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Chile país del vino: Historia de la industria vitivinícola, 1492-2014
Chile país del vino: Historia de la industria vitivinícola, 1492-2014
Chile país del vino: Historia de la industria vitivinícola, 1492-2014
Libro electrónico594 páginas6 horas

Chile país del vino: Historia de la industria vitivinícola, 1492-2014

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La prehistoria de la vitivinicultura iniciada durante la Colonia en la posesión española más austral, evolucionó de una manera cualitativa solo a partir de la segunda mitad del siglo diecinueve. Enriquecidos por las actividades mineras en el norte de Chile, el comercio, las finanzas y negocios especulativos, se gestó una nueva casta de aristócratas criollos cautivados por Francia. De regreso en el país reprodujeron lo visto en Francia, construyeron palacios, adoptaron las modas y costumbres europeas y plantaron reconocidas cepas francesas en sus predios chilenos. Al explorar el origen de las estirpes de estos innovadores de la industria vitivinícola es posible observar sus raíces históricas, sociales, políticas, religiosas y económicas con notables empresarios mineros, industriales y banqueros. En otras palabras, la agricultura en Chile, especialmente la producción vitivinícola, fue una actividad estrechamente vinculada a sectores económicos ajenos a dicha actividad. Lo anterior explica la forma que adquirió la concentración de la tierra por un sector de latifundistas "ausentistas", cuya principal actividad económica y productiva no era la agricultura. Por un largo tiempo las viñas operaron con una infraestructura industrial orientada casi exclusivamente al mercado nacional. Sin embargo, a partir de 1973, después del golpe militar que derrocó a Salvador Allende, se convirtió en una industria dinámica y moderna enfocada exitosamente al mercado internacional.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 jul 2022
ISBN9789561127357
Chile país del vino: Historia de la industria vitivinícola, 1492-2014

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    Chile país del vino - Jorge Gilbert Ceballos

    Capítulo I

    ENTORNO VITIVINÍCOLA DE CHILE

    Preámbulo

    Con una longitud que abarca 4.300 kilómetros (2.700 millas) y una anchura media de 180 kilómetros, Chile presenta una característica geográfica inusual. El frío hielo de la Antártida en su frontera sur, un árido desierto mineral en el norte, el océano Pacífico en la frontera occidental, y la impresionante cordillera de los Andes en la frontera oriental, Chile ofrece un escenario excepcional para el cultivo de la vid. Abundante luz gracias a su latitud, con un clima templado carente de calor excesivo gracias a las cimas montañosas nevadas andinas, junto con las frías aguas del Pacífico contribuyen a temperar el clima, complementados por un permanente viento que sopla por las tardes y que impide el desarrollo de hongos y otros parásitos de la vid.

    Las características naturales de Chile han promovido un entorno vitivinícola en donde los plaguicidas para proteger la uva de depredadores y parásitos se utilizan muy poco o casi nada, un logro que se atribuye a sus excepcionales condiciones naturales, siendo el único país del mundo que no fue afectado por la phylloxera vastatrix¹, plaga letal que destruyó los viñedos europeos a finales del siglo

    XIX

    y ocasionó terribles estragos en los viñedos de California. La phylloxera es originaria del este de Estados Unidos y provocó una grave crisis vitícola mundial a partir de 1863.

    El favorable entorno vitícola y relativamente bajo costo de la tierra contribuyeron a que los productores nacionales hayan logrado alcanzar ventajoso valor de precios por sus productos en el mercado nacional e internacional. Chile cuenta con 108.000 hectáreas plantadas con viñas y que corresponden al 1,4% de los viñedos del mundo. Las viñas nacionales se encuentran ubicadas entre las regiones III y VIII, incluyendo el Valle Central, abarcando un largo tramo de 1.280 kilómetros, que se extienden desde la Región de Atacama, en el norte, a la región del Biobío en el sur. El clima es variado, siendo los territorios del norte muy calurosos y secos en comparación con los fríos y húmedos territorios en el sur. El Valle Central de Santiago presenta un clima seco, con un promedio de 38 centímetros de lluvia y poco riesgo de las heladas de primavera. La cercanía de la cordillera de los Andes produce una notable variación entre las temperaturas diurnas y nocturnas. Esta variación de la temperatura es vital para el mantenimiento de los niveles de acidez de las uvas.

