Mi Último Cigarrillo

Por Iván Salvaterra

Primero, permítame felicitarlo. El solo hecho de interesarse por este libro habla muy de usted. Es conciente de los problemas que acarrea el tabaquismo, y está buscando asesoramiento para liberarse lo antes posible de esa adicción. Lo cierto, es que no hay fórmulas mágicas, sino reglas que conducen en un corto y mediano plazo, a tirar su último cigarrillo al bote de basura, y recuperar su salud de manera absoluta.

No importa cuantes veces lo haya intentado, seguramente no habrá tenido en claro el cómo hacerlo. Siempre está a tiempo, sólo necesita fortalecer su voluntad y seguir los consejos que aquí le brindo, que, junto con el enfoque adecuado, podrá superar el acuciante deseo de fumar y vencer a la nicotina.

• Idioma: Español
• Editorial: Ediciones Afrodita
• Fecha de lanzamiento: 26 abr 2023
• ISBN: 9798223571056

Vista previa del libro

Mi último cigarrillo

Programa de salud para dejar de fumar

de manera rápida y definitiva

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Iván Salvaterra

Ediciones Afrodita

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Temario

Cap. 1 Las adicciones

Cap. 2 La adicción al cigarrillo: características

Cap. 3 La nicotina

Cap. 4 Datos sobre el cigarrillo y del hábito de fumar

Cap. 5 Métodos para dejar de fumar

Cap. 6 Preguntas y respuestas finales

Capítulo 1

Las adicciones

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El diccionario de la Real Academia Española, define a la adicción como Dependencia de sustancias o actividades nocivas para la salud o el equilibrio psíquico.

Esto significa que la adicción o dependencia, tanto biológica como psicológica, es una pérdida de la libertad respecto a un producto o a un comportamiento.

Todos tenemos hábitos que ordenan nuestra vida; pero a veces, también abrazamos aquellos que nos dan alivio u olvido; y en particular, cuando ciertos eventos exceden nuestra capacidad de comprensión o de control. Entonces, en ocasiones comemos de más, bebemos unos tragos fuera de los límites, otros consumen drogas o fármacos, y están los que, como en el caso que versa este libro, fuman para superar un dolor, relajarse o quedarse dormido. Es allí, cuando el escape a la sustancia se convierte en la solución preferida frente al displacer, pero que lamentablemente se puede convertir en una adicción.

El término adicción se usa para describir los estados de dependencia hacia un producto, y el comportamiento caracterizado por la pérdida de control. El sujeto adicto es un esclavo del producto (alcohol, cigarrillo, cannabis, heroína, etc.) o a través de un comportamiento (juego o apuestas, internet, sexo, etc.) sin el cual sufre.

La adicción es la dificultad que experimenta el sujeto para frenar su necesidad de deshacerse lo más rápidamente posible de cualquier sentimiento de angustia, enfado, culpa o tristeza que le hacen sufrir, o incluso sentimientos aparentemente agradables o excitantes, pero vividos inconscientemente como prohibidos o peligrosos. El comportamiento o consumo es un intento de borrar sentimientos, emociones y es una promesa muy tentadora para encontrar el bienestar o al menos un mejor ser. A partir del descubrimiento de la solución adictiva que trae el apaciguamiento y el alivio del sufrimiento, se vuelve compulsivo buscarlo ante cualquier sufrimiento psicológico. Repetida, esta búsqueda incontenible y frenética puede llevar a la pérdida de la libertad del sujeto en relación a un producto o comportamiento que caracteriza la adicción. Cuando la ingesta de una sustancia se convierte en una solución única contra la tensión, el adicto pierde la libertad de abstenerse, se vuelve esclavo del producto o comportamiento que se ha vuelto compulsivo.

Las adicciones más extendidas se refieren a los cigarrillos (nicotina) y al alcohol. Aparte de estas sustancias lícitas, existen innumerables sustancias ilícitas que pueden provocar adicción. Entre ellos se encuentran el cannabis, la heroína, la cocaína, la morfina, las anfetaminas y los derivados sintéticos. Tienen en común actuar sobre el cerebro y modificar nuestro funcionamiento psíquico, nuestra forma de percibir, sentir y reaccionar. Algunos traen alivio, otros... éxtasis químico.

