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El misterio de Licaón
El misterio de Licaón
El misterio de Licaón
Libro electrónico92 páginas1 hora

El misterio de Licaón

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Seis niños descubren que tienen los mismos poderes que algunos personajes de la mitología, ya que son sus bis-bis-bis-bisnietos. Por eso, deben asistir a la escuela de la maga Circe, en la Isla de Eos. Pero las clases son un poco extrañas y la Isla esconde muchos secretos…

En este episodio... Les esperaba una clase como tantas otras. Esta vez la daría Lica, que les explicaría el "Gran arte de la transformación", e iba a ser divertido: un viaje en barca hasta una isla desierta, una acampada al aire libre y una velada en torno a la hoguera. Pero ¡nada sale como ellos se esperaban! Para empezar, en cuanto se echan a la mar ven que les está persiguiendo un extraño monstruo verde…
IdiomaEspañol
EditorialLaberinto
Fecha de lanzamiento1 sept 2021
ISBN9788413308883
El misterio de Licaón

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    El misterio de Licaón - Simone Frasca

    1.png

    Título original: Il mistero di Licaone

    © 2017 Giunti Editore S.p.A., Firenze – Milano

    www.giunti.it

    Texto original: Simone Frasca y Sara Marconi

    Ilustraciones: Simone Frasca

    Traducción: Carmen Ternero Lorenzo

    © 2018 Ediciones del Laberinto, S.L., para la edición mundial en castellano

    ISBN: 978-84-1330-888-3

    EDICIONES DEL LABERINTO, S.L.

    www.edicioneslaberinto.es

    Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com ; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

    Los días transcurrían tranquilos en la Isla de Eos. Los Seis estaban aprendiendo a conocer a sus animales y sus poderes, exploraban los alrededores y de vez de en cuando se escabullían para charlar un rato con la nave Argo. Ya se habían acostumbrado a las descabelladas clases de Circe, los churretes de Pan, el mal carácter de Lica y la inquietante cabeza de chacal del serísimo Anubis. Lo único a lo que no lograban acostumbrarse era a la comida de Arpía: Misión Imposible, era absolutamente incomible.

    —Tarde o temprano nos pillará —dijo Ares corriendo escaleras abajo mientras masticaba uno de los tres bollos que había conseguido zamparse en el último momento.

    —¡Te pillará a ti! —lo corrigió Medusa—. Ya te lo hemos dicho mil veces. El desayuno de Circe hay que comérselo en la habitación, ¡no en las escaleras!

    Ares negó con la cabeza y acarició a Fiel, su gran perro blanco.

    —No les hagas caso, amigo mío —le susurró con un guiño.

    —¡Ya era hora! —graznó una voz en la cocina—. Hoy es vuestro día de suerte. ¡Os he preparado una tarta!

    Arpía levantó un trapo (que tampoco es que estuviera limpísimo, la verdad) que Pan había puesto sobre una bandeja y les enseñó orgullosa una especie de ladrillo maloliente y más negro que el carbón que había decorado con extraños frutos violáceos y una crema grisácea.

    —¿Listo? —le susurró Atenea a Dionisos.

    Como única respuesta, el pequeñín se quitó el chupete y, señalando a la mesa, susurró:

    —Ahí está. Lo ha entendido, ¿ves? ¡Qué lista es Patty!

    Y así era. Debajo de la mesa se había escondido la cabra de Dionisos, Patty, que era capaz de digerir hasta el metal y estaba deseando que los niños le lanzaran sus trozos de tarta.

    —¡Hoy estás muy elegante! —le dijo Medusa a Arpía señalando el traje oscuro de siempre y, mientras ella se miraba de reojo en el cristal de la ventana, ¡Aracne y Atenea se terminaron la tarta por arte de magia!

    —¿Qué es eso? —le preguntó Hades señalando al

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