    La mayoría de las mejores zonas vitivinícolas de Chile depende del riego para mantener los viñedos, recurso hídrico que se obtiene de los abundantes nevados de los Andes. En las regiones vitivinícolas en desarrollo a lo largo de la cordillera de la Costa y en el extremo sur, los agricultores y vinicultores no tienen mayores problemas para obtener agua de lluvia; sin embargo deben lidiar con otros factores tales como la corriente fría de Humboldt en el Pacífico, la que puede arrasar un viñedo con una colcha de aire fresco que se establece sobre el mismo. Para el resto de las regiones vitivinícolas la cordillera de la Costa actúa como un tapón para contener la Corriente Fría de Humboldt y, a la vez, como una pared, que permite aguantar la lluvia. Los viñedos en estas regiones se plantan en las llanuras de los valles ubicados en las laderas de los Andes y a lo largo de los ríos Maipo, Rapel y Maule.

    Los viñedos se encuentran ubicados entre las latitudes 32 y 38 grados y que en relación con el Hemisferio Norte equivaldrían al sur de España y África del Norte. Sin embargo, el clima en las regiones vitivinícolas chilenas es mucho más templado y se asemeja más a los de California, en Estados Unidos y Burdeos en Francia. En general, se le clasifica como un clima mediterráneo, con temperaturas promedio en verano de entre 15 y 18 grados Celsius, pudiendo alcanzar los 30°C. Como resultado, Chile es probablemente uno de los países que produce vinos con los más potentes sabores.

    Regiones vitivinícolas de Chile

    Rodeado por una cadena de valles montañosos a lo largo de la costa suroeste de América del Sur, Chile ha experimentado un renacimiento en su patrimonio agrícola basado principalmente en la elaboración de vinos. Tomando ventajas del clima preferencial y terrenos agrícolas privilegiados, un grupo de empresarios nacionales e internacionales ha logrado producir vinos de clase mundial.

    Con el fin de organizar las actividades vitivinícolas, la República de Chile se encuentra dividida en 15 regiones administrativas y constituyen el primer nivel organizativo de la nación. En diciembre de 1994 el Gobierno delimitó las regiones vitivinícolas del país y las normas establecidas para su utilización como certificaciones de origen. Los vinos chilenos, bajo esta calificación, deben contar, a lo menos, con el 75% de uvas producidas en la región. Este sistema de clasificación funciona en forma similar al de los

    EE.UU

    ., más conocido como Áreas Vitivinícolas (

    AVAS

    ), en donde los productores de vino deben seguir rígidas categorías geográficas y anunciarse en sus etiquetas. En este contexto, las zonas vitivinícolas de Chile incluyen las siguientes regiones: Atacama, Coquimbo, Aconcagua, el Valle Central y la Región del Biobío².

    R

    EGIÓN VITIVINÍCOLA DE

    A

    TACAMA

    Esta primera zona vitivinícola corresponde a la III Región administrativa del país y es la zona vinífera más septentrional. Incluye dos sub-regiones: el Valle de Copiapó y el Valle del Huasco, términos colindantes con las provincias del mismo nombre. La región es particularmente calurosa y seca, en su mayoría cubierta por el desierto de Atacama, el territorio más árido del mundo.

    La mayoría de la viticultura en Atacama se concentra en una estrecha franja a lo largo de la costa, donde existe acceso suficiente al agua y a la brisa fresca del océano Pacífico, dos factores que hacen posible el cultivo de uvas. La producción de vinos de mesa en la región de Atacama es mínima, especialmente la de vinos finos. La zona es más conocida por su producción de pisco, licor destilado de uva y que fue elaborado inicialmente en Perú por los conquistadores españoles durante el siglo

    XVI

    . La producción de pisco en esta zona utiliza diferentes tipos de uvas moscateles, tales como la Moscatel rosada, Moscatel de Alejandría y Moscatel de Austria, además de Torontel y Pedro Jiménez.

    La región de Atacama es también un importante productor de uvas de mesa. Sus terrenos plantados cubren un área de aproximadamente 8.000 hectáreas donde 7.000 corresponden al valle de Copiapó y 1.000 al Valle del Huasco. En total, la región solo produce el 15% de la producción total de uva de mesa del país. Sin embargo, debido a razones climáticas, estas son las primeras uvas que se exportan y por consiguiente les permiten obtener los mejores precios del mercado, cifra que corresponde al 35% de los retornos totales en dólares, de acuerdo con la Corporación Chilena del Vino (2009). Del mismo modo, la zona produce diferentes tipos de semillas que se cultivan bajo condiciones bastante favorables. La variedad Red Globe se exporta a Asia y América Latina, mientras Superior Seedless se vende en los mercados de

    EE.UU

    . y de Canadá, y la variedad Thompson Seedless se envía a Europa. En términos generales, casi el 70% de la uva de mesa de la zona se exporta a Estados Unidos (

    APECO

    : 2007).