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El encuentro

La adicción, surge del encuentro de un individuo y un producto dado, en un momento dado. A veces, este encuentro se siente como amor a primera vista. Comienza con un encantamiento y parece transformar la realidad de una manera deslumbrante: tensiones psíquicas, ansiedades, y los problemas parecen desaparecer en una sensación de bienestar. Pero el efecto del producto solo dura un tiempo y la desilusión llega rápidamente. A la larga, la realidad solo cambia para empeorar: los problemas siguen estando ahí, no se borran, pero para producir el mismo alivio que los vuelva tolerantes, el producto debe consumirse en dosis cada vez mayores. El sujeto dedica cada vez más tiempo a su adicción, en detrimento de otras actividades (trabajo, estudios, familia, etc.). El círculo vicioso se instala... Cada vez más consumo, más dinero gastado, deudas, aislamiento... No hay drogadictos felices, tal es el título de un bestseller de hace más de 20 años de Claude Olievenstein.

El encuentro con el alcohol, el cigarrillo o las drogas, a menudo, se produce en la etapa de la adolescencia. El consumo de sustancias psicoactivas aporta cierto alivio a las dificultades de la gestación de la identidad y los riesgos de la relación con el otro y en particular la relación sexual.

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Funcionamiento neurobiológico de la adicción.

Las neuronas dopaminérgicas se dividen en dos grupos principales ubicados en la unión del diencéfalo y el mesencéfalo: el sistema nigrostrial (involucrado en la enfermedad de Parkinson) y el sistema mesocorticolímbico. Es esto último lo que nos interesa en el contexto del circuito de recompensa.

El sistema de recompensa es activado por neuronas dopaminérgicas. Los cuerpos celulares de las neuronas del sistema mesocorticolímbico están ubicados en el área tegmental ventral entre las dos sustancias oscuras. Se proyectan hacia todo el sistema límbico: núcleo accumbens, tubérculos olfatorios, amígdalas, tabique, hipocampo, corteza frontal. Este sistema está involucrado en adicciones a todas las sustancias.

En adicción, los pacientes adictos presentan neuronas con mayor sensibilidad que la media a las sustancias. Esto explica la facilidad de instalación de la adicción y la dificultad para deshacerse de ella.

Como podemos ver, la adicción no es solo falta de fuerza de voluntad, sino que descansa sobre bases neurobiológicas sólidas.

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Cuáles son los signos de la adicción

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Cualquiera que sea el tipo de adicción o dependencia, los comportamientos que deberían alertar son los mismos:

• Consumo de alcohol en niños o adolescentes jóvenes: Necesitan aumentar las dosis o el tiempo dedicado a la adicción para sentirse bien. Por ejemplo, necesitan más alcohol para mantener la calma, o ejecutar juegos de azar con más riesgo para sentirse excitado nuevamente. Esto refleja la existencia de una adicción.

• Dificultad para tolerar la ausencia de adicción a largo plazo. Por ejemplo, no poder pasar una semana sin acceder a Internet (que no sea por motivos válidos), o sin beber.

• El comportamiento adictivo a menudo excede en duración o en cantidad a los de una persona promedio: fuma más de lo planificado, juega más y más de lo esperado.

• Deseo de limitar su adicción, pero los esfuerzos en esta dirección no tienen éxito.

• Persistencia en la adicción, aunque sea consciente de que la adicción le resulta perjudicial.

• La persona dedica cada vez más tiempo a su adicción para que siempre esté disponible, en detrimento de otras actividades. Por ejemplo, comienza a ejecutar juegos de azar en lugar de irse de vacaciones o trabajar.

• Cambios de hábitos: Por ejemplo, para el alcohol, una persona que bebía solo con amigos comienza a beber incluso solo.

• Cambio de humor o personalidad: nerviosismo, irritabilidad, agresividad, especialmente si la adicción no se ha satisfecho.

• Necesidad de la adicción para sentirse bien. Por ejemplo, necesitar beber alcohol tan pronto como se despierta a la mañana (incluso en dosis bajas) o