.

¿Qué nos obsesiona y por qué? ¿Qué intangible conseguimos con esas manías?

Como cualquier agente adictivo, una actividad obsesiva, cuando da los resultados esperados, nos mantiene de cierta forma bajo control; el problema puede darse si no obtenemos lo que esperamos, como si no podemos realizar dicha actividad obsesiva.

Hacer ejercicio es una actividad que se considera saludable y necesaria. Como todo, en exceso puede resultar más un problema que una opción recreativa y beneficiosa.

Me gusta hacer ejercicio, no fue sino hasta que noté un incremento en mis lesiones, baja en mi productividad y una creciente dependencia emocional que cuestioné esta actividad.

En efecto, hacer ejercicio me proporcionaba calma, además de los efectos físicos que reforzaban mi autoestima, pero rayaba en el límite de lo conveniente y lo obsesivo. Había que moderar.

Antes de darme cuenta de que esto era un problema, mi actitud y mi estado de ánimo giraban en torno a mi actividad deportiva. Entre tanto podía entrenar, todo iba bien durante