    R

    EGIÓN VITIVINÍCOLA DE

    C

    OQUIMBO

    Este distrito corresponde a la IV Región administrativa de Chile e incluye tres sub-regiones: Valle del Elqui, el Valle de Limarí y el Valle del Choapa. Todas ellas son colindantes con las provincias del mismo nombre. Al igual que Atacama, esta región es principalmente reconocida por la producción de uva de pisco y de mesa. La uva más plantada en esta zona son Chardonnay, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon y Merlot.

    Situada a 500 kilómetros de Santiago, el Valle del Elqui constituye el límite norte de las regiones vitivinícolas de Chile. Las condiciones climáticas para el cultivo de la vid son excelentes: caliente, un poco ventoso y seco, con solo 130 milímetros de precipitación anual, un sistema de riego integrado, compuesto por grandes depósitos de agua conectados por canales, junto a un suelo que es pesado, rico en nutrientes y en agua almacenada. Las actividades incluyen Sabores de Chile, campaña que promueve las frutas y el vino, del mismo modo que visitas a las cosechas de uvas dulces que se utilizan en la producción de pisco. Cabernet Sauvignon, Merlot, Carménère, Syrah y Chardonnay constituyen algunos de los productos cultivados en la zona

    Durante la década de 1990 se inició el cultivo de variedades de uva de primera calidad en el valle cercano al río Limarí, aunque los primeros viñedos se plantaron en la región alrededor de la mitad del siglo

    XVI

    . El empleo de tecnología moderna ha llevado a nuevos empresarios a producir vino en este territorio. El enfriamiento del océano Pacífico produce la camanchaca, una niebla que se moviliza en el valle desde el oeste por la mañana y se retira cuando el sol se eleva sobre los Andes, bañando a los viñedos durante la tarde. Con menos de cuatro pulgadas de lluvia al año, el uso de riego por goteo permite el florecimiento de las vides cuyas raíces se incrustan en un suelo rico en minerales. La combinación clima y suelos crea vinos frescos de sabores y aromas distintos. La zona cuenta actualmente con una superficie de 1.700 hectáreas cultivadas principalmente con Cabernet Sauvignon.

    Finalmente, el Valle del Choapa se encuentra ubicado en el punto más angosto de Chile, donde se confunden los Andes y la cordillera de la Costa. Este pequeño valle está formado por dos zonas: Illapel y Salamanca. Ninguna de estas zonas cuenta con bodegas elaboradoras y sus viñedos plantados en terrenos rocosos producen limitadas cantidades de uvas de alta acidez y bajo pH³. También se producen mezclas de vinos Malbec y todas las variedades son 100% vinos tintos.

    R

    EGIÓN VITIVINÍCOLA DE

    A

    CONCAGUA

    Situado en la zona de Valparaíso, Aconcagua corresponde a la V Región administrativa del país y posee una larga trayectoria vitícola que data del siglo

    XVI

    , cuando los conquistadores españoles colonizaron la región y plantaron las primeras vides –vitis vinífera. Alrededor de la mitad del siglo

    XVIII

    se introdujo varietales de vino francés tales como el Cabernet Sauvignon y el Merlot. La circunscripción comprende tres sub-regiones: el Valle de Aconcagua, el Valle de Casablanca y San Antonio.

    El Valle de Aconcagua es una región vinícola situada a 100 kilómetros de Santiago y toma su nombre del río homónimo que fluye en la zona del cerro Aconcagua, situado en su extremo austral y con una altitud de 6.962 metros. Este gigante de los Andes es la montaña más alta del mundo después del Himalaya (Asia) y se diluye en las praderas que se extienden más abajo en el valle. El río Aconcagua corre en forma paralela a la montaña del Aconcagua a través del Valle Central, de este a oeste, y su deshielo en el verano proporciona más que suficientes recursos hídricos a los viñedos plantados en sus suelos.

    Entre la cordillera de los Andes y la cordillera de la Costa, a unos 60 kilómetros de Santiago, se encuentra el Valle de Casablanca, al lado de la carretera principal que une Santiago con el puerto de Valparaíso, en el Pacífico. El valle está ubicado mucho más cerca del ecuador que cualquier otra viña europea y la producción vitivinícola es posible, en gran parte, debido a la influencia oceánica del Pacífico, lo que origina mañanas con niebla fría y una cobertura de nubes que las protege de los calores o fríos extremos. Este fenómeno meteorológico no se produce en las otras regiones del norte de Chile.

