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El viaje de Argo
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El viaje de Argo
Libro electrónico88 páginas46 minutos

El viaje de Argo

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Seis niños descubren que tienen los mismos poderes que algunos personajes de la mitología, ya que son sus bis-bis-bis-bisnietos. Por eso, deben asistir a la escuela de la maga Circe, en la Isla de Eos. Pero las clases son un poco extrañas y la Isla esconde muchos secretos…
En este episodio... Tras haber descubierto la existencia del extravagante Equipo Quimera, ¡es imposible resistir a la tentación de conocer cuál será su próxima misión! Y cuando la nave Argo alza de repente el vuelo, los Seis Míticos serán catapultados a una gran aventura... ¡nevada!
IdiomaEspañol
EditorialLaberinto
Fecha de lanzamiento1 sept 2021
ISBN9788413308906
El viaje de Argo

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    El viaje de Argo - Simone Frasca

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    Título original: Il viaggio di Argo

    © 2016 Giunti Editore S.p.A., Firenze – Milano

    www.giunti.it

    Texto original: Simone Frasca y Sara Marconi

    Ilustraciones: Simone Frasca

    Traducción: Carmen Ternero Lorenzo

    © 2018 Ediciones del Laberinto, S.L., para la edición mundial en castellano

    ISBN: 978-84-1330-890-6

    EDICIONES DEL LABERINTO, S.L.

    www.edicioneslaberinto.es

    Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com ; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

    Ya estaban despiertos y hasta se habían tomado el desayuno, pero el de verdad, claro, el que Circe les dejaba todas las mañanas en el pequeño corredor que había entre las habitaciones; el otro, el incomible de Arpía, los esperaba abajo como un castigo.

    —¿Qué creéis que nos enseñará Circe hoy? ¿A encontrar la energía del cosmos o a identificarnos con las larvas? —preguntó Ares masticando su cuarto trozo de tarta.

    —No estaría mal que te enseñara a ti a no zampártelo todo como un cerdo, pero lo veo difícil —le regañó Medusa.

    —Por favor, no hables de cerdos o llega Jamoncito a contarnos la guerra de Troya —susurró Atenea riéndose.

    —Bromas aparte —continuó Ares—, ¿cuándo nos van a enseñar algo un poco más útil para combatir contra ese terrible Coleccionista-atrapa-criaturas?

    —¡No creo que cuenten con nosotros para afrontar a su enemigo! —intervino Hades—. O por lo menos, todavía no…

    —Pues menos mal, porque si le temen ellos, ¡imagínate yo! —se estremeció Aracne.

    —¡Pero nosotros somos los Seis Míticos! —exclamó Ares mientras bajaban las escaleras—. Ya hemos hecho grandes cosas, ¡deberían dejarnos probar!

    Fiel, su gran perro blanco, le chupó la mano, quizá para indicar que por lo menos él estaba de acuerdo. Ares lo miró un poco avergonzado y continuó:

    —Y no sé, pero desde que decidimos unirnos a escondidas al Equipo Quimera, no hemos hecho prácticamente nada.

    —Por una vez, te doy la razón. A mí también me gustaría… —admitió Medusa, pero de pronto se calló.

    Al fondo de la escalera, silencioso e inmóvil, estaba Anubis. Nunca lo habían visto de cerca. Era alto y delgado. Llevaba una extraña faldita de oro, guantes largos y una especie de cubrecabezas azul como el que habían visto en los libros de historia, los de los faraones. En una funda oscura que le colgaba de la cintura tenía una katana, la espada de los samuráis. Aunque tenía los ojos cerrados, parecía que los estaba esperando.

    —Tiene cabeza

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