    El Valle de Casablanca comenzó a considerarse por primera vez como un sitio ideal para la producción de vino durante la década de 1980. Esta es una zona costera irregular, situada a solo 32 kilómetros del océano Pacífico, donde las brisas marinas de la costa retienen el calor intenso de los días de verano. Los vientos de la noche, sin embargo, no son lo suficientemente fuertes como para desbalancear la temperatura ideal alcanzada durante el día. El clima está fuertemente influenciado por el mar, siempre constante de aire húmedo debido a la niebla de la mañana. Los suelos de arcilla natural son ricos en minerales como resultado del deshielo andino. El clima más frío de Casablanca lo convierten en un lugar ideal para el cultivo de uvas blancas. Casi tres cuartas partes de la superficie está plantada de Chardonnay, pero el Sauvignon Blanc, Pinot Noir y Merlot son igualmente característicos del Valle de Casablanca. También se cultiva el Riesling, variedad bastante rara en Chile, pero que se cultiva en esta área en una superficie que abarca 4.000 hectáreas de viñedos.

    El Valle de San Antonio se encuentra ubicado cerca del puerto de San Antonio y a una hora en auto desde Santiago. Durante los últimos años se comenzó a producir Chardonnay, Sauvignon Blanc y Pinot Noir. Los suelos de esta región son generalmente limo-arcillosos y secos, a la vez que sus condiciones climáticas son fuertemente influenciadas por el mar. Buscando maneras de diferenciar sus productos, los productores iniciaron plantaciones de viñas y elaboración de vinos característicos de esta región. Así es como el Syrah y el Pinot Gris de Chile comenzaron a producirse por primera vez en un clima húmedo y fresco, del mismo modo que algunas variedades de Merlot y Malbec. A partir de 2002 la región pasó a ser una de las tantas zonas productoras de vinos nacionales reconocidas bajo el sello oficial de Denominación de Origen, categoría que les proporciona personalidad propia en el país y en el extranjero.

    R

    EGIÓN VITIVINÍCOLA DEL

    V

    ALLE

    C

    ENTRAL

    El Valle Central es la región vitivinícola más grande y más importante de Chile y se extiende a través de las Regiones administrativas de O’Higgins (VI) y del Maule (VII) incluyendo a la Región Metropolitana (Santiago). El territorio incluye cuatro sub-regiones: el Valle del Maipo, el Valle de Rapel, Valle de Curicó y el Valle del Maule. Esta es la zona más productiva y conocida internacionalmente de Chile, principalmente por su proximidad a Santiago, la capital del país.

    Valle del Maipo

    El amplio y variado Valle del Maipo se encuentra entre las cordilleras de los Andes y de la Costa. Al centro de ambos valles se encuentra Santiago. Esta región constituye el corazón tradicional de la elaboración del vino chileno, debido a la facilidad de acceso a las zonas agrícolas circundantes, establecidas en las proximidades de centros urbanos. Este es el valle más ampliamente cultivado y conocido por su Cabernet Sauvignon. Cercano a Santiago, el Valle del Maipo fue la cuna de la producción vitivinícola de Chile y aún hoy continúa siendo la región vinícola más conocida del país. En el Valle del Maipo se producen casi todos los más exitosos vinos de exportación del país. Además, registra las fechas más importantes de la tradición vitivinícola de Chile, incluyendo 1555, fecha en que la historia nacional recuerda cuando la primera producción de vino fue oficialmente reconocida y certificada por las autoridades; también incluye la introducción de variedades de vid francesa, desde 1851 hasta 1994 y, finalmente, el redescubrimiento de la desaparecida variedad francesa Carménère. Muchas de las viñas chilenas más reconocidas se encuentran situadas en el Valle del Maipo.

    El clima del Valle del Maipo es estable, con veranos calurosos y secos e inviernos cortos y suaves, incluyendo precipitaciones de no más de 450 milímetros. Durante gran parte del año se producen grandes diferencias de temperatura durante el día y la noche, con días calurosos y noches frescas. Las heladas de la mañana ofrecen condiciones ideales para el cultivo de uvas para elaborar vino tinto en las laderas de sus colinas. La zona cuenta con 10.000 hectáreas de terreno, de las cuales 8.000 están cultivadas con variedades de uva tales como el Cabernet Sauvignon, Merlot, Carménère, Syrah, Cabernet Franc y Malbec. Las restantes 2.000 hectáreas están plantadas con variedades blancas tradicionales, como el Chardonnay, Sauvignon Blanc y Semillón. Su ubicación entre las dos cordilleras genera días de veranos soleados y luminosos. Algunos de los mejores viñedos están plantados en elevaciones superiores a los 2.000 metros, a lo largo de las colinas de granito de los Andes y donde la temperatura declina durante la noche, facilitando la producción de vinos complejos, equilibrados y sabrosos.

    Aproximadamente un centenar de kilómetros al sur de Santiago se encuentra el Valle de Rapel, que concentra dos de las regiones vitivinícolas de Chile más reconocidas internacionalmente. Al sur de Rancagua se halla el Valle de Cachapoal cruzado por el río Cachapoal, mientras que las aguas del río Tinguiririca irrigan el Valle de Colchagua. Incrustadas entre los cerros de la cordillera de la costa se encuentra la ciudad colonial de Santa Cruz. La región se caracteriza por un clima mediterráneo propio del Valle Central de Chile, que consiste en veranos cálidos, inviernos suaves y grandes diferencias de temperatura entre el día y la noche. Dependiendo de la proximidad del océano Pacífico y los Andes, se encuentran regiones con microclimas distintivos que crean condiciones favorables para cultivar diferentes tipos de uvas. Los suelos son naturales, ricos en minerales con capas de arena y piedra caliza. La mayoría de las variedades de uva de primera clase crecen en esta región, tales como el Chardonnay, Sauvignon Blanc, Merlot, Cabernet Sauvignon, Syrah, Carménère y Malbec. Particularmente acertadas han sido las variedades de más bajo rendimiento y menos cultivadas como el Merlot y el Carménère.

    Valle del Cachapoal

    El Valle del Cachapoal, en particular Alto Cachapoal, ha sido el centro de atención para los inversores franceses y los sectores amantes del vino. La mayoría de las bodegas se encuentran en el frío sector este, entre la carretera Panamericana y la cordillera de los Andes, alrededor de Requingua y Rengo. Un gran número de familias viticultoras bien conocidas de Burdeos, Alsacia y la región del Loira, en Francia, se han fusionado con productores chilenos establecidos desde hace tiempo o han creado sus propias empresas para producir vinos tintos de calidad similares a los franceses. La zona conocida como la ruta del vino al Alto Cachapoal es fácilmente accesible y llena de muchas viñas famosas, como las de Altair, Morandé, Anakena, Misiones de Rengo y Chateau Los Boldos. Las apreciadas variedades de vino tinto (Merlot y Carménère) son muy concentradas, afrutadas y un poco dulce, con un suave sabor a chocolate.

    Más al sur se encuentra el Valle de Curicó, región vinícola ubicada a unos 220 kilómetros de Santiago. Un moderado clima mediterráneo con días de verano cálidos y noches frías y húmedas caracterizan esta zona. Un área de alta presión en el océano Pacífico influye fuertemente en el clima especialmente durante el invierno, lo que la hace producir 720 milímetro más de precipitaciones anuales que el Valle de Rapel. Los suelos son planos, erosionados, ricos en minerales y muy permeables. En lugares más elevados los suelos son arenosos y pedregosos. Muchos canales de riego cruzan el valle atravesado por los ríos Teno y Lontué. Esta región abarca la mayor superficie de cultivo de las variedades de uva blanca en el país.

    Valle de Curicó

    El Valle de Curicó abarca una superficie total de 18.000 hectáreas. Los orígenes de la producción de vino en esta región datan de 1851, fecha en que la familia Correa-Albano introdujo una variedad de cepas nobles francesas. Entre los tipos de uva cultivada se hallan el Cabernet Sauvignon, Sauvignon Blanc, Merlot y Chardonnay. Cerca de la ciudad de Molina se encuentra la Viña San Pedro, la tercera más importante de Chile. El Valle de Curicó es un centro de atención que cuenta con uno de los logros tecnológicos líderes de la viticultura chilena. Durante la década de 1980 el enólogo español Miguel Torres comenzó a almacenar, por primera vez, vino en tanques de acero inoxidable, impulsando una importante modernización en la fabricación de vinos del país.

    Situada 260 kilómetros al sur de Santiago se encuentra la región vitivinícola del Valle del Maule, un área un poco más fresca que la de los valles del norte, con una precipitación anual de lluvias mucho mayor, sobre todo durante los meses de invierno. Los orígenes de la viticultura en este valle, también ubicado entre los Andes y las montañas costeras, se remontan a los conquistadores españoles que arribaron en el siglo

    XVI

    y plantaron la uva País. Hasta la fecha 8.500 hectáreas de un total de 31.000 se cultivan con la uva País y presentan la mayor tradición vitivinícola iniciada durante la colonización española. El frío invernal, un clima mediterráneo de lluvias, y suelos arcillosos de alta acidez, originan un bajo rendimiento, aunque también se obtienen algunos vinos de primera calidad. Las variedades más populares de uvas negras y blancas se cultivan en el Valle del Maule siendo las más apreciadas las tinto Cabernet Sauvignon, Carménère, Merlot y Malbec. Los suelos cercanos a los ríos tienden a producir vinos más afrutados que los situados en las laderas de las montañas.

    Valle del Maule

    El Valle del Maule incluye tres zonas principales de cultivo: Valle Río Claro, Valle de Loncomilla y Valle del Tutuvén. Esta región cuenta con un aspecto menos conocido de la viticultura chilena. Con casi 200 años de experiencia vitivinícola, esta región es la zona productora de vinos más grande de Chile, con un 43% de la superficie total cultivada del país. El clima es mediterráneo semihúmedo y presenta variaciones en sus diferentes sectores o áreas. Añádese a esto una amplia gama de tipos de suelo que en términos de producción de vinos permite obtener una diversidad de sabores y tipos de vinos cosechados en esta región del Maule. El cultivo de la vid que predomina en este ámbito es regado únicamente por aguas de lluvia. El Carménère es considerado como el vino típico de la región, y contribuyen de manera significativa a la producción de vinos tintos junto con el Merlot. Del mismo modo, Chardonnay y Sauvignon Blanc, constituyen la mayor parte de la elaboración de vinos blancos. Las variedades de uvas simples como País o moscatel también se cultivan, pero de una manera más rústica.

    R

    EGIÓN VITIVINÍCOLA DEL

    B

    IOBÍO

    Esta zona se halla situada a unos 500 kilómetros al sur de Santiago y corresponde a la octava región administrativa de Chile, e incluye los valles de Itata y Biobío. Debido a las condiciones climáticas, la viticultura en esta área requiere una mayor persistencia, habilidad, e iniciativa que en otros valles. No obstante, algunos viticultores han dado el paso y han invertido en nuevas plantaciones de variedades viníferas de clima frío como el Sauvignon Blanc, Chardonnay y Pinot Noir.

    Valle de Itata

    El Valle de Itata se encuentra ubicado 400 kilómetros al sur de Santiago y 50 kilómetros al este de Concepción. La tradición vitivinícola de esta sub-región se remonta a más de 400 años y actualmente aún predomina la producción de pequeñas explotaciones para el consumo familiar. Algunos de los primeros viñedos en la zona fueron plantados cerca de la ciudad de Concepción durante la época colonial. Los viñedos ocupan una superficie aproximada de 10.800 hectáreas, siendo los vinos blancos Chardonnay y Moscatel de Alejandría y los tintos País y Cabernet Sauvignon del Campo las variedades más cultivadas. Desde hace algunos años los viticultores de la zona empezaron a producir vinos de buena calidad junto a una producción masiva de vinos de mesa sencillos.

    Los ríos Itata y Ñuble cruzan el Valle Itata y el clima tiende a tener días frescos y ventosos durante el verano e inviernos lluviosos. Los suelos son arenosos y ricos en minerales permitiendo cultivar variedades de alto rendimiento. Extensos bosques se alternan con verdes plantaciones viníferas ubicadas en las laderas entre los Andes y las montañas costeras. Por la noche los viñedos son refrescados por brisas provenientes de los Andes. En esta fría latitud los días son largos y las uvas se desarrollan lentamente. Las regiones meridionales tienen más precipitaciones, la temperatura media es más baja y tienen menos horas de luz solar que las regiones vitivinícolas del norte. La vendimia se realiza en dos etapas: las uvas blancas se cosechan a partir de los últimos días de febrero hasta mediados de marzo, cuando termina el verano chileno, mientras las uvas rojas se cosechan a partir de mediados de marzo hasta finales de abril.

    Valle de Biobío

    El Valle de Biobío está ubicado a unos 500 kilómetros al sur de Santiago, en el límite de la zona apta para el cultivo de la uva. Las zonas de viñedos cubren cerca de 2.800 hectáreas, de las cuales cerca de 2.300 están destinadas a la producción de uvas comunes y alrededor de 500 hectáreas para uvas viníferas. Al igual que en el vecino Valle de Itata, las variedades de uva rústica País y Moscatel se han cultivado por siglos. Hasta hoy día la base de la viticultura en el Valle del Biobío ha sido la producción masiva de vinos de mesa simples. Sin embargo, basados en la experiencia adquirida en Itata y Limarí, vinos de calidad son elaborados en una serie de viñas de la zona. El clima es bastante fresco y ventoso durante todo el año, con una precipitación anual de 1.100 milímetros. Los suelos son naturales de arena y piedra. Minerales y sedimentos orgánicos del río se convierten en tierra fértil y de alto rendimiento. Estas condiciones son especialmente favorables para el cultivo de variedades de uvas nobles, que necesitan largos periodos de maduración, y que proporcionan gran acidez y frescura a los Sauvignon Blanc, Pinot Noir, Riesling, Gewürztraminer y Chardonnay.

    Valle de Malleco

    El Valle de Malleco se encuentra alrededor de 600 kilómetros al sur de Santiago y es la zona vinífera más austral del país, aunque viñedos experimentales se han plantado mucho más al sur, en Osorno. Por ser una de las sub regiones vitivinícolas más frescas de Chile, las variedades más cultivadas son Pinot Noir, Chardonnay y Gewürztraminer. Las abundantes precipitaciones y periodo de crecimiento más corto hacen que la zona sea muy riesgosa para el cultivo de la mayoría de las otras variedades que existen en el país.

    ¿Qué hace la diferencia?

    La producción de vino chileno presenta más de una característica significativa y transformaciones importantes que requieren un análisis cronológico-histórico. Sin embargo, antes de comenzar dicho recorrido a través del tiempo, es necesario mencionar algunos elementos adicionales que han dado forma a su producción de vinos. Insistamos en que Chile, por mucho tiempo, ha sido el líder de la producción y exportación de vinos de América del Sur. La peculiar geografía del país y sus distintivas regiones lo han llevado elaborar vinos que se han popularizados alrededor del mundo. Varios factores parecen explicar por qué sus mostos ofrecen algunas características inusuales, que los hacen especialmente seductores y distintivos. Citemos algunas de ellas.

    U

    NA FUERZA EXPORTADORA MOTIVADORA

    En muchos aspectos, Chile podría ser considerado, históricamente, como el pionero del vino en América del Sur. Durante muchos años el país fue el único exportador y sus mostos predominaron en el mercado externo hasta que Argentina, el país vecino más grande de Chile, se insertó en el mercado internacional. Hasta la década de 1990 Chile producía más vino que cualquier otro país con la excepción de Europa, aunque la mayoría no se consideraba exportable. Sin embargo, Argentina ha comenzado gradualmente a elaborar mostos de alta calidad, que han hecho posible ingresar, cada vez más y con gran éxito, a los mercados internacionales. Al margen de estas dos naciones, también se comienza actualmente a exportar pequeñas cantidades de vino desde Uruguay.

    Hasta ahora, Chile y Argentina son los dos países productores de vinos más populares de América del Sur, y han creado un nombre en los mercados mundiales, logrando grandes avances en la notoriedad de sus productos. Chile aún continúa adelante de sus vecinos de América del Sur y desde la década de 1980 se ha convertido en el cuarto mayor exportador de vino a Estados Unidos. También ha cambiado su enfoque hacia otras regiones consumidoras del planeta, encontrando el mismo éxito por su calidad y precios ventajosos. En consecuencia, Chile ha llegado a ser una verdadera potencia sudamericana y mundial en el rubro de producción y exportación de sus vinos.

    A

    USENCIA DE PLAGAS Y PESTES

    Al igual que muchos otros productos agrícolas, la industria del vino, en todo el mundo, está plagada con el problema de enfermedades y pestes. No hay nada peor para el vino que la phylloxera, un insecto que ataca exclusivamente a las vides y que asoló los viñedos del mundo a mediados del siglo diecinueve. La industria vinífera de Europa tiene una historia abrumadora de encuentros con la phylloxera y desde entonces ha desarrollado técnicas para proteger sus viñas. Afortunadamente para Chile, la superficie vinífera no presenta el peligro de sufrir sus ataques y sus territorios poseen características muy especiales que explican la existencia de algunas viñas con parras y variedades muy antiguas. Como resultado, los viticultores no requieren implementación de estrategias costosas al momento de la plantación de parras para protegerse de la phylloxera, y su forma no invasiva de crecimiento se refleja en la alta calidad de sus vinos que hace que la producción sea mucho menos costosa. Factores regionales climáticos y topográficos favorables impiden, entonces, el desarrollo de la phylloxera y otras plagas, constituyendo una garantía para la industria vinícola y un factor que se suma a su singularidad productiva de vinos elaborados.

    L

    A RECUPERACIÓN DE LA VARIEDAD PERDIDA DE

    B

    URDEOS

    La tradición de los actuales vinos chilenos se debe en gran parte a la influencia de Francia, país donde las vides y tecnología fueron adquiridas a mediados del siglo dieciocho. Una de las especies introducidas fue una variedad de Carménère, uva de vino tinto muy popular que produce mezclas del mismo color muy acentuadas cuando se embotella. Esta variedad fue plantada originalmente en la región de Médoc de Burdeos, a principios de 1700, y se utiliza para producir vinos tintos de calidad y en ocasiones usado con el propósito de mezclarla como Petit Verdot. Sin embargo, esta variedad desapareció de los viñedos franceses a finales de 1800 debido a la phylloxera. Con los años, el Carménère en Chile se mezcló con el Merlot y los agricultores más tarde lo confundieron con un clon⁴ del Merlot y se le perdió la pista por muchos años, creyéndose, incluso, que había desaparecido como en Europa. Sin embargo, el año 1994, un ampelographer francés experto en la identificación y clasificación de las vides, Jean-Michel Boursiquot, identificó el extraño clon Merlot como uva de Burdeos Carménère, desaparecida hace mucho tiempo de los viñedos europeos, incluso California. El análisis de

    ADN

    confirmó su teoría y en 1998 el Departamento de Agricultura de Chile reconoció oficialmente el Carménère como una variedad distinta en Chile.

    La variedad de vino Carménère rara vez se encuentra en Francia y hasta el año 2006 la mayor área de cultivo mundial de esta exclusiva selección se encontraba en Chile, principalmente en el Valle Central, con una superficie superior a las 4.000 hectáreas. Actualmente Chile produce la gran mayoría de los vinos Carménère existentes en el mercado y al mismo tiempo que la industria del vino chileno crece internacionalmente, mayor número de experimentos se llevan a cabo para estudiar el potencial de esta variedad para mezclarla con otras, principalmente Cabernet Sauvignon. Carménère también se cultiva en el este de Italia, Veneto y las regiones de Friuli-Venezia-Giulia y en cantidades más pequeñas en California y la región este del Estado de Washington, llamado Walla Walla. En este sentido, pocos países productores de vinos pueden proclamar la reactivación de una uva casi extinta, de calidad mundial, lo que ofrece otro motivo para validar y enfatizar la singularidad de los vinos chilenos.

    L

    OS DIVERSOS

    C

    ABERNETS

    La uva procedente de la región de Burdeos en el suroeste de Francia es conocida por ser el resultado de una mezcla de uva cabernet franc y sauvignon blanc. Históricamente, estos dos tipos de uvas fueron cultivados en viñedos vecinos y la uva cabernet sauvignon se ha cultivado durante varios siglos. Por muchos años, cuando Chile estaba recién iniciándose en la exportación de vinos, la atención se centraba en las variedades comunes que eran razonablemente populares. Esto incluía las variedades Merlot y Cabernet Sauvignon, importantes tipos de uva de Chile por casi 150 años. Con su éxito en las exportaciones ya más solidificadas, Chile ha comenzado a experimentar en la elaboración de diversos tipos de vinos característicos de sus múltiples regiones. Como resultado, Chile ha producido Cabernet Sauvignon con un estilo muy notable. Actualmente, el vino Cabernet Sauvignon de Chile tiende a ser elaborado más orientado hacia un público consumidor internacional, especialmente el norteamericano y europeo, quienes prefieren vinos con sabores frutosos y otros similares. Así, entonces, los Cabernet se elaboran con elementos suaves y se consideran productos fácilmente bebibles.

    P

    REFERENCIAS CLIMÁTICAS

    Las fronteras naturales de Chile que incluyen el océano Pacífico, la cordillera de los Andes, el desierto de Atacama al norte y la Antártida hacia el sur han aislado al país de otras partes del mundo, pero a la vez han probado ser muy beneficiosas en mantener la phylloxera y otras plagas alejadas de sus fronteras. El deshielo de los Andes ofrece abundantes recursos de agua que permiten el riego si el clima es demasiado seco. Tampoco existen muchas variaciones en sus cosechas debido a la fiabilidad de las condiciones meteorológicas favorables, con poco riesgo de heladas o lluvias de primavera y temporadas de la cosecha.

    Para las regiones del vino chileno en el Valle Central, los Andes y la cordillera de la Costa producen el efecto de una cortina de lluvias que permiten atrapar el aire caliente y árido de la región. Por la noche el aire frío entra en la zona de los Andes produciendo un descenso drástico de la temperatura. Esto ayuda a mantener altos niveles de acidez de las uvas que maduran por largas horas bañadas sin interrupciones por el sol durante el día. Como resultado, la calidad de la viticultura en Chile alcanza altos niveles de excelencia que incluyen una productividad controlada, cosechas en plena madurez de las uvas que permiten mantener la frescura de la fruta, un meticuloso proceso de elaboración, uso de barriles y contenedores apropiados para almacenar sus caldos y embotellamiento ultra moderno. Más aún, la maduración se adapta a cada variedad de uva de acuerdo con

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